Capítulo 10

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Narra Lauren

Habíamos estado casi toda la tarde en ese césped pero no me importaba. Podría estar con Camila horas y horas sin aburrirme, pero estaba oscureciendo y hacía frio.

- Creo que deberíamos irnos aunque no quiero separarme de ti – dijo Camila con una cara adorable.

- Lo sé, yo tampoco quiero pero sí, mañana hay universidad otra vez y tengo que hacer un par de entregas – repliqué yo.

- Venga te acompaño a casa, sé que tenemos que vivir cerca porque te he visto bajarte varias veces en mi misma parada – me dijo Camila.

- No, te acompaño yo. Además así ya veo donde vives por si tengo que ir de visita, y en cierto modo, yo te invité a esta "cita" así que me parece lo más correcto.

- Está bien, como quieras – me dijo ella riéndose.

Nos pusimos de camino a la estación, cogimos el tren y nos sentamos juntas. Noté como su mano buscaba la mía y empezaba a hacer patrones con su dedo en mi dorso. Parecía nerviosa así que le agarré la mano dándole seguridad y percibí como su cuerpo se relajaba poco a poco. Estuvimos jugando con nuestras manos todo el camino.

- ¿Sabes? Nunca había dado la mano a una chica – me confesó – se siente tan natural contigo.

- Me estoy acostumbrando a ser la primera en muchas cosas, y me encanta porque las primeras veces siempre se recuerdan y quiero que tú me recuerdes siempre, Camila – le dije yo.

- Nunca te voy a olvidar, Lauren, eres muy especial – me contestó ella.

Tuvimos que romper el momento porque ya habíamos llegado a nuestra parada, como dije le acompañe hasta su casa, que realmente estaba a cinco minutos de la estación andando. Fuimos caminando con nuestros dedos entrelazados y hablando de cualquier cosa hasta que llegamos al portal.

- Bueno princesa, ha llegado a su destino – le dije bromeando.

- Gracias por el día de hoy de verdad – me dijo sin apartar la vista de mí.

- Gracias a ti por aceptar y compartir la tarde conmigo – le contesté yo.

Camila abrió la puerta del portal y yo me acerqué para abrazarla y despedirme. Nos abrazamos durante un minuto y nos empezamos a separar poco a poco, pero para mi sorpresa Camila me acerco a ella agarrándome del cuello de mi chaqueta.

- Dios Lauren, me muero por besarte desde el minuto uno que te vi leyendo ese libro debajo del árbol – me confesó.

- ¿Y por qué no lo has hecho? – le pregunté.

- Pues no lo sé, pero lo voy a hacer ahora mismo – dijo y unió nuestros labios con rapidez.

Mis manos fueron a sus caderas y las suyas a mi pelo, esta vez no era un beso como el primero, lento y suave. Cada vez era más rápido, con más ganas y más hambre. Camila me empujó con ella dentro del portal hasta llegar a la pared. Noté como sus manos recorrían mi cuerpo y su lengua pedía paso en mi boca, se lo di y nuestras lenguas chocaron. Ambas bailaban con total sincronía, de repente, Camila me sorprendió yendo a mi cuello, dejando besos y mordiscos en él. Yo estaba empezando a perder el control, el cuello siempre ha sido mi punto débil y si no paraba ahora, no iba a poder hacerlo más adelante, pero se sentía tan bien...

- Camila, creo que deberíamos parar... estamos en medio de tu portal podrían vernos – le avisé con el poco autocontrol que me quedaba.

- Sé que llevas razón pero me da igual – dijo ella – volviendo a besarme con la misma pasión.

A mí ya me daba todo igual, cogí a Camila que puso sus piernas alrededor de mi cintura y la pegué a la pared del portal. Seguimos besándonos con todas las ganas acumuladas que teníamos, parecíamos dos adolescentes que se besaban por primera vez, pero así era como me sentía, con Camila todo me parecía nuevo. Camila paso sus manos por debajo del dobladillo de mi camiseta y empezó a acariciar mis abdominales.

- Dios Lauren, no sabes todo lo que me encantas – dijo Camila con la voz entrecortada, mientras volvía a mis labios.

De repente, se abrió el ascensor y las dos nos separamos rápidamente, aunque no lo suficiente para que la persona pudiera imaginarse lo que estaba pasando. Para desgracia o suerte nuestra, esa persona era Dinah que bajaba en pijama y con un moño en la cabeza a tirar la basura.

- Camila, cariño, sabes que arriba tienes una habitación con una cama confortable ¿no? ¿O es que os va el sexo en público? – dijo Dinah, que reía a carcajadas y salía a la calle a con la basura en la mano.

Las dos estábamos rojas como un tomate, por la vergüenza y por el acalorado momento.

- Creo que esta vez, sí debería irme – dije yo.

- Está bien, hasta mañana Lauren – me contestó Camila.

- Hasta mañana Camila – dije dejándole un suave beso en sus labios.

Salí a la calle, sin mirar atrás porque si volvía a ver a Camila, no sé si aguantaría sin correr de nuevo a sus brazos. Me crucé con Dinah que ya volvía.

- Wow, ¿ya habéis conseguido despegaros la una de la otra? – dijo Dinah riéndose.

- Cállate Dinah – le respondí riéndome también y se me ocurrió una cosa – oye le podrías dar una cosa a Camila de mi parte.

- Claro, ojitos verdes – me respondió.

Saqué un papel y un boli y escribí el mensaje que quería, lo doblé y se lo di a Dinah.

- Sé que lo vas a leer pero espérate a que lo lea ella primero y gracias Dinah – le dije amablemente.

- De nada, para algo soy la capitana del barco – me contestó.

Yo no sé qué coño decía pero me fui a casa con una enorme sonrisa en mi cara. Camila un día de estos me iba a matar, me sorprendía cada día más y me encantaba aún mucho más. Realmente tarde cinco minutos en llegar ya que vivíamos muy cerca. Estaba entrando cuando mi móvil vibró. Era un número desconocido.

"Dinah me ha dado tu mensaje y ahora sí no te me escapas, Lauren <3"

Era Camila, por fin tenía su número. Lo guarde y entré en casa. Fui a mi habitación y me tumbé encima de la cama y decidí contestarle.

"Jamás querría escapar de ti, todo lo contrario" le escribí rápidamente.

"Dios Lauren, estaba pensando en lo de antes y tú ves las cosas que me haces hacer, te estás llevando toda la cordura de mi cabeza" me escribió ella.

"Me encanta esa parte de ti Camila, no dejas de sorprenderme y eso me fascina" le contesté rápidamente.

"Lauren te quiero conocer más, juguemos a preguntas y respuestas" me pidió Camila.

"Está bien, empieza tú" le respondí.

Me puse el pijama, bajé a la cocina a por un vaso de leche y unas galletas, abrí spotify para poner música de fondo y me detuve a esperar su mensaje.

Choque de trenes (Camren)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang