Final de cuentos

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todos se movían de un lado para el otro en la mansión del Alfa, algunos cargando rosas otros con aperitivos, pero todos vestidos de gala, un gran acontecimiento estaba apunto de ocurrir en la gran casona, los sentimientos de pánico y alegría oscilaban sin parar, todo debía estar listo pronto.

ya hacia mas de un año desde que Sichel habia sido proclamada la Luna de la manada, la habían recibido como si hubiese nacido en dicho lugar, bueno era de esperarse, Silber, sus padres y hermanos se habían encargado de hablar muy bien de ella, y el alfa no habia dejado de sonreir desde que habían vuelto ese dia a casa, él se encargaba de que cada momento fuese mejor que el anterior para su amada, justo como se lo habia prometido a su amigo de ojos grises, quien aún parecía renuente a aceptar que le quieran a su hermana, aunque no es como si pudiese hacer mucho al respecto, no cuando ella se veía tan feliz, solo le quedaba acostumbrarse a la idea de que el algun dia se convertiría en su cuñado, aunque claro, él tratará de retrasar esto tano como le fuese posible.

la fecha parecía tener un límite, el plazo se agotó antes de notarlo, lo sabia, él podía verlo sentado a los pies de la cama mientras frotaba nerviosamente sus manos, nunca lo habia visto tan nervioso, desde...que se enteró de que Sichel era lo que buscaba,  acomodo por quinta vez su corbata.

-si no te paras el traje se arruga-  habló el Starry, el otro rápidamente se puso en pie, para luego revisar en el espejo de cuerpo completo que todo estuviese como debía, el traje negro lo hacía lucir esbelto, su cabello peinado con cuidado, su rostro bien afeitado, vio directo a sus ojos, envueltos en el miedo y el pánico.

-y si ella no llega- soltó al fin lo que lo preocupaba, su amigo lo vio como si fuese un completo loco, habia tratado de que Sichel no se llevara tan bien con él por mas de un año, en un principio par miedo a que la hiriera, luego por el terror de perderla, pero nada habia funcionado, ella lo amaba, mas de lo que jamas habia querido a nadie.

- como si tuviese tanta suerte- murmuró para sus adentros, si bien el era su mejor amigo, temía que él no la hiciera feliz,  su instinto protector era muy fuerte, pero ya era hora de aceptarlo - ella te ama- le recordó, logrando que el otro lo viera con los ojos brillantes de felicidad, para luego sonreírle, y acercarse para abrazarlo, ellos eran como hermanos, apenas si tenían mese de diferencia, y sus madres eran amigas, "supongo que tu eres mucho mejor que los otros idiotas aya afuera" pensó mientras respondía el gesto

-y yo a ella, mas de lo que jamas pensé amar a alguien- lo sabia, nunca antes habia visto esa mirada en sus ojos al contemplar la, ella era lo único que él deseaba ver por el resto de su vida, solo le quedaba acostumbrarse

se separaron y él de traje gris vio el reloj de su muñeca, faltaba poco para que el gran acontecimiento ocurriera, ya todo debería estar en su lugar, alzó la vista hacia su amigo, viéndolo fijamente

-¿listo?- consultó, el otro respiro profundo, tratando de expulsar de su organismo aquellos nervios que lo carcomía, luego lo vio decidido, era ahora o nunca

-mas de lo que nunca le he estado- afirmó para luego encaminarse a la salida, Silber no pudo evitar sonreír, podía ver su mano temblar, a pesar de lo decidido que trataba de verse

caminaron por el pasillo, sintiendo el alfombrado piso que amortiguaba el sonido de sus pasos, los cuadros a lo largo presumían sus vidas por medio de imágenes inmóviles, su pulso se aceleró al llegar a la puerta que daba al jardín, tomó el pomo sintiendo su tambaleante mano luchar por sostener el metálico objeto, giro de el y la madera se abrió, el brilloso ambiente los cegó por un segundo,  al enfocar pudieron ver como todo habia cambiado, sus amigo los veían desde los primera fila de sillas dispuestas en dos columnas, Lenna acompañada de Nikola los saludaron, Noba abrazaba a la primera por la cintura, ellos habian tenido un tiempo dificil, despues de todo  los lobos aún no saben cómo llevarse bien con la mitad vampira, pero eso no parecía afectar le en lo mas minimo a ella, quien mas de una vez habia aclarado "no estoy aqui por ustedes, si no por Nova, yo iré donde el valla", aunque claro, esto no evitaba que Nova y sus amigos, la nueva Luna incluida, hablaran maravillas sobre ella, y como le había salvado la vida, lo que le sumaba muchos puntos.

el frio amor del AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora