Ay, niño, niño

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Ay, niño, niño.

¡Por qué precisas estos brazos!

Tan cansados de entregarse.


Y tan a punto de acabar.

Ay, niño, niño.

¡Cómo yo podría abrigarte!

A tu lado no me puedo quedar.

Ni la noche nos concedió luna,

ni la vida la oportunidad.

Que estos dos tragos sean los recuerdos

Y este segundo, la eternidad.


Ay, niño, niño.

Ya no me veas así a los ojos.

Que su vacío te puede tragar.

Todavía hay destellos en tu vida.

Alejándote los vas a encontrar.

Ya no te hagas el malo, cariño.

Ni te limites a amar.

¡Ay, mi niño, niño!

Tú todavía puedes sanar.

------------------------------------------------------  Holaaaa, ¿cómo están?

Resulta que esta es una  chica de diecinueve años escribiéndole este poema a un chico dolido de veintidós que se ha topado en un bar de mala muerte. Él ha tenido malas experiencias y se ha vuelto totalmente antipático, percivió en ella la misma aura y como todo bravucón que no sabe muy bien cómo luchar con sus emociones, quiso aferrársele y que ella le mostrara por qué camino ir; el problema es que a ella, que ha sido tan buena toda su vida, ya se le agotó cada cosa pura del interior y se quebró. Está irreparablemente rota e inexorablemente encaminada a la muerte. Él tiene cuatro años más que ella y  se está ahogando en un vaso de agua, mientras ella sobrevivió durante catorce años las crueles mareas del atormentado mar.

Antes de marcharse para siempre, ella decide decirle aquel hombre fornido y con máscara de malo que se calme y se dedique a vivir felizmente. A pesar que para ella ya no hay remedio, él todavía tiene oportunidad. Ay, niño, niño, ojalá lo puedas entender.

Si les gustó la  minihistoria pueden preguntar por las que  hay detrás de los otros poemas , para mí sería un gusto compartírselas ❤. ¡Gracias por leerme, un beso!

Mala, muy mala, pero te quieroWhere stories live. Discover now