Cap 8 ®

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Ana POV

Pase mis manos por su torso mientras él las pasaba por toda mi espalda, era uno de los mejores besos que me habían dado en la vida pero yo quería que fuera otra persona y no Scott pero igual seguí pegada a él.

Se separo de mi y se mordió el labio, se veía jodidamente sexy, aparte esos pensamientos de mi cabeza y aparte la mirada de él. Me cogió la cara delicadamente para que le mirase, se acerco a mi oído y mordió mi lóbulo haciendo que cerrara los ojos.

-Nos vamos de aquí - susurro pero el problema era que ahora mismo no me apetecía del todo.
-Me la estoy pasando bien - me queje e hice un puchero, según yo, algo sexy.
-Pues en ese caso no salimos de esta casa - tiro de mi abrazo mientras caminábamos hacía las escaleras.

Subimos las escaleras y entramos a una habitación. Cerré la puerta y al segundo sentí sus labios mientras me besaba posesivamente, coloco sus manos en mis caderas mientras me llevaba a la cama, me tumbo sin dejar de besar mis labios.

Sacó su camisa y lo único que vi en sus ojos fue lujuria, fue dejando besos húmedos por mi cuello hasta llegar a mi escote, me saco el vestido dejando a la vista todo mi cuerpo menos mis partes íntimas, me puse encima de él y empecé a besar su cuello, saque sus pantalones y me dio la vuelta, saco un envoltorio de color plateado.

Pero justo cuando iba a empezar la acción la puerta se abrió dejando ver a un Christopher muy furioso, tape mi cuerpo con una sabana mientras que Scott se levanto más que enfadado.





Christopher POV

Entre a la fiesta, me acerque a la barra y pedí la bebida más fuerte que tuvieran, mi garganta ardió pero en ese momento no me importaba, solo quería olvidar a Ana.

Ella es una chica hermosa, amaba su actitud y su valentía, sus ojos eran lo que mas amaba de ella pero ella no sentía lo mismo que yo, por eso la intentaré olvidar.

Una rubia despampanante se acerco a mi, me sonrió coquetamente mientras movia sus caderas de lado a lado exageradamente.

-¿Que hace un chico tan sexy como tu solo? - ronroneo en mi oído empezando a acariciar mi brazo.
-Nada que te importe - conteste fríamente bebiendo otra bebida.
-Estas de mal humor, si quieres yo te puedo calmar - se apego más a mi y empezo a besar mi cuello.

Esta es la oportunidad para olvidar a Ana.

Mi conciencia, por primera vez, tenía razón.

-Está bien - le sonreí mientras ella se mordió el labio.
-Ven aquí - tiro de mi hasta unir nuestros labios en un beso apasionado.

Nuestras lenguas tenían una guerra pero yo no paraba de pensar en ella, en sus labios rosados y suaves como el algodón.

Se aparto de mi y tiro de mi brazo, estaba apunto de subir por las escaleras cuando escuche su voz, normalmente con este ruido no la escucharía pero lo hice.

-¿Quieres algo de beber? - pregunto el chico que iba con ella, calma Chris, calma.
-Claro - se acercaron a la barra y él parecía que estaba pidiendo unas bebidas que al parecer Ana no sabía lo que llevaban pero se lo bebió de una.

Detuve a la chica diciéndole que me apetecía bailar y ella acepto, nos fuimos a la pista en un buen lugar donde podía observar todo lo que hacía Ana.

Empezaron a bailar y mientras bailaban Ana giro su cabeza y nos vio, en se momento me di cuenta que la rubia, que no sabía su nombre, estaba restregandome su trasero. Ana tosio un par de veces pero pareció restarle importancia.

Bebía y bebía, Ana, la chica que jamás pensé ver beber así. Ahora se encontraban bailando mientras este tenía puestas sus manos en la cintura de Ana, SI, y creo que eso me afecto un poco.

Seguía mirando los mientras la rubia se fue al baño, pude observar como ese chico se iba acercando al rostro de Ana y ella no lo impedía, los celos ocuparon todo mi ser y cuando me di cuenta ellos habían desaparecido.

