Capítulo 1. Así es mi vida.

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Enero

Era una fría, pero tranquila mañana en Los Ángeles, y como todos los días me levanté para tomar una ducha que no duró más de 15 minutos. Salí, y me vestí con unos jeans azules, una blusa blanca de botones y unos tacones, no muy altos del mismo tono que mi prenda superior.

Al cabo de unos minutos me ví en mi cocina preparando un café para después dirigirme a mi trabajo en "Smile", un hospital general no muy reconocido, en el cual yo ocupo el puesto de pediatría.

Tomé el café entre mis manos, junto con mi bolso y mi chaqueta, salí de mi departamento colocando el seguro a mi puerta.

Caminé hacia la salida del edificio donde estoy hospedada y ahí estaba mi auto precioso de un color azul marino.

Al subir, sonó mi teléfono.

—¿Vanessa?— dijo una voz que conocía a la perfección... Rose.

—Hola Rose, ¿qué sucede?— le pregunté mientras me siento en el lugar del piloto en mi auto y cierro la puerta.

Hola amiga, necesito tu ayuda para cuando salgas del trabajo, hoy sales temprano, ¿cierto?

—Sí, hoy salgo temprano—respondí segura

Bien, te veo en mi casa y te platico inquirió tranquila

—Esta bien, adiós—

—Adiós—

Colgué mi celular y dejé las cosas en el asiento copiloto, y mi vaso con café en el porta vasos que se encuentra entre ambos asientos.

Encendí la radio y arranqué, iba mirando el paisaje de tránsito mientras tocaba el claxon a cada minuto.

— ¡Vamos! — toqué por enésima vez el centro del volante en vano.

— Tranquila, nena. Todos estamos esperando — dijo un chico a la par mía, yo subí el espejo ignorándo su comentario.

En 30 minutos ya estaba en "Smile", baje de mi coche y entré al gran edificio. Personas corrían de aquí para aya, y lo mejor era que yo formaba parte de ellos. Subí el elevador al piso 4 mientras saludo a algunos compañeros y amigos, fui a mi consultorio y comencé a sorber el café que, aún tibio, se encontraba en mi taza, me coloqué mi bata y salí para dirigirme a el escritorio de mi secretaria y amiga Mery Nort, es una mujer joven, ojos azules y preciosos con un cabello rubio y hoy en sus labios, un labial color rojo.

—Mery, buenos días—le sonreí y ella correspondió.

—Buenos dias Doctora Thomson, hoy hay una cita que aguarda en este momento, ¿la hago pasar?— pregunta mirando su lista.

—Por favor—me giré para reingresar en el consultorio cuando se me ocurrió una idea— Y, Mery

—¿Si, Doctora?—

—¿Podrías traerme galletas al consultorio cuando puedas?—le dije para después crear una sonrisa en mis labios que complementaban mi petición.

—Claro que si Doctora—dijo sonriente y volviendo a su labor.

Entré de nuevo a mi consultorio y lo observé por un momento, percibí sus cuatro paredes blancas impecables, con algunos adornos infantiles, una camilla desplazable, un estante con utensilios y medicinas qué recomendar y por último, un escritorio con una silla, en él se encuentran una computadora y una impresora.

Tomé asiento en la silla que está frente a mi escritorio y se escucha que tocan la puerta, a mi indicación se abre y se asoma Mery con mis galletas.

—Gracias Mery—

—De nada, Doctora. Por cierto, hay una cita en espera—

—Hágala pasar— comenté y ella asintió saliendo.

Una mujer de mediana edad morena entró en la sala, y delante de ella una niña con la mirada triste.

—Buenos días Doctora—dijo la amable señora.

—Buenos días, tome asiento por favor—le dije señalando dos sillas al frente y ella agradeció y ambas tomaron asiento—¿qué sucede?—le pregunté con una sonrisa

—Doctora, a mi hija le duele mucho la garganta, ya probamos remedios caseros, pero no parece funcionar—

—Bien—escribí algunos datos en mi computadora—¿Cómo te llamas linda?

—Se llama Dany—dijo su madre

—Bonito nombre Dany, ven aquí — le dije apuntando a la camilla y ella obedeció —Vamos a ver, abre grande — le apunte en la garganta con una luz para observar mejor — Estará bien sólo debe darle esto—le comenté dándole una hoja con el nombre de una medicina.

— Gracias Doctora — dijo la amable señora, mientras la niña solo me obsequió una pequeña sonrisa.

— Toma, por esa pequeña sonrisa — le dije regalándole una paleta y ella sonrió más y salieron ambas, y entró el siguiente paciente.

*****

Me desperté esta mañana gracias a los gritos de mi Mánager y gran amigo Frank Dileo, quien me informaba impacientemente que era hora de partir a Los Ángeles, mi hogar, Neverland.

— Michael, ya levántate, es hora — dejó de sonar mi puerta y decidí levantarme, me bañé, cambié con una camisa roja, pantalones negros, mocasines y sombrero, salí para encontrarme con el que hace unos minutos trataba de tirar mi puerta.

— Buenos días, Frank — le dije con una sonrisa

— Buenos días Mike, ya hay que irnos, Bill tiene listo el coche — comentó obsequiandome una taza con café

— ¿Con dos de azúcar? — le dije, esperando que dijera que si

— Una Michael, ya lo sabes —

— Esta bien — dije un poco triste y di un sorbo a mi café.

Me trata como si fuera un niño que tenía que cuidar, y no me da azúcar "porque soy muy hiperactivo", estupideces. Terminamos de desayunar y salimos del hotel por la parte de atrás, tuve que disfrazarme para que no me descubrieran, de hecho, sólo cubrí mi cara con un casco de motocicleta y el plan resultó todo un éxito, entramos al auto.

— Buenos días señores Jackson y Dileo— me dijo Bill, desde el asiento del piloto

— Buenos días Bill, ¿puedes subir el vidrio? — le dije mientras me quitaba el casco.

— Está bien, señor Michael — solté una risa y subió el espejo.

— Bill, podríamos dejar esto para otro momento, se nos hace tarde — nos interrumpió Frank.

— Frank, tranquilizate, sólo vamos unos cuantos minutos tarde — traté de calmarlo.

— Lo malo es que no vamos en tu avión privado Mike, y los vuelos comerciales no esperan — me reprochó.

— Esta bien, esta bien — le obedecí.

Bill arrancó y no pasaron más de 10 minutos y ya estábamos en el estacionamiento del aeropuerto, sacaron mis maletas y llegamos a donde tomaría mi avión, subieron mis cosas y yo me senté en mi asiento, Frank se sentó a mi lado.

— Mike, ¿qué harás cuando llegues? — me miró con interés.

Hola a todos! Me encantaría realmente que alguien leyera este Fanfic porque es el primero que escribo, no tengo mucho para decir, solo agradecerte por tomarte el tiempo de leer este primer capitulo de la historia, vota y comenta, tu opinión es importante y valiosa para mi, gracias por leer y nos vemos en el próximo capitulo.

-Sweet

La Doctora De Jackson - MJH #MJacksonAwards2020Where stories live. Discover now