Capítulo Seis: ¡¡Que me tienes excitado, maldita sea!!

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Conductor: Ya casi llegamos a la estación donde está Miller.

Sheyla: Sólo haz lo que te diga y corres rápido cuando te diga - le susurré en el oído a Angie aprovechando que Patricio estaba distraído.

Angie: ¿Qué tienes en mente?

Sheyla: Un plan express...actúa normal y molesta.

Patricio: Pero la limosina está llena.

Conductor: Pues debe de bajar a alguien.

Patricio: No puedo bajar a alguien y dejarlo tirado en la calle, además todos viajaremos.

Conductor: Piense en algo rápido por favor.

Patricio: Ok... ¡Gisela! ¡Que te dije!

Sheyla: No me digas Gisela y sólo estamos hablando, paranoico.

Conductor: Ya llegamos.

Un tipo abrió la puerta de la limusina.

Patricio: Shey ven acá.

Sheyla: ¿Dónde?

Patricio: Tendrás que sentarte en mis piernas.

Sheyla: ¿Cómo por qué o qué?

Patricio: Lo haces y ya.

Sheyla: Tú me pides explicaciones a mí pero si yo las pido no me las das.

Patricio: Necesitamos meter a una persona más y ya no hay espacio a menos que una sea cargada.

Sheyla: ¡O que una persona salga! ¡Me ofrezco! - me levanté.

Patricio: Olvídalo, ven acá.

Sheyla: ¡No!

Patricio: Entonces cargaré a Angie.

Sheyla: ¡No! - todos me quedaron viendo - Me refiero a que...no le daré ese trago amargo a mi amiga.

Patricio: Como digas, ven.

Sheyla: Ven tú.

Patricio: Que loca eres - se levantó y se sentó donde yo estaba y me senté sobre sus piernas, la otra persona entró. Íbamos en camino al aeropuerto.

Yo estaba dándole la espalda a Patricio y se me ocurrió una idea malévola para vengarme de él. Me volteé, él me miró curioso, pero como supuse no evitó mirar mi cuerpo ya que estaba en ropa interior.

Sheyla: ¿Qué miras?

Patricio: Nada - volteó la mirada.

Desabroché mi brasier y lo lancé lejos, Patricio abrió sus ojos como dos platos.

Patricio: ¡¿Qué haces?!

Sheyla: Me quito la ropa.

Todos los tipos dentro me miraban, pero yo me tapaba con mis brazos.

Patricio: Eres una loca ¡Te están viendo!

Sheyla: Dame tu camisa.

Patricio: ¡¡Que!!

Angie: ¡Gringa! ¿Por qué te desnudas?

Sheyla: Si no quieres que esté desnuda, dame tu camisa – me dirigí a Pato.

Sheyla: Pero no traigo otra debajo - Sonreí.

Sheyla: Se me están cansando los brazos - bajé uno.

Patricio: ¡Está bien! ¡Sólo tápate! - se quitó la camisa rápidamente, me la dio y me la puse. Mi plan dio resultado, verlo sin camisa. Miraba su torso perfecto, tenía unos abdominales matadores y definidos, sus hombros eran fascinantes y sus brazos descubiertos me hicieron morderme el labio inferior.

Sheyla: Si no te conociera...

Patricio: Nunca me cansaré de decirlo, eres una loca. Cuando lleguemos al aeropuerto compraremos ropa, no subiré al avión sin camisa.

Sheyla: ¡Ah! Tú no puedes subir al avión sin camisa pero a Angie y a mí nos ibas a hacer subir casi desnudas.

Patricio: Sé lo que intentas, por más que trates de desesperarme y que te vaya a dejar a tu casa enojado contigo no lo lograrás. Sé que serás difícil, pero no hay nadie a quien no pueda domar.

Sheyla: Cuidado donde apuntas el látigo, no vaya a ser te des a ti mismo - le susurré cerca de los labios - se me ocurrió otra idea malévola.

Patricio: No te acerques tanto, tienes aliento matutino.

Sheyla: No me hagas lanzar la camisa por la ventana.

Patricio: No eres cap.. Mejor ni lo digo.

Arremangué un poco la camisa dejando mostrar mis piernas, Patricio las miró anonado, me acerqué a su rostro y quedamos a centímetros de distancia, sentí como su ''amigo'' se ponía feliz, era justo lo que estaba tratando de lograr, no había hombre que no le causara eso y él no era la excepción.

Patricio: ¿Qué haces? - dijo nervioso.

Sheyla: ¿De qué hablas?

Patricio: ¡Levántate! - me empujó - Angie cárgala.

Sheyla: Angie es muy delicada, no puede cargarme ¿Verdad?

Angie: No, no puedo.

Patricio: ¡Lo siento! Pero yo ya no te puedo cargar - se arrecostó en sus piernas.

Angie: Pato ¿Qué te pasa?

Yo moría de risa por dentro.

Sheyla: ¡No iré de pie todo el camino!

Patricio: ¡Mierda! Siéntate en mis piernas ¡Pero estate quieta! - me senté.

Sheyla: Uy, Pato y dices que yo soy la malhablada - Seguía sintiendo aquello tan alegre.

Patricio: ¿Falta mucho?

Conductor: Ya estamos cerca.

Sheyla: Pero que desesperación por llegar - me quité la camisa, con una mano me tapaba los pechos y la otra abanicaba con la camisa, aquella zona se volvió aún más alegre.

Patricio: ¡Ponte la puta camisa!

Sheyla: Hasta que lo admitas.

Patricio: ¿Admitir qué?

Sheyla: Lo que te está pasando ahorita.

Patricio: ¿Lo que me está pasando? No entiendo.

Sheyla: Se me cansa el brazo...

Patricio: ¡No sé a qué te refieres!

Sheyla: Ok, me verán todos los de seguridad y mis padres no estarán contentos por ello.

Patricio: ¡Es que no sé de qué hablas!

Sheyla: ¡A la una...!

Patricio: ¡No lo hagas!

Sheyla: A las...¡Dos!

Patricio: Sheyla Por favor, enserio no te entiendo.

Sheyla: ¡Y a las...!

Patricio: ¡Está bien! ¡Está bien! ¡Lo diré!

Sheyla: Fuerte y claro.

Patricio: Eres una sicópata.

Sheyla: Dos y medio y...

Patricio: ¡Ya! ¡Lo diré!

Todos los de seguridad lo miraban, Angie y también yo. Patricio tragó saliva, presionó sus labios y empuñó sus ojos.

Sheyla: Estamos esperando...

Patricio suspiró.

Patricio: Me tienes excitado - susurró.

Sheyla: ¿Qué dijiste? No te escuché - fingí, Angie moría de la risa.

Patricio: No lo diré de nuevo.

Sheyla: Tienes razón, también me desharé de la ropa interior inferior - tomé el elástico de mi bikini.

Patricio: ¡¡Que me tienes excitado, maldita sea!!

CHICA MALA - Adaptada ROJASRODIOnde histórias criam vida. Descubra agora