XI

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3 meses después.

Lo que ha pasado estas últimas semanas han sido del asco. Durmiendo de lo más incómodo, comiendo comida horrenda que parecía sacada de la basura y servicio comunitario

Perrie no se ha vuelto aparecer desde hace una semana.

Estaba acabando de limpiar mi espacio cuando alguien me empujó.

–¿¡Cuál es tu problema!?– grité.

Hola princesita-con tono burlón aquella mujer –que parecía un hombre– sonrió.

No le preste atención y seguí limpiando mi área pero esta vez la mujer de hace segundo tiro toda la basura que había recopilado al suelo de nuevo.

¿¡Por qué hiciste eso!? Te voy a...–no dije más nada

Me vas a ser ¿Qué?, dimese acercó a mi peligrosamente.

¿Quieres irte?– dije rendida.

Que si no quiero– me empujó lo suficientemente fuerte como para que yo estuviera derrumbada en el suelo.

Me paré y mis intensas ganas de golpearla aumentaron. Mis ojos cambiaron de color negro y mi cuerpo sumaba más ira. Me acerqué a ella y la tomé del cuello para así apretarla.

Su cara estaba roja y no podía respirar. Sus labios se movían pidiendo ayuda, luego de eso me gritaron para que me detuviera pero aún así, no lo hice.

Me agarraron de los brazos y me alejaron de ella.

Allí no me permitieron salir, por nada, no salí por 5 días.
Casi todos me tenían miedo, se espantaban apenas me miraban por lo que había sucedido.

Mi boca estaba seca, necesitaba Agua.

Tomé la cantidad de agua que Necesitaba y volví a mi cama. Esto es lo que hacia aparte de limpiar y acomodar la ropa de cárcel.

-Thirlwall-alguien me llamó y mire en donde había salido esa voz, era un guardia.-Salga.

Me pare y llegué hasta la salida para que me esposaran. No íbamos hacia afuera para que limpiara, ni tampoco para que doblara ropa sino a una habitación con un escritorio, la misma del principio.

–Sientese y no se mueva– me ordenó.

Asentí y luego se fue. De nuevo la luz se enfocaba a mis ojos y aquella silla incómoda. Todo era incómodo e intimidante.

–Hola de nuevo, Señorita Thirlwall– giré mi cabeza para encontrarme con el oficial pero esta vez venia acompañado de tres hombres.

–la he traído hacia aquí para acomodar algunos asuntos.– se sentó en la silla que estaba del otro lado del escritorio.–la habitación de Jed tenía cámaras en el techo y allí pudimos ver que captó el momento en que pasó el accidente...

Me mostró la cinta, la colocó en el reproductor y comenzó a rodar el vídeo en el pequeño televisor. Estaba yo sentada en la cama de jed y luego el apareció, se sentó junto a mi y me entregó el vaso de agua, estuvimos hablando, apareció el momento en el que estábamos a punto de besarnos y allí fue cuando jed voló hacia la pared. El oficial detuvo en vídeo con un pequeño control y se paró de la silla.

–Entonces eso fue lo que pasó-dijo caminando de un lado a otro.–¿Es cierto lo de su amiga imaginaria?

–Sí.

–¿Me puede decir de que se trata?

Suspire –Es como otra alma que habita en mi interior, suele ser peligrosa en ocasiones... Ocurrió cuando tenia 4 años para ser precisos, desde allí comenzó todo. Cuando la provocas se molesta y suele lastimar.

Él me miró extraño.

–Entonces...¿tienes un espíritu de alguien?

¿Espíritu?.

–No... Sé.

–Bien, espereme aquí.

Él se fue con los hombres y salieron de la habitación para cerrar la puerta detrás de ellos.

Me quedé sentada mirando al suelo y esperé minutos. ¿Era el bien haberles dicho eso?.

Me da miedo que después todo el mundo se entere y me describan como la extraña.

Esos minutos se hacían horas, eternas horas ¿Para que se habrá ido?

–Volví– levanté mi vista para mirar de nuevo al hombre con papeles en la mano, y sin los hombres –He hablado con el juez le mostré la grabación.

–¿Qué le dijo?– pregunté.

–Esos 25 años de cárcel serán anulados con una condición– me mostró los papeles.

–¿Cuál es?.

–Si demuestra que su amiga imaginaria es real.

Two Souls | Thirlwards Donde viven las historias. Descúbrelo ahora