el hombre al que amo...

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santa papaya 2.3k no me lo podía creer cuando lo vi, tuve que verlo varias veces (y lavar mis ojos con Cloro ) para asegurarse de que no era un espejismo QuQ, todo esto es gracias a ustedes, que se toman el tiempo de leer mi historia,  por eso quiero agradecerles a todos y cada uno de los que la siguen, los/ las  amo.

ya no los distraigo, espero que les guste el cap >3<

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Ante los recientes acontecimientos, solo les quedaba algo por hacer a nuestro grupo de lobos, esa chica que hace apenas unos meses conocían se había convertido poco a poco en algo mucho mas de lo que esperaron al encontrarla, era su amiga, confidente, su familia, y para él en especial, era la razón por la que se levantaba por las mañana, prácticamente desde que la vio por primera vez, si bien nunca pensó profundamente en ello, sin darse cuenta siquiera, sin permiso y sin freno alguno, ella con sus grandes ojos escarchados, su piel nívea y sus labios cereza, se había metido en su piel, como si ese fuese el único lugar al que perteneciera, y era justo como era, ella era suya así como el era completamente de ella. No podía dejar de recordarla, la forma en que la luz del sol hacía resplandecer su piel, dándole un aspecto mágico, como si tratase de un ser etéreo perteneciente a un plano totalmente distinto al propio.

-no te preocupes amigo, la encontraremos- la voz de Nova, quien palmeaba su hombro, tratando tras pásale un poco de su optimismo, sonaba más como un pésame para el

Pero, debía ser así, él tenía que hallarla, debía hacerlo, deseaba verla, más de los que le apetecería el agua bajo el imponente sol del desierto, la ansiaba con la potencia que sus pulmones anhelan el aire, la precisaba con urgencia, como si su vida se consumiera lentamente en su ausencia.

-debemos, y se los aseguro, ese mal nacido conocerá lo que es el dolor verdadero, así tenga que descuartizarlo porte por parte, le haré pagar por todo lo que le ha hecho a Sichel, pagará con sangre cada una de sus lágrimas- la mandíbula y los puños apretados, solo eran una pequeña señal de o furibundo que se encontraba.

- pero primero, debemos ir por refuerzos- acotó Eret, sabían que los necesitan, porque si bien todos ellos fueron adiestrados en el arte de la lucha desde pequeños, ninguna precaución estaba de menos, mucho menos cuando la vida de la hechicera era la que peligraba, debían proceder de manera tal que el "chupasangre", no tuviera oportunidad alguna.

Los jóvenes se adentraron rápidamente en sus terrenos, todos los pobladores los vieron extrañados, no solo porque venían montados en un vehículo, sino también debido la velocidad con la que conducían, lo que dejaba a la vista lo serio y urgente del asunto, y como un presagio de lo que posiblemente se aproximaba, los primeros en llegar a su encuentro fueron los guardias mas cercanos, quienes con solo ver el semblante de los recién llegados, intuyeron de inmediato que algo grande se avecinaba, así que no tardaron en informar a otros guerreros, se les requiere con urgencia, a los mejores, los mas fuerte, los mas veloces y los mas listos. Ellos fueron agrupando en filas bien marcadas, como si de espartanos se tratase, lanzaron un grito de guerra antes de comenzar la marcha, uno por uno fueron tomando su apariencia animal, dejando a la vista una gran gama de pelajes de diversos tonos, con sus garras afiladas, y sus colmillos listos para desgarrar la carne del enemigo.

El sonido de sus pasos veloces retumbaban entre los enormes robles, formando un eco ensordecedor, y a la cabeza de todos los lobos, el mas grande de ellos con sus ojos turbados por la ira y la desesperación, gruñía con violencia, al saberse cada vez mas cercano a su amada, este era seguido de cerca por sus amigos, ellos la salvarían, la traerían de regreso a su hogar.

El sombrío castillo al fin fue visible a la distancia, así que disminuyeron un poco el paso, debían ser sigilosos, mezclarse entre las sombras de la noche, como era su naturaleza, su perfecta vista nocturna les hizo bastante fácil avance, esquivando con astucia cada trampa, estaban entrenados para ello, cuando al fin se encontraron de narices con el enorme edificación, se erguía imponente, con su aspecto lúgubre y carente de vida, eso posiblemente alegaba a mas de un curioso, pero no a ellos, no tardaron en adentrarse en el lugar.

el frio amor del AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora