[6] Abierta

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Taehyung sintió unos dedos moviéndose delicadamente sobre su pómulo hinchado, esparciendo una crema fría que lo hizo dejar escapar un ligero suspiro de alivio. Cuando abrió los ojos por fin, una compresa fría descansaba en su frente y un parche había sido puesto minuciosamente en su rostro. No pudo evitar mostrar una pequeña sonrisa al encontrarse con los ojos chocolates del menor que lo miraban aun con preocupación, haciéndole lucir casi adorable bajo la tenue luz.

Aún era de noche.

―Por fin despertaste... ―El alivio se extendió por su rostro mientras tomaba unas pastillas y un vaso de agua. ―Por favor, hyung, toma esto, te hará sentir mejor

Lo hizo sin rechistar, acomodándose nuevamente en su cama habiendo terminado. Jungkook había tomado una toalla que había sumergido en agua, acercándola a él. Sólo ahí fue capaz de notar que su torso estaba completamente desnudo.

―Hey... ―Comenzó a decir.

―Shh ―Lo calló el menor, limpiando un golpe cerca de su estómago. ―Esto es... horrible ―Dijo con dificultad, su respiración volviendo entrecortada mientras hacía un esfuerzo sobrehumano para no apartar la mirada del gran golpe. ―No pareces el tipo de chico que se metería en una pelea. ¿Qué pasó?

―Hmm ―Taehyung gimió levemente por el dolor, riendo con amargura luego al escucharle hablar. ―Quizás el concepto que tienes de mí es errado, Jungkook ―Bromeó, su voz rasposa sonando demasiado en serio.

Estaba esperando que aquel chico riera bajito o le respondiera con un comentario sarcástico, pero no hubo nada. Sintió las manos que ahora ponían un parche en su herida temblar y se sorprendió cuando al posar la mirada en el castaño, éste mordisqueaba con fuerza su labio inferior mientras pequeñas lágrimas se acumulaban en sus ojos.

―Jungkook...

―Tenía miedo ―Confesó, su voz demasiado quebrada como para continuar fingiendo que estaba bien. ―Tu no llegabas y tenía tanto miedo ―Sollozó. ―¿Dónde estás? ¿Por qué no has llegado? ¿Por qué no estoy escuchando tu voz? ¿Por qué si saliste del trabajo como cada día, no fuiste capaz de llegar a casa? ―Soltó las preguntas con nerviosismo. ―Tuve miedo entonces y tengo miedo incluso ahora ―Agachó la cabeza, tapando su rostro. ―Cuando llegaste y no me respondiste, realmente me temí lo peor. Y cuando salí del balcón fue cuando más miedo tuve en mi vida, porque temía encontrarme tu puerta cerrada ―Ahogó un sollozo. ―Dios mío, Taehyung, ¡yo no sé qué hubiese hecho si encontraba tu puerta cerrada!

La mirada del mayor había perdido todo rastro de diversión.

Las ocasiones que había tenido para ver a Jungkook eran casi nulas y esa noche, cuando lo encontró a su lado con esa mirada cargada de preocupación, pensó que aquel chico con cuerpo de hombre pero rostro infantil, era realmente lo más cercano a un ángel.

Porque, Dios, él era hermoso. Más que cualquiera.

Y en su propia desdicha, jamás había notado que aquel hermoso chico estaba temblando debido al miedo.

―Jungkook ―Lo llamó, extendiendo su brazo hacia él, posando su mano en una de sus piernas para presionarla con confianza. ―Está bien, Jungkook ―El menor secó sus lágrimas, alzando la mirada hacia él. ―La puerta siempre ha estado abierta ―Admitió, relamiendo sus labios luego al sentir como su boca se secaba. ―Mi puerta siempre estará abierta para ti

Y Jungkook apartó sus últimas lágrimas, mirándole con consternación siendo bañada en una inexplicable dicha. Porque sabía que, en el fondo, aquellas palabras tenían un significado más profundo del que aparentaba.

Porque las puertas que Taehyung estaba dejando abiertas para él, no eran sólo las de su habitación.

Thin walls [KTH + JJK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora