Ella... Ella es el mal encarnado en el cuerpo de una mujer, el solo escuchar su nombre infunde terror, su presencia intimida a cualquiera y su cuerpo deleita los ojos de aquellos que se atrevan a mirarla...
Dos hermanos... Lucharan por su amor pero...
-Mi reina Andre esta aquí -Me dijo Dean entrando a mi oficina-
Yo decidí ignorarlo y seguir sacando las cuentas de mis negocios, la verdad me estaban dando muy buenas ganancias, aunque uno en específico no estaba produciendo el dinero suficiente, ese era un restaurant.
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-Lo hago pasar? -me volvió a hablar Dean, yo solo lo mire de mala manera y el se fue-
-Me dices que venga y ahora no me quieres dejar pasar -dijo Andre molesto entrando a mi oficina-
-Andre estas agotando mi poca paciencia -cerré bruscamente la libreta que tenía en mis manos-
-Ten -me paso una bolsa negra de terciopelo bufo y se sentó en la silla frente a mi-
-Que son? -tome la bolsa y estaba bastante pesada-
-Velo tu misma -se encogió de hombros-
Tome la bolsa y la voltee, de ella cayeron una gran cantidad de diamantes, los tome entre mis manos y yo le calculaba al rededor de 100 diamantes mire a Andre y le sonreí.
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-Al parecer no eres tan inútil como pensaba - el me sonrió-
-ahora que tu ataque de ira contra mi ha cesado, me dirás porqué tanta furia contra tu hermoso hermano -se cruzo de brazos y subió sus pies al escritorio-
-Mientras tu andabas con tus putadas, el llamo! -arrugue el entrecejo y solté los diamantes- tuve que mandar a Richie a hacer tu trabajo Andre. Sabes que no quiero que mis Gecko tengan el menor contactó con el -lo mire de mala manera y devolví todos los diamantes a la bolsa-
-Bueno esta bien admito que debí haberte dicho que me iba a ir y que me llevaría a los muchachos-tomo una gran bocanada de aire, tanto el como yo éramos muy malos para aceptar nuestros errores-
