Daron, un ángel y un mago © [Libro 2]

Capítulo 10

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NATHALIA

El domingo se ha convertido en uno de los días más locos que he vivido en Saint-Étienne. Cuando creí que mi plan por descubrir lo que se escondía tras la llegada de Dashiell había fracasado, de repente funcionó y resultó que mis sospechas eran ciertas. Él es un ángel, pero lo que todavía no sé si es uno caído o del Coelum.

Pero mi plan con Dashiell no incluía la sorpresa de volver a ver a Johnvid, el encuentro repentino me ha sorprendido de mil formas. No lo asimile hasta que llegue a casa ese día y fue ahí que entonces pude caer en cuenta que aún me encuentro descolocada, es que aún no puedo creerlo.

Por supuesto que procure no comentarle nada a Daron a excepción de mi visita a Camille. Sé que eso implica mentir y fallarle a nuestra confianza como pareja, pero ese domingo tenía la cabeza vuelta nada. Además, sé más que nadie que él no estará muy feliz con la noticia de que Johnvid está aquí.

La verdad es que no sé si estoy haciendo bien o mal, solo quiero evitar un enfrentamiento innecesario entre los dos.

Estoy en mi lugar de trabajo como siempre, pero con una felicidad que se nota a leguas e incluso se siente a mi alrededor. Hoy saldré temprano y Adrienne por fin se dignará a ocupar su puesto, mientras que yo hable con la señora Wood para ausentarme unos días, puesto a que por fin me he decidido por volver a retomar los estudios y eso conlleva tener que hacer un montón de papeleos, por suerte mi jefa es muy amable y comprensiva, así que no puso ningún problema de por medio.

La campana de la entrada suena en cuanto alguien decide empujar la puerta para entrar a las instalaciones, levanto la vista hacia esa dirección y veo a mi amiga entrar, me sonríe automáticamente y yo no demoro en corresponderle.

—¿Se puede saber por qué Nathalia Chardin sonríe y desprende alegría un miércoles casi a mediodía? —interroga en cuanto se acerca al mesón.

—Hola, Camille —digo arqueando una ceja—. ¿Cómo estás? —ella rueda los ojos.

—Hola, Nathalia, bien, ¿y tú? —dice imitándome.

Niego con la cabeza.

—Simplemente, me levanté con buen ánimo —respondo encogiéndome de hombros en el proceso.

—Creo que tu expresión de Joker lo deja bien en claro —dice y luego hace una pausa breve—. ¿Así que por fin tomaste la decisión? —deja su mochila descansar sobre el mesón, mientras me observa.

—¿Decisión? —cuestiono frunciendo el ceño.

—De volver a estudiar —añade.

—¡Ah! —exclamo—. Espera... ¿Cómo lo sabes?

—Dashiell —responde con obviedad—. Dijo que te vio el domingo por la ciudad, supongo que fue después de que salieras de mi casa —peina su cabellera rojiza—. Me dijo que le comentaste que ibas a volver a la universidad.