El teléfono en su bolsillo vibró con una llamada entrante, el nombre en la pantalla la hizo sonreír de inmediato ¡Se había acordado de que tendría el debate hoy!

Lauren: Amm –casi no podía formar palabras pero trataba de comunicarse como fuera por medio de sonidos improvisados.

Amber: Uyy te he dejado sin palabras ¿No? –un intento de risa había brotaba de la boca de la menor, pero nunca era suficiente para reír o hablar, no podía- Te llamaba para decir que estoy segura que has dejado a todo el mundo con la boca abierta, sé que fue así porque eres una chica maravillosa de la que estoy orgullosa. ¿Puedes golpear la pantalla para decir que sí es cierto lo que digo? –Escuchó el sonido de una uña golpeando- ¡Lo sabía! Quiero pasar a tu casa para que me cuentes todo con lujo de detalles, pero estoy en clases. ¿Te parece si voy a cenar a casa? –Ella volvió a golpear la pantalla con su uña- Genial, más tarde arreglamos eso. Te quiero mucho Lauren y yo sé que tú a mí.

Lauren miró su teléfono cuando la llamada se cortó. Sí, a Amber la quería mucho porque era la única amistad real que había formado después del accidente. Además su forma de ser tan espontánea era lo que necesitaba en su vida, era real, si debía decir algo lo decía y no lo guardaba.

Iba a quitarse su ropa pero se quedó mirando frente al espejo, ya sabía lo que tenía que hacer. Sin dudarlo caminó al baño de chicas que casi nadie usaba, a cada paso que daba miraba hacia los alrededores para que no la vieran.

No, por supuesto que no se equivocó porque cuando entró estaba Camila esperándola con las manos hacia los lados. Se fijó en los detalles de su cuerpo: los dedos estaban cerrados en un puño a cada costado de su cuerpo, le temblaba la barbilla, su garganta se movía con la saliva que tragaba, su respiración era profunda y fuerte, la posición de su cuerpo estaba inclinada hacia adelante. Sus ojos brillaban y si no se equivocaba suponía que había estado llorando.

Camila: Sabía que vendrías, sabía que no te aguantarías ni un sólo segundo en llegar hasta mí para restregarme en la cara que ganaste. –La ojiverde estaba apoyada en la puerta con el ceño fruncido- ¡¿Eso querías?! ¡Estoy segura de que querías humillarme!

Lauren: -como una carta bajo la manga, sacó su libreta y escribió- "Le recuerdo señorita Cabello que usted recalcó que yo soy pobre de forma indirecta."

Camila: ¿Y por nacer en un lugar mejor que tú, yo no voy a saber lo que la gente pobre necesita? ¡Todo el mundo espera mucho de mí! Pero tú... ¡Tú lo arruinaste todo!

Lauren: "Parece una niña a la que le han quitado su dulce favorito." –mostró la hoja.

Camila: No hay nadie que te defienda y disculpa que te lo diga pero la que ha sido educada con mejores profesores he sido yo, la que sabe lo que dice soy yo.

Lauren: -comenzó a gruñir, no, con ella no tenía paciencia- "Deje de hacer el ridículo, mis argumentos eran sólidos y realistas, el que usted no tolere saber la realidad es otra cosa. ¿Tan sedienta está por ser el centro de atención siempre?"

Camila: Infeliz –masculló dándole una bofetada que sonó en todo el baño. No, no se arrepentía en lo absoluto de haberla golpeado porque hace rato quería hacerlo, se había sentido tan humillada frente a sus compañeros, que debía hacerlo- Odio lo que no está en mis planes y tú Lauren Jauregui, eres un estorbo en ellos. Deja de jugar a la cenicienta. –Hablaba entre dientes, Lauren estaba mirando a la nada con su mejilla colorada- Porque cuando te enfrentes a la vida real te vas a dar cuenta que ni las becas de mi padre ni su apoyo te salvarán.

