CAPITULO 18

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  Lauren no pudo concentrarse lo suficiente durante sus clases de piano. Solo podía pensar en Camila, en su casi beso, en la forma en la que ella estaba dispuesta a entregarle su primer beso.
Lauren recordó su primer beso... Había sido con Paul. Un asco total, por cierto. El chico era un completo idiota, pero Lauren estaba ciega de amor. Había hecho locuras por el... Pero eso ya quedaba en el pasado.
"Al menos no le entregaste tu virginidad, idiota" Esto era lo único que Lauren había hecho bien durante su relación con aquel estúpido: negarse aunque él lo pidiera mil veces.

Milika: No, Lauren, no... Volviste a equivocarte -Dijo, ayudándola a colocar sus dedos en la posición correspondiente- Así. Concéntrate, por favor -Lauren simplemente asintió, sintiéndose enojada consigo misma por no lograr tocar aquella pieza que llevaba semanas practicando.

Finalmente terminaron las torturantes clases de piano, y Lauren estaba dispuesta a salir corriendo por la puerta cuándo la voz de Camila la detuvo.

Camila: ¿Quieres que te acompañe? -Pregunto tímidamente. De inmediato, Lauren sintió los ojos de Milika y Dinah, quien estaba sentada en el sofá junto a Camila escribiendo mensajes con su celular, fijos en ella- Ninguna de las dos vino en auto así que... Además, vivimos cerca.
Milika: ¿Viven cerca?

Lauren simplemente asintió, no consiguiendo que las palabras salieran de sus labios.

Camila: En realidad, somos vecinas.
Dinah: Espera... ¡¿Qué?! ¡¿Por qué no me lo habías contado, Mila?!
Milika: Hija, por favor... No es como si te hubiese ocultado una novia o algo así.

La chica alta simplemente se quedo callada, y Lauren recordó, apenada, la situación tan comprometedora en la cual Dinah las había descubierto.

Camila: ¿Qué dices, Lauren?

Ella simplemente pudo asentir con una tonta sonrisa en el rostro. Tomo su patineta y abrió la puerta, esperando a Camila. La chica de la ventana se acerco rápidamente y, luego de despedirse de Dinah y la señora Hansen, salió por la puerta seguida de Lauren.
Comenzaron a caminar en silencio, solo mirándose de vez en cuando, Lauren sonriendo y suspirando cada vez que pensaba en ella.
"Háblale, idiota"

Lauren: ¿Dónde está auto?

"¡Idiota! ¡¿No pudiste encontrar nada mejor de que hablarle?!"

Camila: Mi auto esta en el taller ahora mismo. Se le pincharon los dos neumáticos delanteros...
Lauren: ¿Ambos? -Lauren la vio asentir- Eso es extraño.
Camila: No cuándo Austin lo hace -Confeso, bajando la mirada.
Lauren: ¿Es la primera vez que lo hace?
Camila: Lauren, no quiero hablar de eso -Fue lo único que dijo. La chica de ojos verdes simplemente asintió, sabiendo que la respuesta sería no.

Y el silencio apareció entre ambas. De vez en cuando Lauren deseaba hablar, pero sus palabras parecían demasiado estúpidas en su mente y cerraba su boca. Finalmente, una pregunta escapo por sus labios.

Lauren: ¿Te molesta si uso mi patineta? Prometo no ir muy rápido...

Camila la miro sonriendo y, por un momento, Lauren sintió que su corazón estaba teniendo un ataque, pero sin incluir el dolor.

Camila: Te dejare usarla si me enseñas a usarla primero -Propuso. Lauren simplemente fijo sus ojos en los de ella unos instantes y asintió.

Coloco la patineta sobre el suelo y ofreció una mano a Camila. La ayudo a subirse lentamente, llevando su mano libre a la cintura de la chica para mantenerla estable. Camila dejo salir una carcajada de su boca cuándo Lauren comenzó a mover lentamente la patineta, haciéndola avanzar.
Su risa era la gloria.
Camila estuvo cinco minutos más sobre la patineta, Lauren jamás debilitando su agarre, hasta que finalmente decidió bajarse.

La chica de la ventanaWhere stories live. Discover now