Me enchularon mal

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Capítulo 10: Me enchularon mal

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La imagen del cuerpo curvilíneo de Hailey penetraba de forma constante en mi cerebro, la visión afiebraba mi mente y me desperté muy cerca de las cinco de la mañana para no poder volver a dormir.

Podía distinguir la delicada y perfecta silueta de mi joven amiga que se movía debido a la suave y acompasada respiración.

Las luces del alba alejaron las sombras y Hailey se despertó, abrazando sus peluches.

―Buenos días.

―Buenos días, ya es un nuevo día.

―Sí, luego de que mis padres se vayan, iremos donde Internet Explorer. No quiero levantarme, estoy tan cómoda y calentita, pero debo hacerlo.

Sin poder evitarlo, Hailey fue al baño y luego tuve que esperar en su habitación hasta que sus padres se fueran a trabajar.

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Tuve que simular ser un zombi con lo que llegamos a nuestro destino más tarde de lo que hubiera deseado.

La "oficina" del hacker resultó ser una vieja casa rodante (bueno, vieja para las personas del futuro), el vehículo en su interior estaba lleno de basura y pequeños robots del tamaño de un puño y de apariencia arácnida que no cesaban de moverse de un lugar a otro incluyendo las paredes y el techo, aunque de manera lenta.

―¡Internet, ya llegué! ¡¿Hasta cuándo vas a estar encerrado en el baño?!

Un sujeto que en nada se diferenciaba a un punk de los ochentas y con montón de piercings, abrió la puerta y dio una mirada ceñuda a la chica.

―¡Otra vez tú!, estas enferma, lo sabes, ¿verdad?

―Cállate, mira que necesito un cristal de transferencia de datos modelo PU&SS-Y2016 y su lector.

―Eso es una antigüedad, ¿de dónde voy a sacar algo así?

―Vamos, tú todo lo puedes. Te voy a reconocer bien.

―De acuerdo, ¿y por qué trajiste al amigo?

―Necesito que lo registres para que pueda pasar por todos los sistemas de reconocimiento.

―¿Cuántas veces más me vas a pedir lo mismo?

Porfis... ¿Vale?

Contorsionaba de forma sutil su cuerpo, se comía vivo al hombre con su mirada, al mismo tiempo que le daba una sonrisa pícara.

―Tú ganas, lo del biométrico lo hago enseguida, pero lo del cristal y su lector va a tardar, tendrás que venir otro día.

Mi amiga aceptó y el sujeto me condujo a uno de los sillones VR May, aunque este lucia modificado.

―Bueno, aquí vamos. Por tu culpa ya me sé de memoria el proceso ―dijo el hombre y activó la máquina.

Luces de colores iban de uno al otro lado de la pantalla interna del VR May, sin que me lo propusiera, empecé a cabecear debido al sueño.

―Demonios, chica, ¿ya ves lo que pasa.? Te lo dije antes, si sigues insistiendo... ―escuchaba como reñía a mi amiga. No pude escuchar toda la conversación porque me quedé dormido.

Me pareció que dormí mucho, pero no recordaba nada al despertarme.

―¿Estás bien? ―me preguntaba Hailey con rostro de preocupación.

―Sí, no creí estar tan cansado. Anoche no dormí bien.

―Eres un terco, te dije que deberías dormir conmigo en la cama. El sillón es muy incómodo.

―No empieces con eso otra vez. ¿Dónde se fue el tipo?

―¿Internet explorer?, se fue a laburar. No te preocupes, me aseguró que conseguiría el cristal y su lector.

―Que bien, lamento ocasionarte tantos problemas.

―Descuida, no es nada. Regresemos a casa, si mis padres te descubren será un gran problema.

―¿Cómo resultó el proceso del biométrico?

―Todo salió bien, puedes pasar como un amigo de verdad ante todo el mundo.

―Si es así, ¿por qué estás tan preocupada de que me descubran tus padres?

―Tonto, no hay discriminación alguna hacia los amigos, pero no creo que mis padres me permitan tener a uno en mi habitación. Te dije, ellos son un tanto especiales.

No quiso insistir en el asunto y para serles sinceros, yo tampoco. Me encontraba cansado, como si tuviera modorra.

Luego de una caminata que me pareció un tormento, llegamos a la casa y apenas entré a su habitación, me desplomé en el sillón.

«Tal vez mi cansancio se deba a la exposición de la maquina VR May», pensé y sin darle más importancia al asunto, cerré los ojos y me dormí.

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Cuando desperté, vi que Hailey sostenía una especie de raro artefacto que me estaba escaneando con una especie de luz láser.

―Vladimir ―me dijo al despertarme―, esto es serio, estas muy enfermo.

―¿Qué sucede?

―Tu estructura celular se degrada. No sé qué puede estar causando esto.

―Tal vez se deba a mi viaje en el tiempo.

―Puede ser, sea como sea, tengo que llevarte a un hospital. ¡Ya sé!, te llevaré al hospital que atiende amigos Como ya estás registrado en la base de datos biométrica, no habrá ningún problema para que pases inadvertido.

―Tal vez, pero los doctores se darán cuenta de que no soy un zombi cuando me examinen.

―No es necesario que te examinen. Hay máquinas de diagnósticos avanzados en ese lugar, iremos juntos y averiguaremos qué te sucede y si podemos solucionar tu problema.

Asentí puesto que me debía a la misión que me habían asignado y todavía no podía morir sin antes haber regresado.

Me pidió que me acostara en su cama para reponer fuerzas. Aunque dubitativo, accedí puesto que sabía que para el día de mañana necesitaría todas mis fuerzas. El problema radicaba en poder conciliar el sueño con mi amiga tan cerca, pero antes de que me diera cuenta, me rendí al sueño.

CONTINUARÁ...

Un zombi en el siglo 23 (de Bolivia para el mundo)Where stories live. Discover now