LIBRE [Gay]

Capítulo 2

                           -Héroe-

—Eres Ethan Blake ¿el fugitivo? —preguntó el castaño un poco intimidado.

—si... El fugitivo —respondió el rubio fulminadolo con la mirada, mientras se seguía quejando del dolor en su brazo.

—hazme un favor y sal de mi auto -ordenó Connor molesto. —no quiero tener nada que ver contigo.

—si me dejas aquí... Voy a morir —suspiró Ethan molesto. —y te las verás conmigo.

—no me asustas —mintió el chico castaño. Su corazón se aceleró a mil por segundo.

—te mataré si no me llevas —lo amenazó el rubio quejándose del dolor.

—mi papá es policía —soltó de pronto Connor para tratar de asustarlo, de hecho su padre si era un detective.

—Tu solo conduce —exclamó Ethan molesto.

Connor al ver el estado en el que se encontraba no tuvo otra opción más que llevarlo a donde pedía. No confiaba en él, así que llamaría a su amigo Mike para que lo ayudara, no quería estar solo con ése chico, ya que probablemente intentaría matarlo o algo así.

—¿que haces? —preguntó Ethan al ver que el castaño sacaba su móvil.

—llamaré a alguien —respondió mientras marcaba el número de Mike, éste ya se lo sabía de memoria.

—no lo harás —lo amenazó el rubio molesto apretando su cuello levemente. —baja ése célular ahora mismo.

—tranquilo, no voy a llamar a la policía —el castaño trató de tranquilizarlo. —llamaré a mi mejor amigo.

—¿porqué? —preguntó Ethan mirándolo a los ojos.

—Él siempre sabe que hacer -respondió Connor esperanzado de que su amigo responda.

Mike se encontraba en el cine esperando a Amy, era su primera cita. Ella era una chica rubia, delgada y con aspecto de bibliotecaria.

De pronto su móvil comienza a sonar y ve el nombre de su amigo en la pantalla.

—¿que pasa Jake? —preguntó el moreno al responder su móvil.

—necesito que vengas a la clínica veterinaria de la calle sexta —pidió el chico con voz agitada.

—¿porqué? ¿Que sucede? —preguntó Mike preocupado.

—¿recuerdas al fugitivo del que me hablaste ésta mañana? —preguntó el castaño, sonaba un poco asustado.

—¿Ethan Blake? —preguntó Mike curioso.

—si ése... -respondió el chico soltando una pequeña risa nervioso. —no lo creerás pero... Está en el auto conmigo.

—¡que demonios Jake! —gritó el chico preocupado por su amigo. —¿estás bien?

—si, estoy bien -respondió el chico al otro lado de la línea. —solo ven a la clínica.

—¡voy para allá! —Mike terminó la llamada y salió rápidamente del cine donde esperaba a Amy.

Mike llegó lo más rápido a la clínica veterinaria que le habían indicado. No estaba demasiado lejos. Ésa clínica había cerrado hace poco, ya que la mujer que la administraba murió.

Cuando llegó se acercó y pudo ver que el candado de la entrada estaba forzado, ésto lo asustó de sobremanera, ya que estaba irrumpiendo la ley al entrar ahí. Al entrar pudo ver a su mejor amigo y al fugitivo con el brazo herido.

—ohhh mierda. —susurró Mike preocupado al ver el brazo repleto de sangre.

—¡llegaste! —exclamó Connor aliviado.

—¿Que pasó? —preguntó el chico moreno sin entender bien la situación.

—la policía le disparó —respondió el castaño preocupado. —¿puedes ayudarlo?

—no sé que pueda hacer... —añadió Mike nervioso, ya que había estudiado como curar heridas, pero nunca le enseñaron como sacar una bala.

—haz lo que sea —exclamó Ethan quejándose del dolor, su rostro estaba más pálido, al parece había perdido mucha sangre. —¡pero sácame ésta maldita bala ahora mismo!

—¡está bien! —asintió el moreno intimidado. —pero necesito algunas cosas.

—todo lo que necesitas está en el cuarto de atrás —apuntó el rubio a un pequeño cuarto detrás de ellos, ahí guardaban los antibióticos y cosas así.

El chico se dirigió al cuarto a buscar las cosas que necesitaba, mientras Ethan se quitó la camiseta.

—¿que tal se ve? —preguntó refiriéndose a su la bala en su brazo.

—muy sexy... —susurró Connor mirando su torso desnudo. —digo... Muy mal, Terrible.

Ethan solo lo fulminó con la mirada, y Connor evitaba mirarlo a los ojos.

—¡listo! —exclamó Mike al llegar con una bandeja de cosas. -necesito que lo sostengas.

—está bien —respondió el castaño nervioso, mientras se acercaba a tocar su cuerpo.

Mike pudo sacarle la bala con un poco de esfuerzo. Lo curó y vendó, probablemente no se infectaria, así que no tenía de que preocuparse.

—todo listo —exclamó Mike triunfante. -ahora danos una razón para no llamar a la policía.

—si dicen algo de ésto, los mataré a ambos —amenazó Ethan furioso.

—no diremos nada —añadió el moreno un poco intimidado. —amenos que...

—cállate Mike... —susurró Connor temeroso.

—te dejaremos ir, si prometes no lastimar a nadie más —propuso el chico esperanzado.

—trato —respondió Ethan mientras atravesaba a ambos chicos para salir de ahí.

—eso fue fácil —añadió Connor con un tono burlón mientras ambos amigos se miraban mutuamente.

Ambos salieron de la clínica veterinaria y subieron al auto del castaño, ya que Mike llegó en bicicleta.

—¿porqué lo dejamos escapar? —preguntó Connor mientras llevaba a su amigo de vuelta a casa. —se escapó de prisión. Tengo que decirle a mi papá.

—¡no! —exclamó Mike rápidamente.

—¿A que te refieres con "no"? —preguntó el castaño confundido.

—sé lo que se siente que todo el mundo piense que hiciste algo que nunca sucedió —añadió Mike cabizbajo.

—puede que sepas como se siente -dijo Connor comprensivo. —pero ¿como sabes que no es culpable?

Éste no respondió, no sabia si Ethan Blake era inocente o no.

—aún no se que hizo para estar en prisión... —añadió el castaño con curiosidad.

—mató a su hermana —soltó de pronto Mike. —pero no creo que él hiciera algo así.

—¿dices eso después de ver como nos amenazó? —preguntó Connor sin poder creerlo.

—no lo sé... —susurró el moreno pensativo.

Después de dejar a su mejor amigo en casa, Connor volvió a casa con su padre, ya que era un poco tarde y debería estar preocupado.

Al llegar estacionó su auto y entró a la casa. Encontró a su padre en la cocina revisando unos papeles de su trabajo. Nunca dejaba de trabajar, por eso era uno de los mejores detectives de la ciudad.

—hola papá —saludó Connor con cansancio.

—hola hijo —correspondió el saludo sin despegar la mirada de su trabajo. —¿todo bien?

—eso creo... —susurró el castaño pensativo. —papá... Tengo que hablar contigo sobre algo.