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  Lauren Jauregui jamás había estado tan nerviosa.
No sabía si era por lo que se celebraría aquel día, o porque no había podido desearle un feliz cumpleaños a su novia al despertar, pero el punto era que verdaderamente lo estaba.

Clara: Tienes que quedarte tranquila, hija -Susurro sujetando sus manos, intentando que sus dedos dejaran de chasquear. Pero Clara Jauregui no era Camila Cabello y no iba a conseguirlo.
Lauren: No puedo estar tranquila, mamá -Dijo nerviosamente moviéndose de un lado a otro por su habitación, la cual ahora se veía más pequeña que nunca.
XX: ¡Adivinen quienes llegaron! -Se escucho exclamar a una voz que Lauren siempre reconocería.

Ally iba de la mano con el pequeño Troy, ahora de cuatro años. La chica llevaba un sencillo vestido rosa y Troy un trajesito hecho a la medida que le quedaba realmente muy bien.

Troy: ¡Tía! -Grito al verla, corriendo de inmediato para ser alzado entre sus brazos.
Lauren: Estas pesado, Troy...
Troy: Lo se -Sonrió-. Mami dice que es tu culpa.
Ally: Y de James -Agrego antes de sujetar a su hijo en brazos, evitando de esta forma que sus zapatos ensuciaran el blanco vestido de Lauren. James y Ally habían comenzado a salir tan solo un par de meses atrás y el hombre se había encariñado bastante con el pequeño, al punto de querer cumplir todos su caprichos-. Ese estúpido no deja de darle chocolate.
Troy: ¡Chocolate! -Exclamo entusiasmado, elevando sus brazos en el aire.
Ally: No, Troy. Nada de chocolate para ti. Te daré un jugo de manzana y lo tomaras sentado en la cama de Lauren ¿Bien? -El pequeño asintió mirándola fijamente a los ojos-. Ahora ve... ¡Y no ensucies tu traje!
Troy: Si, mamá...

Para ser solo un niño el pequeño Troy era bastante obediente.

Ally: ¿Cómo estas Jauregui? -Pregunto acercandosele, de inmediato ayudando a Clara a arreglar el hermoso vestido blanco que cubría la piel de Lauren.
Lauren: Nerviosa, supongo...
Ally: Todo saldrá bien, Jauregui -La tranquilizo acariciando su brazo-. Dinah y Normani la ayudaron a comprarse unos zapatos lo suficientemente estables como para que no caiga y no la han dejado beber nada para que no se haga pis encima...
Lauren: ¿Y si soy yo quien se hace pis encima?
Ally: Vamos Jauregui, tienes veintidós años, estoy segura de que ya no necesitas pañal...
Troy: Yo ya no uso pañales -Dijo contento agitando sus pequeños pies en el borde de la cama, tomando su jugo lentamente y mirando a su madre con una enorme sonrisa, orgulloso de su logro.
Ally: Lo sabemos, mi amor.
Lauren: ¿Y si dice que no? ¿Y si sale corriendo o...?
Ally: Eso no pasará jamás, Jauregui. Apuesto mi vida.
Lauren: No puedes apostar tu...
Ally: Si puedo. Soy Allyson Brooke Hernandez, puedo hacer todo lo que yo quiera -Insistió cruzada de brazos, mirándola fijamente, retocando el maquillaje de su amiga-. Si Dios me lo permite, claro esta -Agrego.
Lauren: Necesito hablar con ella... Yo necesito... Necesito calmarme... Siento que voy a tener un ataque ahora mismo.
Taylor: No vas a tener un ataque si estoy acá para impedirlo, Lauren -Dijo acariciando su hombro, hablando por primera vez desde que había entrado junto a su madre horas atrás.
Ally: Sería terrible que tuvieran que pasar su luna de miel en un hospital y no en...
Lauren: ¿Nuestro pequeño departamento en Nueva York?... Debo confesar que odio los hospitales, pero al menos estos tienen luces que no parpadean...

Por supuesto, aunque Lauren ya comenzaba a ganar lo suficiente como para vivir bien y Camila estaba a punto de graduarse aun quedaba la deuda que tenía con sus padres, además de los distintos gastos que debían hacer diariamente, lo cual no les había permitido terminar de reparar todas las fallas en su pequeño departamento ni pagar una verdadera luna de miel.
La boda ya era un gasto bastante grande, y de un viaje era mejor no hablar.

Ally: ¿Su departamento en Nuevo York? ¡No, Lauren!... Ustedes irán a México.
Lauren: Ally, no podemos pagar...

Pero Lauren no había terminado de hablar cuándo Ally ya sostenía dos boletos de avión frente a ella.

La chica de la ventanaWhere stories live. Discover now