XXVIII

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Había llegado el día. Me desperté muy temprano ya que debía viajar con las chicas, Raúl y Jared al lugar.
Carlos, Diego y Jared habían quedado en recoger a Nicolas para irse juntos, engañando a Nicolas de que irían a acompañar a Jared a buscar "unas cosas" a "cierto lugar" fuera de la ciudad.
Fueron como 3 horas de viaje. Llegamos y rápidamente comenzamos a armar los campings, buscar troncos y ordenas los picadillos. Además de los adornos y la música.
–Jared dice que vienen llegando...–dijo Hillary
–¿Qué falta?–preguntó Raúl
Revisé la lista que tenía en las notas de mi celular y dije:
–Emmm... No. No falta más nada. ¡Estamos listos!
–¡Vienen entrando!–exclamó Yamiliz
Todos esogieron un lugar específico para esperar su llegada. Yo me posicione justo al frente para recibirlo.
Al llegar, noté que Jared y Carlos bajaron primero y le abrieron la puerta a Nicolas. *¿Pero qué...?*. Hasta ver que Nicolas tenía una venda que le cubría los ojos y parte de la nariz.
Me acerqué a él y, mientras no podía ver nada, lo besé.
–______, ¿que está pasando?
–Felíz cumpleaños, amor.
Le quité la venda y todos gritaron "¡Sorpresa!". Sus ojos brillaron, su cara se iluminó. Su emoción no tuvo comparación al ver lo que habíamos planeado para él. Un cumpleaños en la playa junto a sus mejores amigos. Su sueño hecho realidad.
–Chicos, ¡gracias!
–No a nosotros...–dijo Diego
–A ella.–concluyó Yamiliz
Nicolas se volteó a verme, con lágrimas en los ojos, y corrió hacia mí a abrazarme. Me levantó del suelo y empezó a dar vueltas.
–Ya, ya, ¡paren la cursilería!–dijo Carlos
–¡Qué comience la fiesta!–exclamó Raúl
Diego le subió el volumen a la música y empezamos a bailar. Toda la tarde fue así. Nadamos un rato y jugamos voleibol. También jugamos frisbee e hicimos relevos. Tiempo después nos sentamos a ver el atardecer. Cada uno junto a su pareja.
–Es el momento más perfecto de mi vida.–me dijo Nicolas al oído.–Gracias por esto, amor.
Se me erizó la piel. Era demasiado perfecto para ser real. Todos se veían tan felices y tranquilos. Solo una tarde en la playa con mis mejores amigos.

Armamos la fogata. Jared había traído su guitarra y había hecho que Nicolas trajera la suya. Yamiliz y yo empezamos a cantar algunas canciones de Camp Rock, nuestra película favorita. Hillary y Carolina se nos unieron enseguida. Los demás solo aplaudían.
Además de cumplir el sueño de Nicolas, había cumplido el mío. Todo era como una película que no tenía final.

Seguimos cantando y riendo. Jared y Hillary empezaron a tocar una canción que yo no conocía, pero era muy movida. Nicolas se levantó y me invitó a bailar. Carlos y Yamiliz copiaron la idea. Nos levantamos. Él me tomó por la cintura con una mano y con la otra tomó mi mano a la altura de mi hombro. Llevándome al ritmo, empezamos a saltar y a girar. Yo solo reía. Carolina se levantó a tomar fotos de todo con su celular.
–¡Momentos así merecen una foto!–dijo ella al acercase a nosotros para sacar una foto.

"Y, de pronto, llegaste tú..."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora