Un Novio para Papá

Cuando crees que nada puede salir peor piensalo dos veces

-Relájate Peter ha de estar bien con Sharon.

-No lo sé Nat, creo que debería volver.

-Steve no seas paranoico, no creo que nada malo pase, además esa mujer sabe muy bien lo que le sucederá si pierde a mi pequeño sobrino.

-Nat siempre eh querido preguntarte ¿Por qué odias a Sharon?

Steve noto que su pelirroja amiga lo miraba con una expresión que claramente decía "Eres tan lento que no te das cuenta y no pienso decírtelo" por lo que simplemente suspiro en signo de derrota. Desde que su amada Peggy había fallecido 2 años atrás todo era complicado con relación a su hijo, pero con la llegada de Sharon pensó que todo estaría bien. Claramente se había equivocado, y realmente no sabía qué hacer.

-Steve presta atención, en 30 minutos llegaran los tipos que harán el cambio.

-Avisa a Bucky y a Sam que estén listos.

Por ahora no era momento de distraerse, era mejor concentrarse en el trabajo.

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Se había levantado con la leve esperanza de que todo lo sucedido el día ayer hubiera sido un sueño, pero claramente no fue así, sintió un peso en su pecho y abdomen, se trataba del mocoso que estaba profundamente dormido encima de él. De forma suave se lo quitó de encima y se dirigió a la cocina.

Empezó a prepararse un poco de café, mientras trataba de ordenar sus ideas en cuanto lo sucedido hacia menos de 24 horas que buena forma de iniciar sus minis vacaciones. Miro el reloj que había en la cocina y marcaba que eran las diez de la mañana, algo extraño en él, ya que no lograba dormir más de 6 horas seguidas.

-Buenos días.- Peter entraba tallándose uno de sus ojos haciéndole ver adorable.

-Buen día mocoso.- contesto sin mirarlo, mientras se servía café en una taza.

-No soy mocoso.- hizo un puchero ante las palabras del adulto. – Me llamo Peter.

-Te diré como a mí se me dé la gana. Por cierto espero que te haya gustado dormir en mi cama, ya que claramente recuerdo que te dije que dormirías en el sofá.

-Es que era incomodo dormir ahí.- contesto un tanto sonrojado, pero la verdad es que había tenido una pesadilla, y él tenía por costumbre irse a dormir con su padre.

Peter miraba detenidamente el lugar, cuando Tony lo dejo entrar no pudo observar con atención pero debía decir que estaba asombrado, era un lujoso apartamento y por lo que había escuchado, todo el piso le pertenecía al castaño.

-¿Ya me darás el número de tus papás?

-¿Qué hay de desayunar?

-Lastima por ti niño, pero como veras no estoy acostumbrado a tener visitas.

-¿Entonces no me darás nada?

-Porque debería, me chantajeaste para quedarte en mi casa. No hay motivo por el que deba ser amable contigo.

Peter agacho su cabeza, sabía que el castaño tenía razón pero por alguna razón aquellas palabras le afectaron más de lo que hubiera creído.

Tony miraba todos los movimientos del niño, noto que pronto empezaría a llorar, por alguna razón en su cabeza resonó la voz de su amiga Pepper diciéndole que era inhumano y cruel hacer llorar a un niño inocente y lindo. Se acercó hasta donde estaba Peter, sin saber muy bien que hacer simplemente acaricio los suaves cabellos de este.

-Vamos mocoso a desayunar por fuera.

Las caricias de Tony lo tranquilizaron, a lo que simplemente asintió dirigiéndose a la habitación del mayor para vestirse.

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Peter miraba con suma atención cada uno de los movimientos y las expresiones del mayor mientras desayunaban en una pequeña cafetería. Por alguna extraña e inquietante razón le fascinaba ver todo lo que hacía el moreno, a pesar de que este se comportara un tanto brusco sabía que era alguien de buen corazón.

-Bueno ya que no piensas ni decirme tus apellidos ni darme numero o dirección para poder localizar a tu familia al menos podrías decirme la razón por la que no deseas volver.

-Es que no me gusta quedarme con mi tía, Papá tuvo que viajar por trabajo, así que me dejo con ella.- había pensado ignorar su pregunta, pero eso no sería algo justo, más cuando el hombre no lo abandono en alguna calle dejándolo a su suerte.

-Mmmmm ¿Qué hay de tu mamá?

Miro su plato de comida, trataba de calmarse aún le era doloroso hablar de su mamá.

-¿Cuantos días estará tu papá de viaje? – Había notado la expresión de dolor del niño, decidió que era mejor no inmiscuirse en eso, sea lo que sea era algo muy doloroso para el pequeño.

-Dos semanas.

-Al parecer deberé comprar provisiones para 2 semanas.

-¿Qué?

-Mocoso acabas de decirme que tu padre volverá en dos semanas, además de que te desagrada la idea de estar con tu tía. Aunque me dijiste que solo serían tres días que te quedarías en mi casa, no puedo permitir que te vayas no sino tengo la seguridad de que estarás con alguien de tu familia.

-¿Puedo quedarme contigo? ¿Enserio?

-Ya te dije que sí. A menos de que haya algún otro familiar.

-Pues la tía Tasha creo que también está trabajando al igual que su esposo, el tío Bucky está de viaje desde hace un mes, y pues papá no deja quedarme con tío Clint.

-Pues si no queda de otra.

Peter estaba contento sin pensarlo corrió abrazar al castaño.

-Oye mocoso calmado. Mejor apresúrate a comer, porque tenemos compras que hacer.

Comprar la despensa fue más complicado de lo que pensaba Tony, pero con un poco de esfuerzo además de que el pequeño Peter le dijera que debían alimentarse sanamente, compraron todo lo necesario para subsistir por al menos una semana y media. Ahora entraban al apartamento, la diminuta sonrisa que había estado por salir de sus labios se borró al instante al ver cierta rubia que lo miraba con esa seria expresión.

Por instinto miro en dirección al niño y supo que las cosas no acabarían muy bien para él.

-Parece ser que tendremos una muy seria plática. Tony...

Se preguntaba si no era demasiado tarde para huir a algún país que fuera muy caluroso porque la mirada que su mejor amiga le estaba dando era demasiado fría y podría congelar hasta el mismísimo infierno.

-Espero que tengas una muy buena explicación.

Mierda. Realmente estaba jodido.