"Sí, como digas." Asentí con desdén, volviendo a darme la vuelta hacia la máquina. Lo que menos tenía eran ganas de discutirlo. No importaba cuánto le rogase, ella no me vería como nada más que una bestia enorme y peluda. Y como un perfecto plus, jamás podría volver el tiempo atrás para tratarla como lo merecía desde un principio. Nunca debí haberle gritado, ni golpeado a uno de sus amigos... Aunque odiase verlo tan cerca suyo. Nunca debí haberla asustado. Debí protegerla, debí haber estado ahí cuando ese cerdo intentó dañarla en el cementerio. Podría haber hecho tantas cosas por ella.

"Deja de hundirte a ti misma reprochándote todos los errores que pudiste haberte ahorrado. No creo siquiera que le importe ya. Estoy seguro de que ella sólo necesita darse cuenta de lo que quiere, dale un poco más de tiempo." Afirmó con una sonrisa de lado, soberbia. Presionando el botón de apagado de la máquina, fruncí el ceño.

"¿Y cómo sabes eso?" Rió confiado, enseñando sus blancos dientes.

"Esto no es algo contra lo que se pueda luchar, Laur. Es la realidad, nuestra realidad."

"¿Y qué tal si ésta no es su realidad? ¿Qué tal si sólo yo siento esto? No quiero que me deje y ni siquiera estamos saliendo-" Me corté a mí misma, recordando un 'pequeño detalle'. "Rayos, ¡nunca he salido con una chica! ¡Nunca me he sentido así por ninguna maldita chica!" Me froté el rostro con las manos y corrí mi cabello hacia el otro lado, bufando.

"Esto va mucho más allá de eso. Es más que amor y rosas, son las almas las que una vez que conectan, ya no se sueltan." Permanecí viendo el suelo hasta que una leve sonrisa se extendió por una de las comisuras de mis labios.

"¿Desde cuándo te volviste tan sabio y profundo?" Pregunté divertida.

"Desde que mis padres me hablaron de todo esto. Sí, solía ser un cretino, pero ahora sólo mantengo esa fachada porque parece que a las chicas les atraen los patanes." Reí negando.

"Pues yo no actúo así y las chicas igual me quieren." Contraataqué.

"Sí, pero no puede haber dos como tú o yo. Hay que mantener el status quo, yo soy el patán casanova y tú la fría, misteriosa casanova. Ambos tienen su atractivo." Me sacó una segunda risa y dio unas palmadas en mi bícep.

"¿Qué hay de Jeremy-"

"Jeremy no entra en la ecuación." Dijo, positivo de sus palabras. La puerta del gimnasio se abrió y el alboroto llenó la habitación.

"¡Oí a alguien decir mi nombre! ¿¡En qué ecuación no entro!?" Se acercó, repleto de energía y entusiasta como siempre.

"Oh, Lauren y yo hablábamos de que tú no entras en la categoría de patán." Vero entró última, ya rodando los ojos a nuestra charla sin sentido.

"¡Claro que no!" Exclamó. "¡Yo sí trato bien a las damitas!" Garantizó inflando su pecho, orgulloso de sí. Reímos.

Tenía suerte de tenerlos a ellos.

*

Camila's POV

"¡MIJA! ¡ES HORA DE IR A LA ESCUELA!" Apreté los párpados y tapé mi cara con el edredón. "Vamos, despierta, hay que desayunar." Zarandeó suavemente mi cuerpo y chillé.

"Ya, ya." Dije y jalé la colcha hacia un lado con molestia.

"Hice huevos revueltos con tocino como a ti te gusta." Sonrió cordialmente y la vi con ojos cansados, desactivando la alarma del teléfono.

"Gracias mami, estaré abajo en unos minutos." Devolví la sonrisa mientras me levantaba de la cama, quitándome los shorts a saltitos de camino hacia mi armario.

Mates (Camren G!P)Where stories live. Discover now