Once.

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Jongin apretó los puños en un intento por sostenerse de algo, en vano, y en ello, se fue de lado después de recibir el golpe. El viento dejó de soplar, sus pies retrocedieron cuatro veces y sus talones estuvieron a punto de fallar. Menos mal no lo hicieron.

—¡Mierda! —juró escuchar después, y no, no se trató de su voz.

Estaban en ese peladero que se hallaba detrás del sector del mercado. Un terreno baldío que casi nadie visitaba debido a los rumores de que bandas sospechosas se reunían allí a beber y de vez en cuando, esconderse para saltar arriba de incautos y así robarles sus pertenencias. El moreno posterior a cerrar la tienda, les siguió con tranquilidad ya que se lo habían pedido, aun considerando la posibilidad de que ellos le reclamaran por lo que hizo el día anterior. No obstante, Jongin no quiso avanzar más en cuanto llegaron al lugar, y es que él no era una gallina, pero tampoco un tonto. Y si iban a prepararle una emboscada en un sitio tan apartado no se las iba a dejar tan fácil. Minho se acercó a él para revolverle el cabello, con aires de superioridad escondida en su burla, e inevitablemente Jongin reaccionó mal.

Le dio un manotazo al brazo del mayor, impidiéndole tocarle, y como si este hubiera estado esperando aquella reacción con recelo, enterró su mano en el sedoso cabello azabache para luego apretar y jalar de este con toda la rudeza que pudo ejercer. El tipo era un desgraciado, pensó. Jongin se quejó, se sacudió como un animal salvaje intentando zafarse y Chanyeol corrió a separarles cuando el presidente del club de voley ya había agitado lo suficiente como para preocupar. Los alcanzó, a ojos de todos sin querer, tarde, y los golpes se escucharon rápidos y secos.

—¡¿Qué rayos te pasa, Minho?! —reclamó el más alto, sosteniendo a Jongin quien parecía haber perdido las luces por un momento, mas cuando retomó consciencia,  lo que le tomó unos segundos, se abalanzó de los brazos que lo sujetaban. Fue una reacción natural, Chanyeol le apretó con más fuerza, para impedirle moverse hacia quien le proporcionó los golpes.

—¡Y una mierda! Ya le tenía ganas a ese negro falta de respeto —le señaló a la vez que sobaba su mejilla, no supo siquiera cuándo fue que el mocoso le soltó un golpe de regreso—. ¿Viste cómo estaba? Quería golpearme desde un principio ¡cómo si fuera a dolerme!

En el fondo del revoltijo, estaba Seungcheol con cara de "qué voy a hacer contigo", dedicándosela en un lamento hacia su familiar. Y al notarlo, Minho resopló, dejando la sonrisa cínica que hasta el momento estuvo formando. No podía negarlo, había hecho mal, se le pasaba la mano. Volvió hacia Chanyeol que apretaba a un aparente perro rabioso con sus extremedidades y procuró no darle a la bestia el merecido que le ubicaría en su lugar.

—¿Qué te pasa? Es normal que esto le pase a los que se meten con la pareja de alguien más, ¿no lo sabías?

—Hyung —tuvo que interrumpir el Choi menor, antes de que el otro siguiera hablando y arruinando.

—¿Qué? Es la verdad —aclaró.

—¡No fue para esto que le pedí que acepté que vinieras! Joder, Minho, lo sabías.

Chanyeol soltó al menor, quien perdió el equilibrio debido a no esperarse ser liberado y en consecuencia, cayó al suelo. Estaba furioso. Pensó que le pegarían, sí, pero el dolor siempre es más fácil de sobrellevar en la imaginación que en el mundo real, y al notar el dolor punzante y el sabor a hierro en su lengua, echó un escupitajo de saliva mezclada con sangre a la tierra, para levantarse a lo torpe después. Si fuera más grande y más fuerte, podría moler a golpes a todos y hacer que se arrepintieran de tratarle mal, pero pensándolo bien ¿con puños se haría respetar? ¡Qué irónico! Ya pensaba tal y cual le habían enseñado en su casa. Las ganas de llorar, causadas por la impotencia de no poder defenderse ni excusarse, le rasguñaron la moral con sendas ganas, asemejándose al ataque de unas garras de lobo sobre su pecho. Quiso irse antes de pasar más vergüenza, llegar a su cuarto y encerrarse en él para darle golpes a la pared. Pues la pared no sentía, no respondía y no tenía nada de malo pegarle cuando el único que se hacía daño era él mismo. 

CRUSH ✧ kaihunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora