Capítulo 38.

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Narrador•

La chica de cabellos rubios salió de la casa de su madre hecha una furia, al darse de su comportamiento y de la absoluta falta de madurez de su padre, al haberle mentido sobre los verdaderos hechos.

<Bastardo.> Susurró con rabia en su mente. Su pequeña familia estaba destruida y hecha pedazos, por lo que no le importó insultar a su progenitor, aunque fuese tan solo en su mente.

Se internó en el bosque como tantas veces, y recorrió el memorizado camino hasta la casa perteneciente a la criatura sin rostro; cuna de los tétricos asesinos a los que hacía llamar amigos, aunque nisiquiera podía considerarlos eso.

Sin pensarlo dos veces entró, encontrándose con la casa vacía y en penumbras. No había cálidos recibimientos, y nisiquiera un "hola" que pudiera sacarla de sus cavilaciones. Ni había nada, y nunca lo habría.

Subió las rechinantes escaleras de madera, sólo pensando en llegar a su gélida habitación para dormir y dejar de pensar en toda la mierda que la recorría de pies a cabeza.

Deslizando el cuerpo en la cama, sus ojos se cerraron, dispuestos a no ser abiertos en un buen rato. Pero, no fue así.

De todos los sonidos que podían alertarla, unos gemidos la hicieron sobresaltar. Se paró y caminó hacía la salida de su pequeña habitación. Una vez fuera, camino en silencio hacía donde surgían aquellos repulsivos sonidos. Para su sorpresa, venían de la habitación de su padre.

Sin aviso, abrió la puerta, encontrándose con una escena que le resultó sumamente asquerosa.

Su padre, acompañado de una joven que posiblemente tenía la misma que ella, compartían una posición bastante  fulgurosa, compartiendo el engaño, dejándole un desazón a Emily en la boca.

En medio del ajetreo, Ben se percató de la presencia de Emily en la puerta, y en el momento en que sus ojos se encontraron, ella salió de la habitación, dejándolo a él sumamente impresionado.

Reaccionó, y al momento, sacó a la chica de encima de su cuerpo, donde ella permanecía moviéndose sobre él. Ella, confundida, lo observó mientras él se vestía con rapidez, para luego correr detrás de su única hija.

Emily bajó a toda prisa hacía la puerta principal, la abrió y salió, pero antes de poder huir de allí, la voz de su padre la llamó.

Ella decidió encararlo, por lo cual se volteó y lo miró. Él la alcanzó, y con voz agitada le dijo:

---Cariño... joder, no es lo que piensas.--- Emily tuvo ganas de soltar una amarga carcajada, al ver que su padre usaba la típica excusa masculina para éstos casos.

---¿Sabes? Hoy jodí todo por ti. ¡Llamé a mí madre puta! ¡No quise creerle cuando me lo advirtió! Pero... para mí sorpresa, todo fue real.--- Soltó con rabia. Y añadió:--- Me usaste. Pero ¿sabes qué? Se acabó. Tú, y aquella zorra que mantienes en tu habitación, se pueden ir a la mierda, porque en lo que concierne a mí, me largaré de la vida de todos. ¡Váyanse todos al demonio!--- Gritó desesperada. Ben no supo que responder ante las barbaridades que gritaba su hija, simplemente la escuchó anonadado.

Ella simplemente lo miró una última vez, y se desvaneció entre los árboles  que flaqueaban el bosque, sin rumbo fijo.

Amor Sangriento. #L3Where stories live. Discover now