Capítulo 35: El plan.

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—Entonces será mejor que nos pongamos a entrenar nuevamente —afirmó Seokmin—. ¿Podemos usar el gimnasio para practicar tiro?

—¿Los blancos están preparados? —preguntó Jihoon y JeongHan asintió— Entonces adelante.

—Yo retomaré mis entrenamientos, pero lo haré con cuidado —comentó Seungcheol antes de que su pareja pudiera emitir comentario alguno.

Todos se retiraron de la sala y fueron a practicar. Cada equipo entrenaba arduamente y Seungcheol hacía lo posible para no dejarse llevar y proponer a los de su equipo una pelea de dos contra dos. Era consciente que aún su herida corría peligro de volver a abrirse, pero sus ganas de entrenar eran mucho mayores.

Después de un rato, cuando sintió que su cuerpo volvía a doler, Seungcheol decidió interrumpir sus entrenamientos e ir a descansar. Por lo que decidió dirigirse a la sala de reuniones donde Jihoon aún vigilaba las cámaras de seguridad.

—Cariño, ve a entrenar... yo vigilaré esto —dijo parándose detrás de la silla de Jihoon y agachándose para abrazarlo.

—¿Estás bien? No hiciste sobre esfuerzos, ¿verdad? —preguntó mirándolo de reojo y el mayor negó enderezándose.

—No, me es difícil no hacerlo, pero me esfuerzo —sonrío orgulloso.

—Ese es mi chico —bromeó, levantándose—. Aún no he visto nada de gran importancia, solo los tipos caminando de un lado a otro y parece que Do Yoon no está en la fábrica. Pero nadie entró a su oficina, por lo tanto, sin sonido en las cámaras no hay posibilidades de saber de su paradero actual.

—Baekho dijo que ayer por la noche lo vio allí —respondió—, pudo reconocerlo ya que llevaba el cubre bocas todo el tiempo.

—Bien... cualquier cosa que pase. Avísanos —dijo antes de dejar un pequeño beso en los labios del azabache e irse a entrenar.

Realmente era verdad, nada importante pasaba. Aproximadamente una hora estuvo Seungcheol allí sentado, hasta que vio ingresar su ex-mejor amigo a su oficina junto con Young Jin; rápidamente subió el volumen para oír lo que decían.

—¿Puedes repetirme que es lo que harás? —preguntó Young Jin con los brazos cruzados.

—¿A caso eres imbécil? —gruñó Do Yoon— Debo llamar a la empresa para pedir una nueva entrega de armas —repitió, sentándose en su silla masajeando sus cienes—. Y no entiendo que mierda estás haciendo aquí, deberías estar vigilando la maldita entrada. Estoy seguro que Seungcheol y los demás imbéciles están tratando de averiguar dónde estamos, no quiero arriesgarme a que lleguen.

—¿Que tan seguro estas de que podrían encontrarnos? —alzó una ceja.

—No mucho, realmente dudo que puedan encontrarnos —respondió tecleando en su computadora. Seungcheol cambio a la cámara 6B, detrás del escritorio, para ver qué era lo que tecleaba.

Vigilando la cámara de seguridad de la entrada, hizo un acercamiento, esperando que el vigilante no entrara a la casilla y descubriera ese extraño zoom de la cámara; una página de venta ilegal de armas ocupaba toda la pantalla de la computadora, alejó un poco y vio como comenzaba a marcar un número telefónico en su teléfono fijo.

Velozmente, tomó una hoja y un papel y anotó el mismo número que alcanzó a ver antes de alejar la cámara y prestar atención a la llamada; Do Yoon estaba pidiendo un arsenal de armas de guerra para que les sean entregado al día siguiente durante la noche. El sujeto estaba sencillamente loco si quería atacar a Seungcheol y su equipo con esas clases de armas. Y Seungcheol no podía arriesgar su vida y las de los demás sólo para atraparlo.

Los Reclutas (Seventeen) [1ra Temporada]Where stories live. Discover now