- Hola, Remus; adiós, Remus – lo interrumpió Sirius con expresión contenida sin dejar de mirar a su compañera.

- Si no se apuran llegaran tarde – insistió algo apenado.

- De verdad, Lunático, te golpearía – confesó Sirius rindiéndose – Iré por mi ropa – Besó a Isadora en la frente y subió corriendo las escaleras.

Remus se quedó plantado sin decir nada unos segundos, observando a su amiga inquisitivamente.

- Al fin – dijo rodando los ojos y conteniendo una risa incómoda; le dio la espalda y desapareció por el agujero del retrato de la dama gorda, claramente no deseaba quedarse allí observando a sus amigos besuquearse.

Pasaron escasos minutos los cuales Isadora aprovechó para acomodarse su labial y el cabello. Cuando ya no le quedaban detalles de la sala común para memorizar, Sirius volvió a aparecer, llevaba un smoking negro con chaleco azul marino que le quedaba desmesuradamente elegante, la fina cadena dorada del reloj–brújula que ella le había obsequiado se insinuaba en uno de los bolsillos del chaleco.

- ¡¿Por qué siempre te ves así?! – exigió chistosamente irritada.

- ¿Cómo?

- Tan agobiantemente atractivo todo el tiempo, ¡Merlín! – Sirius soltó una carcajada y ella adoró serle descaradamente sincera por primera vez.

- Traje algo para ti – Sirius sacó de su bolsillo algo que ella no alcanzó a ver – Date la vuelta – Pidió. Al hacerlo Isadora notó que algo frío se aplicaba en su cuello, era una hermosa cadena plateada, el dije era una esmeralda con forma de gota engarzada en plata hermosamente ornamentada, de la misma forma que la piedra – Recordé lo que dijiste este mañana; me fue otorgada por el único Black que no me consideró una vergüenza, mi tío Alphard – soltó un bufido amargo – Bueno, es tuya ahora – dijo con una sonrisa.

- Es hermosa, Sirius, pero... - volteó la esmeralda y notó que tenía el lema "toujours pur" grabado en plata, además supuso que no era coincidencia que tuviera los mismo colores que la casa Slytherin – es una joya valiosa de tu familia, no puedo aceptarla. – Sirius alzó su varita, apuntó al dije y las dos diminutas palabras desaparecieron del metal.

- Olvida eso, los Black que quedan no son mi familia, tú sí.

Aunque Sirius parecía aparentar que había superado todo el asunto sobre su familia, Isadora se daba cuenta de que aún sentía cierta tristeza y amargura al recordarlo, pues es difícil olvidar que quienes deben ser tu sostén te abandonaran; ella no llegaba imaginarse lo duro que podría resultarle que Ágape y Vincent le dieran la espalda y simplemente la olvidaran. Sintió un nudo en la garganta y antes de que Sirius lo notara lo abrazó con fuerza hundiendo la cara en el espacio entre su cuello y su hombro.

- Y tú la mía – susurró en su oído.

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Varias parejas de las que se encontraban en el vestíbulo se quedaron viéndolos cuando bajaban por las escaleras, sin duda eran los últimos en llegar y no les importaba, pues ambos habrían preferido quedarse solos otro rato. Al verlos Lily agitó una mano en el aire para que se unieran a ella y a los demás, a metros de distancia se le notaba la alegría que llevaba.

En el gran salón se habían reemplazado las cuatro mesas largas de las casas por otras redondas con bonitos manteles y deliciosos platillos. En la mesa de los profesores se encontraban ya ubicados en sus lugares Minerva McGonagall, Horace Slughorn y Albus Dumbledore, este último vestía un excéntrico atavío color purpura.

- ¡Ay, se ven tan lindos! – exclamó Lily – Remus me contó – le dijo a Isadora en voz baja como si no fuese obvio.

- Si, igual, descuida, no ahondé en detalles – Aclaró Remus e Isadora sintió subirle calor por las mejillas.

- ¿Ya dejaste de ser un aburrido amargado?, ¡Excelente! – dijo James cuando vio a su amigo con la mejor sonrisa que había tenido en días.

- ¿Son novios o algo así? – preguntó Peter que parecía recién comenzar a entender todo lo que había pasado.

- Sí – respondió Sirius con suficiencia – Creo que no te pregunté eso – le comentó a Isadora, sobándose la barbilla con gesto pensativo - ¿Quieres?

- ¡Claro que no!, ¿Qué te hizo pensar eso? – dijo ella con sarcasmo haciendo que sus amigos rieran.

- Entonces, ¿Te quedarás aquí?, ¿O qué? – inquirió Peter nuevamente y la atmósfera cambió en segundos.

- No pensé en eso – indicó Isadora con desgano.

El anuncio de Dumbledore sobre el inicio del banquete disipó el ambiente que había quedado debido a la incómoda preguntar que había formulado el muchacho, pero Sirius e Isadora sin duda se habían quedado pensando en ello.

Durante el resto de la velada no se volvió a tratar el tema, pues estaban demasiado ocupado entre anécdotas, risas y averiguando quien, si Remus o James, comía más rápido la porción de pastel de chocolate.

Aún quedaban algunas personas en el comedor cuando los merodeadores, Isadora y Lily decidieron volver a la sala común. Remus y Peter se despidieron para luego irse a dormir; obviamente James y Lily hicieron lo mismo, pero en lugar de irse a sus habitaciones volvieron a salir por el agujero del retrato. Sirius e Isadora no pudieron evitar reírse ante la carencia de disimulo de la pareja.

- Pensé en lo que dijo Peter – comentó Sirius sin rodeos mientras se sentaba en el sofá.

- Si, ya sé, yo también, pero concédeme un momento aunque sea...

- Ni siquiera sabes lo que te iba a decir y ya asumes que te exigiré que te quedes aquí. – interrumpió él con una nota de humor en el rostro – no haré eso, no intervendré en tu decisión, pero la verdad es que tampoco está en mis planes tenerte lejos.

- ¿Qué insinúas?

- Que Francia posee muchos bonitos departamentos en alquiler – concluyó entusiasmado.


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Todo esto iba a ser una breve parte del capítulo pero al final decidí extenderlo un poco y dejar el resto para el siguiente. Espero que les guste, y en caso de que sí, voten ;)  
Gracias por leerme ♥















Sirius Black: el velo de la muerte¹Kde žijí příběhy. Začni objevovat