[8] Romper

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Algo extraño había pasado.

Desde aquella noche donde Taehyung había llegado enfermo y lastimado, no había vuelto a tararear sus canciones.

Los primeros días Jungkook no quiso molestarlo, pues entendía que el mayor necesitaba un tiempo para recuperarse del shock que significaba para él ver a su padre después de todo lo ocurrido. No obstante, ya habían pasado dos semanas y el chico no daba señal alguna de querer seguir con su rutina.

Jungkook y Taehyung tenían una extraña relación donde se comunicaban sólo a través de esas paredes, de esos cristales. Sin embargo, luego de lo ocurrido esa noche, Jungkook estaba seguro de que algo cambiaria. Pero no pensó que el cambio resultaría en su contra. Porque por más que el castaño llamara al mayor o intentara interceptarlo en el pasillo de la pensión, el rubio simplemente pasaba de largo y se encerraba en su habitación, haciendo oídos sordos a sus palabras.

Lamentablemente para él, el menor no mostraba intención de ceder con facilidad. Y esa noche, mientras un temporal azotaba con fuerza afuera, se cansó de simplemente golpear la pared y llamar a su nombre. Jungkook salió al balcón por segunda vez desde que llegó, mandando a la mierda su última gota de paciencia y conciencia, pues ahora la lluvia caía sobre él intensamente y el viento lo hacía hasta tambalearse.

No ocultó la decepción en su rostro al encontrar la puerta corrediza cerrada y a Taehyung viéndolo a través de cristal con ligera sorpresa atravesando su rostro. Porque Taehyung no tenía cortina y tampoco esperaba ver a Jungkook al otro lado de la puerta.

―¡Taehyung! ―El chico gritó su nombre, golpeando con insistencia la puerta de cristal mientras pedía mentalmente que el mayor fuese capaz de escucharle aun ante el mal pronóstico del tiempo. ―¡Abre la maldita puerta, Taehyung! ―El rubio negó suavemente con la cabeza, haciéndole saber que lo escuchaba y se negaba a encontrarse con él.

―Vete, Jungkook, vas a pescar un resfriado ―Habló con voz ausente mientras apoyaba sus manos contra la puerta, dándole una mirada suplicante.

―No me iré, joder, no lo haré ―Sus dientes castañeaban. ―¡Dijiste que siempre estaría abierta! ¡Tú lo dijiste! ―Taehyung desvió la mirada, presionando sus labios. ―Suficiente, aléjate de la puerta ―Dictaminó.

―¿Qué planeas hacer? ―Su voz tembló al encontrarse con los ojos oscuros del menor que lo miraban con determinación.

―¡Apártate del maldito cristal, Taehyung! ―Y lo hizo, porque el menor repentinamente se había abalanzado dando un golpe tan duro, que el cristal cedió en incontables trozos.

La lluvia caía en el exterior como si el cielo fuese a colapsar en cualquier momento. Pequeños cristales estaban desparramados en su cuarto. Y Taehyung sintió que su corazón también se rompía al comprobar que las gotas que mojaban el rostro del menor no eran responsabilidad de la lluvia. Porque estaba llorando, Jungkook estaba de cuclillas frente a él y llorando.

―Dijiste... dijiste que siempre estaría abierta

―Jungkook...

―¡No puedes decir algo y luego hacer como si no sucedió! ―Le reclamó entre sollozos. ―¡No puedes evitarme para siempre, Taehyung!

―Pero yo...

―¿Quieres saber por qué tu madre cantaba canciones dulces para ti, Taehyung? ¿Quieres saberlo? ―El mayor cerró su boca, sin saber que decir. ―¡Porque quería que fueses feliz! ―Sus ojos se ampliaron. ―Porque tu madre te amaba... ella definitivamente estaba deseando que fueses feliz. ¿Y tú eras feliz por escucharla, no? ¿Tú estabas pensando en lo genial y fuerte que ella era, cierto? ―Los ojos del rubio se llenaron de lágrimas. ―Tu madre no ocultó su dolor por tu culpa, Taehyung, ella fue capaz de rescatar los buenos momentos gracias a ti. De otro modo, ¿cómo creías que aún existía dulzura en ella?

―Jungkook... ―Llamó su nombre en un sollozo, queriendo responderle pero sin saber qué decir.

―Deja de actuar como un idiota, Taehyung ―Secó sus propias lágrimas. ―Deja de reírte como un idiota. Tu historia, lo que has vivido, no lo menosprecies, porque todo eso te han convertido en lo que eres ―Su corazón se contrajo al verlo llorar. ―No estoy fingiendo preocupación, no estoy sintiendo pena por ti, ¿me oyes? La razón por la que estoy aquí es porque te quiero, porque me gustas, porque no entiendo cómo he llegado a sentirme de esta manera, pero quiero estar junto a ti. Y no me importa si tienes cosas buenas y cosas malas, porque yo también las tengo, Taehyung. No te escondas de mí... no lo hagas ―Pidió, extendiendo su mano hacia él. ―Porque si lo haces, no me importará seguir rompiendo más paredes o puertas con tal de llegar a ti

Su llanto desgarrador se escuchó incluso a través de la lluvia. Y Jungkook volvió a llorar, de manera silenciosa, porque ahora aquel chico lo abrazaba como si no quisiera dejarle ir jamás.

Taehyung por primera vez en mucho tiempo se sintió realmente bien. El mundo en el exterior parecía estar cayéndose a pedazos, pero él había encontrado calidez en los brazos de alguien más luego de mucho tiempo.

Thin walls [KTH + JJK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora