Capítulo 5. El Accidente.

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-¡Hermanito!- me saludó Janet.

-Hola Janet- la abracé e involuntariamente salió de mi boca un suspiro.

-¿Qué pasó?- me preguntó dejando mi cuerpo.

-Vayamos a la sala y te lo cuento-

***

Ya casi termina mi turno, solo quedan cuatro pacientes por atender y me apresura mucho terminar de una buena manera, hasta que escucho unos nudillos contra la puerta de mi consultorio.

-Adelante- dí paso y me incorporé en el asiento.

-Hola linda- entró Richard, un compañero de trabajo, alto, cabello café claro, 25 años y cuerpo algo atlético. Es el encargado de los rayos X, y mi pretendiente favorito.

-Hola Richard- lo saludé con una sonrisa que borré al instante-¿Qué se te ofrece?- pregunté mientras acomodaba algunos documentos.

-Te traje un café, ya es algo tarde y no he visto que salgas a tomar algo- a pesar de que estaba en lo mio, observé una mirada preocupada en su rostro

-Muchas gracias- tomé el café y me incorporé de nuevo sobre mi asiento para observarlo mejor, Dios, es guapísimo, con esas lagunas verdes-

-Es un placer- Y me dio un rápido guiño- Ahora me tengo que ir preciosa, ¿quieres ir a cenar esta noche saliendo?

-¿Qué hora es?- subió la manga de su brazo izquierdo y observó su lujoso reloj

-Las once y media-

-Bien, salgo a las doce, ¿está bien?-

-Perfecto, a esa misma hora salgo yo, saliendo vengo a buscarte-

-Aquí te esperaré-

Y se dirigió hacia la puerta, no sin antes mandarme un beso desde el umbral de la puerta y al cerrarla correspondí con un suspiro. Volvió a escucharse el golpeteo de la puerta.

-Pase-

-Buenas noches doctora- me dijo una señora con un niño en brazos y me alarmé.

-Buenas noches- me paré de mi asiento y señalé la camilla- Acuestelo aquí, por favor- obedeció- ¿Qué pasó?

-Estaba jugando con sus amiguitos en el patio de mi casa, y al parecer le picó algo en la pierna- me mostró la parte afectada y traje inmediatamente alcohol, gazas y agua oxigenada- Corrió a avisarme y se desmayó-Comenzó a llorar

-Tranquila señora, lo que su hijo necesita es que esté tranquila y preparada para lo que proceda- Humedecí una gaza con alcohol y se lo di a la mujer- Tome esto y páselo cerca de su nariz, háblele, debe reaccionar

La señora al acto comenzó a hacer lo que le dije, mientras yo humedecía un trozo de algodón con agua oxigenada y limpiaba la herida de la pierna del pequeño.

-... Vamos mi amor, reacciona, cuando... Cuando salgamos de aquí te comprare... Te compraré un helado... Y... Y todo estará bien- la mujer sollozaba entre cada frase que decía y a mi se me partía el corazón, hasta que el niño comenzó a mover los pies y las manos.

-¿Mami? - dijo aún con los ojos cerrados

-¿Sí mi amor?- dijo la mujer limpiando sus lágrimas con el dorso de su mano y con la otra tomaba de la de su pequeño

La Doctora De Jackson - MJH #MJacksonAwards2020Where stories live. Discover now