Empecé a buscar a Ana por todos lados hasta que se me ocurrió mirar en las habitaciones, abrí una encontrándome con una escena para mayores de 18 años y también me llevé algunos insultos por parte de un chico pero no eran ellos.

Seguí buscando hasta que di con la indicada, Ana estaba tumbada en esa cama y el estaba casi desnudo al igual que Ana, abrí más la puerta haciendo la sonar para que los dos me mirasen, estaba furioso y Ana parecía notarlo, se tapo con las sábanas mientras el otro se coloco el pantalón y empezó a empujarme hacia la salida, me insulto pero le detuve y le proporcione un golpe en su rostro.

Cayó al suelo y se tocó la zona afectada, se lanzó encima mio mientras que Ana soltó un grito ahogado.

Los dos soltábamos golpes donde sea pero él estaba peor que yo, Ana intentaba que le suelte pero yo estaba cegado por la furia.

-¡¡Ayuda, por favor, ayuda!! - grito Ana.
-¿Que pasa? - un chico entro y Ana se tiro a sus brazos.

Quise levantarme, cogerla y llevarme la de aquí pero recibí un golpe de parte del chico, le di un puñetazo y se quedo inconsciente, de su nariz salía sangre al igual que la mía pero tenía golpes por toda la cara, una mano impidió que le dé otro golpe.

-¡¡Pero tu quien te crees para pegar a mi hermano!! - Ana sujetaba a una chica que me quería matar y al parecer le dio tiempo de ponerse su ropa.
-Vete de aquí si no quieres ser comida de Amaya - me dijo el chico que tenia mi mano.

Salí de la habitación, el chico parecía tranquilo, la chica, esa tal Amaya estaba de los nervios y apuntó de matarme mientras que Ana tenía sus ojos lloros y me sentía culpable, ver la así y encima por mi culpa, me rompía en mil pedazos.

Me senté en una de las sillas y la rubia sin nombre volvió a aparecer y se tiro encima mio, la empuje y ella se quedó asombrada al ver mi que mi carácter había cambiado hacia ella.

-¡¿Que te pasa?! - extendió sus manos a lo que yo resople.
-Nada y ahora si me disculpas me voy - intenté salir pero me detuvo.
-Ah no, tu no te vas a ir y menos me vas a dejar aquí sola - tiro de mi mano pero yo me deshice de su agarre.
-Dejame ir - vi a Ana bajar sola mientras intentaba ocultar sus ojos rojos de tanto llorar.
-¡¡Que no!! - grito a lo que casi todos nos miraron incluida Ana que solo me fulmino con la mirada.
-Adiós - dije, Ana paso por mi lado sin decir nada.
-No me vas a dejar sola - grito más que histérica.
-Pues fijate que ya lo estoy haciendo - desaparecí en la calle intentado ver a Ana.

Cuando la vi ella se estaba abrazando se a si misma.

-Toma - le puse mi chaqueta en sus hombros.
-Que te crees, ¿¡que si me tratas bien voy a olvidar lo que pasó en aquella casa!? - tiro mi chaqueta mientras me miraba con sus ojos que tanto me volvían loco.
-¿Si? - reí por su cara de enfado.
-De que te ríes, es que acaso te caíste al nacer y te quedaste tonto - mi risa se apago al instante.
-Nop o eso creo - esta vez la que rió fue ella.
-Contigo nadie se puede poner seria - dijo mientras cesaban sus risas.
-Ana perdoname en serio, solo me moría de celos de verte con él - se paro de golpe - Di algo por favor - su silencio me estaba matando.
-Que quieres que te diga - miro el suelo y yo alce su vista.
-Que sientes lo mismo que yo - no le di tiempo de contestar ya que mis labios estaban sobre los suyos.

El beso hizo que por primera vez en mi vida sintiera esas famosas mariposas, un millón de preguntas cruzaron mi cabeza.

¿Y si ella no siente lo mismo? ¿Y si no le gusto? ¿Y si tiene miedo y por eso se aleja? ¿Y si yo tengo miedo y por eso la cago?

(...)

Gracias por leer hermosuras divinas, espero que os haya gustado y por favor darle a la estrellita de abajo 🌟

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El que menos pensé || Christopher Velez #EQMP1Onde histórias criam vida. Descubra agora