No puedo creer como ya han pasado 2 años y medio desde que esta aventura había comenzado, si tuviera la posibilidad de viajar en el tiempo y decirle a ese "yo" todo lo que me depararía el futuro en un corto tiempo, puedo asegurar que se partiría de...
Gracias por dejar que hiciéramos este viaje –sonreí mientras acariciaba su mano y veía por la ventanilla del avión.
Sabes que siempre haría todo por ti, por ver esa sonrisa todo el tiempo en tu rostro –tomo mi mano para dejar un pequeño beso en mis nudillos- Además tenemos 5 días libres antes de viajar a Paris, así que no tendremos ningún problema.
Lo sé, y sabremos aprovechar estos días –voltee a verle y deje un corto beso en sus labios.
Tenía prácticamente un año es que se me había hecho imposible viajar a Suecia, extrañaba a Caroline, aunque las llamadas eran rutina, y los mensajes de igual forma no era lo mismo tenerla a mi lado, hay cosas que no se pueden hablar por esos medios y no se siente la misma conexión, ambas teníamos agendas apretadas, visitas restringidas por el tiempo y cuando por fin nos colocábamos de acuerdo algo sucedía, las gemelas se enfermaban; o llegaba mi familia de viaje; o ella tenía que quedarse en casa cuidando al pequeño Alexander mientras Felipe salía de gira, nunca podíamos colocarnos de acuerdo y solo decíamos "en algún momento se nos dará" y así paso un año; y no quería que pasara otro más.
Así que de manera improvista decidí alistar las maletas y hablar con Harry, a ver si de esta manera si podrían salir las cosas, cuando me dio la aprobación, le avise a Caroline justo cuando estábamos a punto de despegar el avión, así que no habían peros de por medio ni nada que nos detuviera, ya era el momento indicado.
¿Están contentas por ver a tía Caro y al tío Felipe? –le hable de forma divertida a las gemelas mientras limpiaba si se pudiera decir así el desastre que estaban haciendo al comer – Yo se que lo están al igual que yo... y van a conocer a su primo Alexander, así que espero que se comporten –hable ahora un poco seria para luego reír ante las miradas que ambas me dieron, al parecer acababan de captar la indirecta de la situación.
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Aun no puedo entender como logras eso –escuche la queja de Harry mientras suspiraba- yo digo lo mismo y es como si les dijera "adelante formen la tercera guerra mundial", nunca me toman en serio –coloco una de sus manos alrededor de mi cintura.
Porque tú nunca lo dices en serio, y cuando lo haces luego te dejas manipular por ese par de ojos –voltee a verle- tomas una cucharada de tu propia medicina
¿Qué estas queriendo decir? –dijo ofendido.
Que tú eres igual que ese par, con solo poner cara bonita manipulas para que uno haga lo que tú quieras sin protestar –asegure.
Pues he usado esa mirada en muchas ocasiones para que aceptes tener un nuevo bebe y eso aun no ha funcionado –hizo una especie de puchero.
Porque te conozco y sé cómo luchar ante eso; además que acordamos que luego de que las niñas cumplieran dos años replantearíamos esa situación... y aun nos quedan 5 meses para volver a tener esa conversación –comencé a reír para luego levantarme de mi asiento – ven ayúdame que tenemos que cambiar a la niñas estamos casi llegando.
Eres malvada –suspiro resignado mientras tomaba a una de las niñas y caminábamos hacia la pequeña habitación de aquel avión para cambiar a las niñas.
Y así me amas –le giñe el ojo.
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Luego de unos 20 minutos por fin aterrizamos, estaba emocionada como una niña chiquita, que no veía la hora para llegar a su destino, las niñas se habían quedado dormidas antes de aterrizar, el viaje les había pegado un poco, aunque en un principio estaban inquietas y juguetonas, a mitad de viaje se podía ver que el sueño iba a ganarles; así que cuando tocamos tierra y entramos en el auto ellas iban por su séptimo sueño, aunque eso no me tenía muy contenta, eran alrededor de las 6 de la tarde hacia un buen rato que su hora de siesta había pasado y eso para mí quería decir que aquella noche no pegaría el ojo porque tendría que quemarles toda la energía que estaba cargando en aquel momento; pero tampoco las despertaría, no tenia corazón para eso.
Llegamos al palacio de Rosendal y allí ya nos estaban esperando afuera de esta, Caroline y Felipe, estaba tan feliz de verlos, bajamos del auto con sumo cuidado y nos acercamos a saludar.
Aun no me creo que estén aquí –hablo Caroline mientras nos abrazaba- cuando me llamaste te juro que pensé que era una broma
Pues mira que no lo fue –dije entre risas mientras le devolvía el abrazo- sabes que no puedo separarme tanto tiempo de ti.
De verdad que es una alegría tenerlos aquí, hacían falta ya –escuche a Felipe mientras reía- y estaba ansioso de ver a estas pequeñas; que no puedo creer lo grande que están.
Están preciosas, dios mío han crecido demasiado –hablo Caroline mientras acariciaba el cabello de Sophie- pero claro nos sorprende si cuando las vimos apenas tenían dos meses.
Bueno si ellas están así, no quiero ni imaginarme como esta Alex –asegure mientras entraba junto a ellos a la casa.
Ya lo veras, se alegrara de verlos, ahorita está con sus abuelos, pero en cuanto vea a las gemelas se volverá loco –dijo entre risas Caroline.
Eso quiere decir que mudamos de Londres a Suecia nuestro terremoto diario –dijo preocupado Harry- yo que pensé que serian días de descanso
Eso ya no existe querido hermano; eso termino para nosotros hace ya un buen rato –hablo Felipe mientras colocaba su mano sobre el hombro de Harry y le daba pequeños golpecitos en este.
Y así quiere tener otro bebe –recrimine de manera seria para luego reír.
Eso es algo totalmente diferente –aseguro mientras me miraba de manera seria.
Si...lo que digas cariño –negué con mi cabeza mientras le miraba.
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