Que desperdicio de androides

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Capítulo 7: Que desperdicio de androides

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Me encontraba absorto por la explicación que me daba Hailey, los extraños sillones que estaban en la sala de estar eran máquinas de realidad virtual llamadas VR May, con las cuales, las personas podían ir a diversos espectáculos o acontecimientos sociales en caso de no poder asistir a tales en forma física.

Ingresamos a los VR May y de pronto la sala de estar desapareció para transformarse en un inmenso salón escolar.

―Te presento mi escuela, claro que no hay nadie, no estamos en horario escolar.

―Increíble, pero ¿esto no afecta la socialización de los estudiantes al solo encontrarse en este ambiente virtual?

―Claro que no, si queremos nos podemos encontrar en el mundo real. Yo tengo una cita con mis amigos en la tarde y no podré asistir a menos que termine mis tareas.

―Lo siento, te estoy distrayendo.

―No te preocupes, ¿por qué no vas a recorrer el mundo por allí con el VR May?

―De acuerdo, nos vemos al rato.

Mi amiga se fue a su habitación para completar sus tareas y yo me entretuve con la realidad virtual. Me es imposible describir con palabras lo real que se sentía, no solo eran las imágenes que se veían, también las sensaciones que recorrían toda mi piel eran muy realistas. El VR May podía reproducir a la perfección la sensación táctil de manos, cuerpo y rostro.

Así me entretuve recorriendo varios lugares que estaban en el mundo real y sin salir de la sala de estar.

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Cuando llegó la tarde, Hailey cocinó comida que le proporcionó el Laura y ambos degustamos filetes de pollo con lechuga y tomates muy troceados.

―¿Qué te pareció la comida?

―Estuvo muy buena, se nota que sabes cocinar.

―Que bien que te haya gustado, al principio no me salía muy bien eso de la cocina, pero mejoré con el tiempo.

―Me estabas diciendo que fabricaron androides que cocinaban, pero luego fueron prohibidos por el gobierno.

―Así es, los prohibieron antes de que yo naciera, de hecho, esas cosas fueron prohibidas en la época de mis abuelos, antes de que mis padres nacieran.

―¿Y eso por qué?

―Porque se hizo un gran lio, por eso. Verás, los androides se parecían tanto a los humanos y realizaban tantas labores que hubo muchas protestas.

―Seguro respecto a que quitaban el trabajo a las personas.

―En parte fue así, sin embargo, el mayor problema radicó en que la tasa de natalidad alrededor del planeta cayó de manera olímpica.

―¡No! ¿Me estás diciendo que...?

―Sí, con tantos modelos de androides de rostros y cuerpos soñados para hombres y mujeres, no era de extrañar que todos acabasen teniendo sexo con esas cosas. Pero lo más perturbador fue que los casos de hombres o mujeres enamorados de los androides se propagaron como el fuego. Hubo mucho miedo de parte de grupos religiosos y feministas. En esos tiempos el gobierno mundial estaba regido casi en su totalidad por mujeres de filosofía feminista radical.

―Vaya.

―Cuando se propuso incrementar la inteligencia artificial para que los androides fuesen capaz de amar, se encendieron todas las alarmas. Lo que más agravó la situación fue el hecho que compañías estaban desarrollando androides con capacidad de quedar embarazadas.

―Increíble.

―Fue una época oscura, la sociedad se dividió en dos: Por un lado, estaban los que defendían a los androides; y por otro, quienes querían verlos destruidos a todos. Y como puedes ver, ganaron los retrógrados esos que querían destruir a los androides.

―Es una pena, ¿y no hay pedidos para que vuelvan a construir más modelos de androides?

―Se aprobó una ley para construir androides, claro que estos nuevos modelos no se parecerán en nada a los anteriores. No tendrán para nada una apariencia humana para evitar los problemas de antes.

La chica se vio desanimada al comentar esto último, y cuando se lo pregunté, ella me dijo que formaba parte de un grupo juvenil de protesta y que con la aprobación de la construcción de una nueva gama de modelos de androides, sus esperanzas de lanzar su grupo se fue por el caño.

―No sabía que eras antisistema.

―No es gracioso, la historia nos ha enseñado que han sido las protestas sociales las que hicieron avanzar a la humanidad. Las personas en la actualidad no se quejan ni protestan por nada, menos mal que mis compañeros y yo todavía contamos con los amigos.

―¿Te refieres a los zombis?

―Exacto, ¿acaso te parece bien que se discrimine tanto a los pobres y no se les deje trabajar en absoluto?

―Pero los zombis, digo, los amigos, no necesitan comer o dormir, ni se enferman.... Recuerdo algo: cuando llegué, vi como un doctor revisaba a un amigo en el hospital.

―¡Es derecho fundamental de toda persona el trabajar! ¡Los amigos son personas con derechos renovados, por lo tanto, en su calidad de personas también tendrían que tener derecho al trabajo!

Me sorprendió ver como Hailey se "encendía" con su creencia y la verdad es que, tomándola desde ese punto de vista, tenía algo de razón. Sin embargo, me extrañó que no me haya respondido respecto a ese asunto del zombi auscultado en el hospital. Todo este asunto se me hacía muy raro, pero no tuve tiempo de insistir en aquello debido a que mi amiga me invitó a conocer su grupo de protesta.

―¿Y bien?, ¿qué esperas?

―¿Piensas salir así?, ¡estás semidesnuda!

―¿Y?

Sip, el sentido del pudor se fue al tacho en estos tiempos, no es que me queje, pero ustedes me entienden.

CONTINUARÁ...

Un zombi en el siglo 23 (de Bolivia para el mundo)Where stories live. Discover now