Tú y Yo (Por Duplicado) - M.P. Southwell

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La siguiente escena pertenece a "Tú y Yo (Por Duplicado)" de MPSouthwell. Si te interesa saber más de esta maravillosa obra, pasá por su perfil.

─ ¿Estás disfrutando de la fiesta?─ me dice el moreno de ojos verdes.

─ Si, Ethan ─ intento disimular ─ ¡Te felicito! ¡Todo es tan hermoso!

─ ¡Gracias! ─ hace una reverencia.

─ ¿Cuál es el motivo del festejo? ─ recuerdo preguntarle.

─ En realidad no hay motivo, solo ganas de festejar ─ me guiña el ojo, y una vez más termino sonriendo ─ ¡Vení! ¡Hay alguien que quiere verte! ─ me agarra de la mano y me lleva como si fuera un barrilete, no tengo ni fuerzas para soltarme o decirle que no.

De repente frena en seco, me suelta y se va. Miro delante de mí y allí está Sam, otra vez, mirándome con una sonrisa que raja la tierra. ¡Tan lindo con su pantalón azul y su camisa blanca! Aunque hubiera jurado que el pantalón era negro, pero en fin.

─ ¡Ella! ─ dice sin más, y me abraza ─ ¡Qué escurridiza estás hoy! ¡Te estuve buscando por todos lados!

─ Es que... ya me tengo que ir ─ esquivo su mirada.

─ ¿Tan pronto? ¿No puedo hacer nada para que te quedes un rato más? ¡Hago lo que sea! ¡Por favor! ─ se arrodilla y junta sus manos, como si estuviera rezando.

─ ¡Levantáte, Sam! ─ suelto nerviosa, mirando para todos lados ─ ¡Estamos haciendo el ridículo!

─ No me importa en lo más mínimo.

─ ¡Por favor! ─ me mira a los ojos y se incorpora rápidamente.

─ ¿Estás bien? ¿Estuviste llorando?

¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! ¿Qué le digo? ¿Sí, estuve llorando porque soy una idiota y me duele verte con otra mujer? Se ve que nota mi nerviosismo porque mientras sigo buscando las palabras para contestarle, vuelve a hablar.

─ Está bien, Ella. No tenés por qué contármelo... solo quiero que sepas que estoy acá para lo que sea, cuando sea ─ me da un beso en la mejilla izquierda ─ ¡Me mata verte sufrir! ─ ahora en la derecha.

El roce de sus labios en mi piel es una sensación tan especial que si volviera a preguntarme si creo en la magia, le diría que sí sin dudarlo. Otra vez quiero apartarme y no puedo. ¡Es como si mi cuerpo tuviera un magneto que me impide separarme de él!

Su mirada busca la mía, sus ojos resplandecen de tanto brillo. Me muerdo el labio, nerviosa, y él pasa su dedo pulgar por la zona, haciendo que suelte la presión de mis dientes.

Sé que no me conviene, que me va a hacer sufrir, que no va a traerme más que problemas... pero no puedo evitar desear con todas mis fuerzas que me bese, que esta vez no haya interrupciones.

Y así, como si pudiera leerme la mente, cierra los ojos y apoya sus labios en los míos. Por un momento se queda quieto, quizá dándome tiempo para rechazarlo. Pero al ver que no amago a moverme comienza a besarme, mordiendo levemente mi labio como hace unos instantes lo estaba haciendo yo. Inconscientemente abro un poco mi boca y él aprovecha para profundizar el beso. Me toma de la cintura y me atrae más a él.

Siento miles de mariposas en el estómago, y aunque tal vez después me arrepienta, me permito disfrutar. Pongo mis brazos alrededor de su cuello y acaricio suavemente su cabello, al tiempo que mi lengua responde a su batalla. Me pierdo en el sabor embriagador de sus besos, en el perfume de su piel.

Lejos quedó la fiesta. En este momento, solo existimos él y yo.

Especial San ValentínWhere stories live. Discover now