21. ¿Donde esta Sarah?

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LISETH

Aprovechamos que Sarah acompaña un rato a la hermana de Steve a los juegos del centro comercial, nosotros nos quedamos dueños de casa. Aunque estaba Mike, pero en su burbuja de amor con Alison.

Pero no todo aquí era amor, Manuela y Steve se daban unas miradas que echaban chispas, supongo que ambos están dolidos por todo lo que se dijeron.

—Tengo una idea—me aseguro de decirlo bastante fuerte, primero para que posaran su mirada en mí y me dieran su atención, y porque la música estaba fuerte—. Juguemos yo nunca, nunca mientras Sarah regresa.

Todos asienten aprobando mi idea, lo sé, soy la más.

—Lo haremos con zumo porque aquí no tenemos bebidas embriagantes, mamá no lo permitiría ni en cien años—dice chistoso Mike, mientras va de camino hacia el refrigerador.

Todos empiezan a organizarse cuando mi celular comienza a vibrar así que de inmediato centro mi atención en él y el mensaje que tiene.

Mathew: En 30 minutos llego a Buenos Aires, guarda silencio que será sorpresa.

Una sonrisa de posa en mi rostro, es una excelente noticia para todos pero mucho más para Sarah. Creo que volver a mirarse frente a frente les hará mucho bien a ambos.

—Yo quiero empezar —ofrece Manuela con medio vaso de zumo en sus manos—. Yo nunca he ofendido a un amigo que quería lo mejor para mi —propone la pelinegra con su vista en mi amigo rubio.

Definitivamente ya se cuáles son sus intenciones.

El único que toma un trago es Steve proporcionándole una que otra mirada de ira a Manuela, esto está más caliente de lo que pensé.

—Sigo —participa animado el rubio, él y Manu tienen un juego al verse de esa manera—, yo nunca he ocultado que me gusta alguien aquí presente—Oh por Dios, ¿Qué fue esto? Aquí está pasando algo de lo que no tengo la menor idea, soy la informante del grupo debo saberlo todo.

Fue un momento incomodo cuando Manuela levanta con pesadez su vaso y le da un sorbo, el rubio solo la mira sonriente.

—Me la pagaras —espeta ella algo incomoda, este par están empezando a sentir lo que yo llamo odio y amor, solo hay un paso de diferencia.

—Está bien, sigo yo —mencione a hacer mi entrada triunfal al juego, cuando tocan la puerta desesperadamente. Con rapidez me dirijo hacia el pomo de la puerta para hacerla girar—. Sophie mi amor, ¿Qué te paso?

La niña estaba muy acongojada y no podía responder lo que yo le preguntaba. Mis amigos al escuchar el llanto en un segundo estaban a su lado tratando de adivinar lo que tenía.

—¿Dónde dejaste a la tía Sarah, pequeña? —Preguntó Alison, agachándose para estar a su altura. Pero ella no respondió nada, lo único que hizo fue echarse a llorar en el hombro de la morena.

—Hermanita, me puedes decir que sucedió —esta vez Steve toma la palabra quizá a él si logre decirle algo.

—La tía Sarah —dice entre sollozos, de verdad que nos preocupa, verla solita en este estado y sin compañía pues salió con mi mejor amiga y llego sin ella —, un carrito amarillo —susurra la niña, su hermano la toma en sus brazos llevándola hasta la sala donde hace unos minutos nos encontrábamos.

Extiendo mi vaso de jugo para que pueda tomarlo y por ende calmarse, no sé si funcione pero he visto en películas que siempre le llevan un vaso de agua y como lo más cerca que tengo es un zumo.

Tiempo, amor y distanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora