Capítulo 6: Melodía de la desesperanza

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La clase parecía ser eterna. De verdad, las manecillas del reloj iban a una velocidad indiscutiblemente lenta. Y ni siquiera era una clase interesante. Simple Historia, cómo la odiaba...

Recordaba lo mucho que le había costado cuando debía dar los exámenes de ingreso, se preguntaba qué sería de su vida si Komaeda no lo hubiera ayudado con esa materia. Hinata tomaba apuntes, pensando que probablemente le pediría ayuda al albino luego.

Se sentía tan avergonzado, pero si no se le daba bien esa materia eso no quería decir que fuera tonto, simplemente se debía a que no le interesaba mucho. A decir verdad, todavía no sabía qué era lo que se le daba bien, pero tenía esperanza de que pronto lo descubriría.

Sí, sólo debía tener esperanza.

Al menos sabía que Historia definitivamente no era lo suyo. Ojeó el título de sus apuntes y... ¿De qué se suponía que hablaban en primer lugar? ¿A quién podría parecerle interesante algo tan monótono y, además, complejo?

Antes de siquiera poder salir de su confusión, la campana que daba por finalizada la clase y también el día sonó. Comenzó a guardar las cosas y pronto estaba corriendo espantado para salir cuanto antes del salón.

-Wow, wow, ¡Hinata! -Oyó la inigualable voz de Natsumi detrás suyo, justo antes de salir del salón. No pudo evitar voltear, respondiéndole a la rubia con una expresión de molestia-. "Wow", ¿entiendes? Por perro faldero.

-Qué graciosa eres -se le estaba escapando una sonrisa. Debía sentirse ofendido pero, de alguna forma, ya estaba demasiado acostumbrado para molestarse siquiera.

-Es en serio, sales corriendo del salón como si fuera a ser el fin del mundo por perder a tu amigo de vista. ¿Cómo se llamaba él? No lo sé, el de cabello de lemon pie.

-Se llama Komaeda y... ¿Lemon pie? -nuevo día, nuevo apodo.

-Su cabello es muy raro -se cruzó de brazos luego de haber terminado de guardar sus pertenencias, lista para irse-. ¿Nunca le has preguntado por qué es así?

-Yo no te he preguntado nunca por qué eres así, tan insoportable-Hinata rodó los ojos y acomodando el morral en su hombro se dispuso a salir del aula.

-Ow... -sintió como la rubia se acercaba a su lado. Librarse de ella sí que era imposible-, ¡pero si te vi sonreír antes! Admítelo, te gusta que sea insoportable... ¿no?

-Es que... ¡Ouch! -inesperadamente, Natsumi comenzó a apretarle las mejillas-. ¿¡P-Por qué haces eso!?

-Eres demasiado sensible, Hinata -ante su leve dolor, ella ni siquiera reía. Se mantuvo con el ceño fruncido-. Sólo te doy motivos para que tu amigo pueda consolarte luego, me lo vas a agradecer mañana seguramente.

-¿Por qué eres así? -la pregunta salió sola, seguía caminando mientras se frotaba la mejilla con su mano.

-¿Ah? ¿Acaso no habías dicho que jamás me habías preguntado eso? Pobre de ti, ahora tendrás que preguntarle a Ko... ¿Komaeda? sobre lo de su pelo.

Hinata suspiró, era el mismo acto de siempre. Iba ya mitad de semestre y todos los días vivía el mismo infierno. Natsumi era el infierno.

En realidad, no era siempre así. Durante los horarios de clase era posible hablar con la rubia sin que ésta se mostrase tan engreída. Hinata debía admitir que hasta era buena compañía cuando se trataba de trabajo escolar, ella demostraba gran potencial. Sin embargo, a la hora de la salida repentinamente parecía atacar a Hinata con el simple hecho de que él iba a ver a Komaeda.

Olvidado [KomaHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora