| Historia publicada con Novacasa Editorial |
En Denver High se dice que si pones tu nombre en el casillero 420, Cupido encontrará a tu pareja ideal. Y ahí es donde entra April Jones.
April es alguien invisible para las personas y con pocos amigos...
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APRIL
Siempre es gratificante caminar por los pasillos de la escuela y ver a las parejas felices en todas partes: en el armario del conserje, en los pasillos, mirando fijamente los ojos del otro. No se podía escapar de ellos. Sobre todo ahora que era el comienzo del año, donde todo el mundo todavía estaba abrumado por una especie de humo de color rosa después de haber pasado un verano glorioso. Todo eso era un homenaje a mi habilidad, el talento que permitía que más de 90 parejas terminaran felices, o al menos en una ruptura amistosa.
Y las pocas veces que rompen, es porque básicamente me piden a alguien que no es el adecuado o la adecuada.
Sí, también tengo en cuenta las peticiones.
No muy a menudo, porque la gente no le suele decir a Cupido cómo hacer su trabajo. Las personas confían en el juicio de Cupido más que en sí mismos, lo cual es bueno, porque por lo general yo sé lo que ellos quieren más que ellos mismos.
Y eso se nota, debido a que la gente que yo escogí son más felices que las personas que me pidieron una petición.
━Tú.
No le presté la menor atención a esa voz mientras me inclinaba hacia abajo para abrir mi casillero.
━Chica de los libros.
La voz era profunda y masculina, refinada pero fría como el hielo. Me obligué a no responder de mala manera y continué colocando los libros en el casillero.
━¿Me estás ignorando? ━su incredulidad tenía más bien un tono de rabia, y tuve que contener la risa.
Pobre chico, frustrado por una nerd. Me levanté con pereza hacia él.
━Lo siento, ━contesté mientras me ponía de pie.━ Pensé que no me estabas hablando a mí.
Mis ojos viajaron por un cuerpo bien construido, vestido con ropa de diseño, me di cuenta de que era mucho más alto que yo antes de pararme en un par de ojos azules. Las palabras casi se atragantan en mi garganta cuando vi a quién me dirigía. Si hubiera sido una novela del siglo XIX, me habría desmayado.
━Me dirigí a ti con toda claridad, ━declaró Darren McGavern.
En cualquier otra persona, habría marcado su observación como una réplica, pero él no se rebajaría a esos niveles. Todo el mundo lo sabía. Las réplicas implicaban que había algo que defender, y todo el mundo sabía que no era posible. No para Darren McGavern, el Príncipe de Hielo, el chico más rudo de la escuela, al que nadie le plantaba cara. Cuando decía saltad, todos los demás luchaban por la oportunidad de preguntarle cuán alto.
━No, te referiste a mí como "la chica de los libros". Por lo que yo sé, ese no es mi nombre.
━Entonces es obvio que no estás bien informada, ━se burló.━ ¿Dónde está el casillero 420?
