la bruja blanca en el castillo sangriento

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era primavera y como siempre yo me encargaba solo de divertirme, no es como pudiese hacer mucho en todo caso, solo tenía ocho años, me encantaba el bosque cercano a la manada, solía hacerlo casi a diario, era solo otro dia de travesuras para mi, o al menos eso pensé hasta que sentí un aroma extraño, era muy ligero, asi con mi espíritu aventurero al máximo lo seguí, pase por los grandes robles que formaban la entrada de la manada, saltando sobre las enorme rocas del camino, así lo hice hasta que logre capturar el rastro, me movía de manera sigilosa o eso pensaba, paraba tras cada árbol del camino para ocultarme y ver, un par de minutos de persecución, a lo lejos pude distinguir una larga figura, vestía abrigo negro, al igual que sus zapatos y pantalón, y intente acercarse sin hacer ruido, pero pise una rama seca, vi hacia mis pies mientras los regañaba por traicionarme en el peor momento, cuando volví mi vista al frente otra vez el ya no estaba , solté un suspiro de frustración, la diversión se habia acabado, o eso creí, al menos hasta que sentí un golpe en mi nuca, todo se apago de pronto.

debo haber haber pasado horas inconsciente, porque lo que terminó por despertarme fue el hambre, abrí mis ojos, pero no habia mucho que ver, estaba oscuro, me encontraba tirado en el suelo de piedra, está húmedo y frío, no habia la más mínima abertura entre las rocas que permitiese a algún rayo de luz proporcionarme el calor que necesitaba, me senté pegando mi espalda en la pared, tenia raspones en muchos lugares, de seguro solo me arrojaron aquí como si fuese un costal de papas, me abraze a mi mismo con la esperanza de obtener un poco de calor, las horas pasaban y nadie ha venido, mi estómago no para de sonar, comencé a tararear una canción, la orquesta al hambre  diría yo, seguí de esta manera por un tiempo, tratando de distraer mi mente de la falta de comida, eso fue lo que hice hasta que escuche el sonido de una puerta rechinando, lo más probable es que fuese quien me trajo aquí, sus pisadas sonaban imponentes, haciendo que me corazón se acelerara de miedo, su pasos se acercaban, uno a uno, hasta que pude distinguir su larga figura, vestido por completo de negro, con cabello oscuro y pupilas rojos como la sangre hacian destaca aun mas la blancura de su piel, me dedico un macabra dejando a la vista sus alargados colmillos, era un vampiro.

-oh!, veo que al fin te dignas a despertar- dijo con arrogancia, mientras me veia como si yo no fuese mas que una cucaracha- te comieron la lengua las ratas?- la burla era mas que obvia tanto en su voz como en su rostro - descuida ya lo harán- aseguró para luego soltar una carcajada que me enfrió la sangre de golpe

-por que...- no fui capas de continuar 

-por que te traje aquí?- se tocó el mentón- creo que primero va la presentacion, yo soy Dunkel Blutig, el dueño de este magnífico castillo, llamado también Castillo Blunting o para los ignorantes lobos como tu Castillo Sangriento- camino de un lado al otro mientras hablaba - ahora por que te traje, si tuviese que dar una explicación seria....el simple hecho de que estaba aburrido y claro un cachorro de lobo solo en el bosque es dificil de hayar- mi cuerpo tembló de miedo

-que....que  vas  a hacer me?- pregunté en hilo de voz, el solo me miro sonriendo

-yo?- se apuntó a si mismo - yo no te haré nada- solté un suspiro, el se acerco a los barrotes -siempre me he preguntado cuánto son capaces de resistir usted, cuanto viviras sin comida o agua?- otra ves, esa cara esto de seguro era muy divertido para el - ya lo intente con humanos, pero son tan inservibles, el primero no duró una semana, lo puedes creer!?- pateo uno de los barrote, haciéndome sobresaltar - esos estúpidos sacos de sangre no son tan aburridos, claro que espero un mejor desempeño de tu parte- su sonrisa se ensancho - me pregunto si morirás de inanición, tal vez te coman las ratas, o de una enfermedad- aplaudió enérgicamente - no puedo esperar-  comenzó a alejarse, no respire hasta que escuche como la puerta era cerrada otra vez.

el frio amor del AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora