Capítulo 16. "Britannia"

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Está de más decir que el joven guerrero de cabello rizado se sentía decepcionado. Claro, era difícil no estarlo después de que un par de desconocidos te contaran la historia de tu supuesta vida cuando no estabas preparado para escucharla aún y desafortunadamente tenía que aprender a vivir con ello.

Ahora que el comandante Zayn le había contado la razón por la cual su cuerpo había vuelto a la vida junto con el superior Liam, ellos procuraron enseñarle al joven Harold a controlar el inmenso poder que escondía bajo la manga, pues estaba más que claro que ninguno de ellos quería que la bestia que habitaba en su interior se desatara sin previo aviso.

Lo que menos querían era alarmar a sus compañeros de tropa.

– Pronto tendrás que atacar. – Le informó el comandante, sacándolo de sus pensamientos – Aplica todo lo que te hemos enseñado mientras estas en el campo de batalla.

Él asintió con desgane.

No le gustaba para nada aquella situación. No le agradaba para nada el hecho de saber que solo fue creado para asesinar, como todos los demás seres que eran parecidos a él.

Le dolía. Por supuesto que se sentía decepcionado después de haber conocido la verdad.

No había un antes. No existía. Él no era nada más que un cadáver controlado por aquella bestia que habitaba en su interior. Eso era lo único que le permitía seguir de pie.

– ¿Por qué tenemos que encargarnos del trabajo sucio?

Se atrevió a preguntar el de estatura más baja.

– La historia de la humanidad es la guerra. – Habló el comandante al instante – No existe algo más. – Se giró con lentitud para poder observarlo fijamente – La paz no es más que una ilusión. Para activar la ilusión a la realidad es una tarea ardua.

Él joven de cabello castaño y rizado tragó pesado al notar que se estaban acercando cada vez más hacia su objetivo.

– Requiere disciplina.

Susurró el comandante de piel morena después de notar que un par de caballeros pertenecientes a las tropas del reino enemigo comenzaban a alertar a su pueblo que estaban a punto de invadir su reino.

Zayn no tenía miedo de aquel ejército en lo absoluto. Lo único que lo intimidaba en ese momento eran sus aliados, – los cuales permanecían en su escondite para atacar en cuanto menos lo esperaran – los halters.

El joven de piel morena asintió levemente con la cabeza mientras miraba al segundo comandante que acompañaba ambas tropas, Christopher Jauregui, indicándole que estaban preparados para corresponder cualquier ataque que el reino enemigo se atreviera a proporcionarles.

¡Por Britannia!

Exclamó el joven Christopher Jauregui mientras empuñaba su pesada espada de hierro en dirección al castillo enemigo.

¡Por Britannia!

Gritaron a la vez, antes de comenzar a correr hacia los guerreros que ahora apresuraban sus movimientos para así poder llegar hasta donde se encontraban.

– Haz lo que tengas que hacer.

El comandante Malik susurró aquellas palabras en el oído del joven Harold, segundos antes de correr hacia uno de los enemigos, enterrando su enorme espada en el pecho de aquel guerrero que en la batalla poco había durado.

Zayn sabía que no existía la esperanza en el campo de batalla. No hay más que una indescriptible desesperación. Sólo un crimen al que llaman victoria, pagado por el dolor de los derrotados. Sin embargo, sabía que la humanidad nunca sería capaz de reconocer aquella verdad. Y la razón de ello es que, en cada época, un supuesto héroe deslumbrante se la pasa cegando a las personas con sus leyendas y les ha impedido ver el mal del derramamiento de sangre.

Owl eyes. (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora