Ella... Ella es el mal encarnado en el cuerpo de una mujer, el solo escuchar su nombre infunde terror, su presencia intimida a cualquiera y su cuerpo deleita los ojos de aquellos que se atrevan a mirarla...
Dos hermanos... Lucharan por su amor pero...
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-Pensaba que ya habías dejado de fumar -una voz rasposa, casi afónica habló tras de mi pero yo seguí tal cual como estaba sin inmutarme-
Tome un trago de mi copa de Martini seguido de otra calada al cigarrillo, frente a mi pude ver un traje gris.
-Puedo sentarme? -otra vez la voz rasposa, subí la vista topándome con unos ojos muy parecidos a los míos pero en un color verde~azulado-
-Hasta que decides aparecer Andre -le indiqué que podía tomar asiento- quién te dijo que estaba aquí? -mire la hora en mi teléfono y aún tenía algo de tiempo sobrante-
-Jensen... -me tomé un momento para verlo a detalle, no parecía estar drogado, parecía estar limpio-
-Y a qué viniste? -presione el cigarrillo que estaba entre mis dedos contra el cenicero de cristal apagándolo-
-Sabes a lo que vine, quiero volver al trabajo -Lo mire con una ceja alzada- estoy limpió puedes comprobarlo si quieres -me quedé mirándolo fijo, lo único que se escuchaba era la música de fondo-
-Estoy cansada de arreglar tus desastres Andre -coloqué la copa entre mis labios-
-Lo se, fui muy lejos esta vez... -su mandíbula se tensó- No quiero ser como ella, no quiero ser como nuestra madre -fruncí el entrecejo detestaba mi pasado, nuestro pasado, el hablar de ello era desagradable-
-Esta es tu última oportunidad Andre, lo sabes cierto? -deje la copa ahora vacía a un lado-
-Si, y se lo que pasa cuando las oportunidades de acaban -asentí-
-Nunca necesite que me cuidarás, de igual forma nunca fuiste capaz de hacerlo aunque fueras mayor qué yo. Así que ahora yo mandó, harás solo lo que yo te diga, no quiero que me causes ni un problema mas, entendido? -él asintió-
-Lo entiendo -murmuró- Como está Colton? Supe que estuvo en el hospital...
-Esta bien, solo fue una comida que le sentó mal -dije sin mas, quien iba a pensar que una simple comida china le caería tan mal a un niño- Tengo cosas que hacer -volví a mirar la hora en el movil- ve con los muchachos y ponte al tanto de lo que ha pasado -el asintió, se levanto de la silla y rodeó la mesa hasta quedar a mi lado- gracias -murmuró antes de irse-
-El señor Salvatore está aquí -La voz de Dean resonó en mi cabeza gracias a un pequeño audífono inalámbrico que me coloque en el oído-
-Tráelo conmigo -dije bajo, solo para que fuera perceptible por el micrófono que usaba-
Tome la copa vacía junto a mi y la levanté de la mesa colocándola al aire, rápidamente un mesonero se acercó para retirar la copa y traerme un nuevo trago.
