Dile adiós a la inocencia

51-Piano.

Jamie's POV:

Mis ojos miraban desconcertados aquella escena. Un profundo vacío se instaló en mi pecho. Mi respiración se tornó agitada. Aquellos ojos azules me miraban con sorpresa mientras yo lo miraba con decepción.

-Jamie yo... y-yo-balbuceaba Aaron.

-No es lo que crees-se apresuró a decir Margarita.

-¿No es lo que creo? -dije indignada.

-Aja-dijo Margarita nerviosa mientras Aaron parecía haberse vuelto mudo-él esta sin camisa porque yo derramé accidentalmente café hirviendo sobre él y luego bromeamos un poco sobre el asunto, eso es todo-explicó ella mirándome a los ojos.

Aunque parecía que Margarita decía la verdad, ese vacío en mi pecho no desapareció.

-¿Eso es cierto? -le pregunté a Aaron.

-Si-dijo él tomando entre sus manos la camisa manchada de café-mira, la camisa esta manchada comprobando que todo es verdad-dijo Aaron como un niño pequeño.

Cerré mis ojos un segundo y luego inhalé todo el aire que me fuera posible.

-Les creo-dije honesta.

Aaron suspiró aliviado, Margarita sonrió levemente y comenzó a acercarse a la entrada.

El ambiente era tenso, demasiado.

-Yo... yo iré a revisar el informe del último mes-dijo ella aún nerviosa antes de marcharse.

Y solo quedaron dos, pensé.

Al marcharse Margarita el ambiente se volvió aún más tenso. Esta era la primera vez en días que Aaron y yo hablaríamos y para ser honesta estaba tremendamente nerviosa, aunque en primer lugar fui yo quien vino hasta aquí para solucionar las cosas.

-Y... ¿que tan caliente estaba ese café? -pregunté incomoda.

El ambiente ya era incomodo pero lo era aún más para mi ya que Aaron se encontraba sin camisa enseñando ese abdomen de lavadero al cual nunca me acostumbraría.

-Lo suficiente para generar una quemadura de tercer grado-bromeó Aaron, aunque esa alegría no llegó a sus ojos.

Sonreí levemente.

Y luego el silencio reino en su oficina.

-¿Quieres beber algo? -preguntó Aaron amablemente.

-No, gracias-dije cortamente.

Aaron asintió y nuevamente la tensión y el silencio llenaron el lugar.

¡Rayos!

Parecemos un completo par de extraños.

Respiré profundo para armarme de valor.

-Aaron yo... yo-las palabras estaban atascadas en mi garganta. Aaron me miraba expectante-yo... lo siento-dije finalmente.

Aaron frunció su ceño.

-¿Tú lo sientes? -preguntó él confundido.

-Si-dije con firmeza-yo no debí haberme marchado así de tu departamento-dije apenada.

Aaron sonrió con ternura.

-No tienes por qué disculparte, fui yo quien se equivocó-dijo el cabizbajo-no debí haberte tratado de la manera en que lo hice-dijo él arrepentido-y sobre todo lamento ser tan cobarde como para no buscarte y disculparme.

Le miré y vi arrepentimiento genuino en sus ojos, me fue imposible continuar enfadada con él.

-Descuida-dije sonriendo levemente-ambos fuimos unos cabezotas-dije bromeando.