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Sentí celos, y mucho cuando Justin y los miembros más importantes de su empresa terminaron de hablar, él se quedó hablando con una mujer joven edad veinte y pico. Me crucé de brazos esperándolo fuera.
⎯Oh, hola ___ ⎯es Álvaro.
⎯Hola ⎯nos abrazamos la verdad es que él sabía que yo trabajo en la pastelería.
⎯¿Todo bien?
⎯Bueno... Mira ⎯señalé con la mirada hacia ellos disimuladamente.
⎯Oh, entiendo. Te ayudare espera aquí.
Y vi que fue hacia ellos, habló con Justin y luego este miró a mi dirección. Salió caminando hacia a mí.
⎯¿Qué es lo que pasa pequeña? ¿Tienes fiebre? ⎯puso su frente en mi frente⎯. Pues no, Álvaro dijo que te encontrabas mal...
⎯...
Aún estando en su coche, no podía olvidar como Justin y esa mujer se reían parecían una pareja. Me llené de rabia.
⎯¿Y ahora por qué estas tan callada? ⎯preguntó él sin quitar la vista de la carretera.
⎯Hmmmm...
⎯¿El gato te comió la lengua?
⎯Cállate ⎯enojada estaba.
⎯Perdona, ¿qué dijiste?
⎯Que te calles gilip⎯.... ⎯frenó de repente que casi salimos volando fuera del parabrisas. Pero no, gracias a nuestros cinturones.
⎯Vuelve a hablarme así y te juro que no te podrás sentar en una semana ⎯yo lo miré sería y enfadada, él igual pero intimidante.
⎯Augh ⎯salí del coche menos mal que estábamos apartados de la carretera.
⎯¡___! ⎯escuché a Justin decirme eso.
En la mansión por la noche.
Esa zorra no paraba de mandarle mensajes a Justin y el cabrón hablaba con ella. Decidí levantarme de su cama e irme hasta mi habitación, la oscuridad del pasillo me daba miedo, pero conseguí abrir las luces y directamente cerré la puerta de mi habitación. Creo que Justin ni siquiera se había dado cuenta,
15 minutos después.
Yo esperándolo con tantas ganas de dormir por fin vino hasta mi habitación.
⎯¿Pequeña? ⎯él solamente podía ver oscuridad, tenía la luz de mi habitación apagada.
Sabía que él iba a encender la luz así que me hice la dormida, tenía el ojo un poco entreabierto mirándolo. Se sentó al lado mío, contemplándome mientras me acariciaba del pelo.
⎯Nunca pensé que eras así tan celosa, pequeña ⎯me decía él sonriendo⎯. Pero me encanta, porque sí tú no lo estuvieras entonces eso significaría que no me amas...
Se tumbó acostándose en mi cama, mientras me abrazaba.
⎯Te amo, bebita ⎯me dio un beso en la frente y mi corazón empezó a latir más fuerte y rápido⎯. Espero que me puedas entender en cómo soy, y mi forma de ser.
Sentí la calidez de su cuerpo y sus brazos que me abrazaban, y no contuve las ganas de acurrucarme más hacia él.
Por la mañana.
Llamaba a mi jefe de la pastelería pidiéndole perdón por no haber ido a trabajar estos últimos días, ya que me había quedado con Justin.