Lauren: -tragó saliva, si Camila había estado enojada antes, ella ahora mucho más. Escribió- "¿Le gusta tener todo controlado? Le puedo apostar lo que quiera a que no se espera esto" –Había acabado con la última hoja disponible de su libreta. La arrancó ferozmente y se la entregó a Camila.

Cuando la muchacha levantó la vista dando a entender que había dejado de leer y que no entendía sus palabras. Lauren la empujó de ambos hombros contra una pared y sosteniendo su barbilla con furia la atrajo a sí misma para estrellar sus labios contra los de ella. La morena abrió los ojos sorprendida pero los cerró de inmediato cuando la ojiverde la sostuvo de la nuca y la espalda para asaltarla con un beso tan pasional que durmió sus piernas. Al principio no era capaz de responder porque todos sus miedos y actitudes correctas llegaban a su cabeza, aunque no supo entender como la razón y la lógica de un chispazo se durmieron para dar paso a una muchacha que se entregó como si nada a ese beso. El jadeo salió de su boca y en ese instante fue que Cenicienta introdujo su lengua para acariciar la de ella y reclamarla como suya. Esa chica que parecía indiferente a todo había tomado un papel tan poderoso y animal que inclinaba todo su cuerpo contra el de la heredera para presionarlo contra la pared de baldosas.

Los labios de la ojiverde eran calientes, eran exquisitos, eran fuertes para presionar los suyos propios. Volvió a jadear porque comenzó a calentarse y no por la furia sino por lo alocado de todo esto, pero comenzó a asustarse cuando entre besos iba a llevar una pierna hasta su cadera. ¡BASTA YA!

Antes de empujarla ella ya había retrocedido para mirarla mientras respiraba agitada, ambas lo hacían. Jauregui se mordió los labios por dentro, no quería inclinar sus pensamientos al lado del cerebro que le gritaba lo exquisito que podía ser mezclar la ira con la pasión, menos cuando se sentía tan caliente por todas partes. Era muda, sí, era observadora, por supuesto ¡Pero tenía sus hormonas bien puestas! No iba a dejarse intimidar, con esto le había demostrado a la jodida y mimada heredera que no todo podía estar planeado en su agenda, además de que más allá de ser pobre, podía ser más que una mujer si seguía metiendo el dedo en la herida de su orgullo.

Camila: -lágrimas lentas caían de sus ojos mientras mascullaba furiosa- Te odio Lauren Jauregui, te odio mucho.

Lauren caminó hasta ella, quién valientemente no retrocedía sino que la miraba nada más. Quería escribirle pero no tenía hojas donde comunicarse así que usó sus labios para arrastrarlos dolorosamente desde su barbilla hasta el oído de ella donde besó su lóbulo tan calientemente que ella gimió.

Le dio una última mirada a escasos centímetros de su rostro, sus ojos verdes ardían como cada parte de su piel. El mensaje de su mirada fue tan claro que ella lo entendió al instante.

Lauren: -Modulo con lentitud- "Yo también te odio. No creas que no siento, no miro y no deseo, tengo muchas caras de mi personalidad que pueden llegar a joder tu vida. No me provoques mimada, te lo estoy advirtiendo... no sigas provocándome."

Como si nada se dio media vuelta y salió de ahí una vez que se cercioró de que nadie anduviera cerca. Poco a poco la realidad volvió a Camila mientras jadeaba con los ojos cerrados antes de terminar llorando desconsolada en el suelo ¡Era una jodida zorra!

Y por supuesto que Jauregui había ganado el segundo round, pero no tenía idea de que las personas se queman jugando con fuego. Había abierto caminos mucho más que prohibidos.

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Les dije que el siguiente capítulo lo tendrían mañana, pero mientras adaptaba los siguientes capítulos, pense en adelantarles uno hoy. Gracias por leer :)

Cinderella {Adaptación Camren}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora