Pescotis

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Capítulo 4: Pescotis

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Vaya agente espía del ejército resulté ser, mi primera incursión en una casa común y corriente (común y corriente en el futuro se entiende) y la cagué.

―Oye, ¿quién eres?, date la vuelta.

Ni modo, me daría la vuelta e intentaría escapar antes de que la mujer llamase a la policía del futuro (espero que no sean como el Juez Dreed).

Epa, que ven estos ojitos de becerro borracho que se van a comer los gusanos... ¡Una nena guapísima! La mujer resultó ser una adolescente preciosa de cabello café oscuro que lleva puesto un camisón blanco que..., eh, es transparente.

Veo que lleva un piercing en el pezón izquierdo.

Cuando pensaba que la chica me diría el clásico: "oye, estoy aquí arriba", seguido del clásico: "un, dos, sopapo K.O.". Me viene con algo muy diferente.

―¿Te gusta mi piercing? Mis amigas me dicen que debería llevar dos, pero creo que solo uno muestra una actitud más rebelde. ¿Tú que dices?

Eh..., ¿eh? ¡¿Por qué me preguntas a mí?!

―Bueno, porque eres la única persona aquí en este momento y pues como no te conozco, necesito una opinión imparcial.

Esto me supera, así que solo le digo mi opinión profesional, la cual consiste en mirarle los pechos y soltar un ligero babeo.

―Estoy esperando ―me corta la chica maja con una sonrisa digna como para servir de modelo para los anuncios en el consultorio de un dentista.

Aja, ta bien weeena ―digo enseñando el pulgar de aprobación y poniendo cara de boludo (sin olvidar el babeo respectivo).

La chica se adelantó un paso y sonriéndome me dijo algo raro.

―Gelatina.

―¿Eh?

―Gelatina, ¿cómo te llamas?

―Este, me llamo Rayita.

¡MENTIRA, MENTIRA, SOLO BROMEABA, NO QUEMEN EL LIBRO!

―Me llamo (maldita voz de gallo). Digo, me llamo (voz: modo Barry White, activado) Vladimir.

―Yo soy Hailey, ¿qué haces en mi casa?

―¿Me creerías si te dijera que soy un soldado que viene del pasado?

―Pues no. Ya pues, Vladimir, dime qué haces en mi casa..., no serás uno de esos pervertidos aficionados a sustraer bragas ¿verdad?

―¿Qué? No, no, no..., no soy uno de esos tipos ―le digo y ella cruza los brazos y me mira ceñuda. Claro que no noto esto último, al cruzar los brazos hace que sus senos se junten y aparenten ser más grandes.

Como estaba (otra vez) comenzando a babear, decidí cambiar de tema.

―Oye, ¿no tienes miedo de que sea un ladrón o algo?

―¿Y quién es un ladrón en estos días? Lo único que se me ocurre es que alguien quiera llevarse las bragas de otra persona. Y en ese caso no tendría por qué tener miedo, esta, como todas las demás casas es administrada por inteligencia artificial. La IA de la casa te escaneó apenas cruzaste el jardín. Registró tus ondas cerebrales y todo tu cuerpo para saber si sufrías cardiopatías o cualquier enfermedad, también escaneó en busca de armas, drogas o somníferos varios. Todo con tal de freírte y de paso que no me demanden tus familiares.

¡WOA!, aterricé en un futuro donde no existen ni los chompiras ni los botijas. En cuanto a las casas con inteligencia artificial y defensas asesinas... COOOL.

―Y dime, ¿qué es eso de gelatina?

―Pues gelatina..., gelatina, gellow, hello..., hola.

―¡Ya veo! En serio, yo soy de otro tiempo... ¡Ya sé! Pregúntame todo lo que quieras del..., ay, no, eso solo funciona si vengo del futuro.

Hailey se rió; negando con la cabeza se acercó y tomándome de la mano, me llevó a una especie de maquina lavarropas que se encontraba en la cocina. Puso la palma de mi mano sobre un panel de vidrio de celular y una voz automática salió de la máquina.

Error de reconocimiento, limpiar el panel de reconocimiento biométrico y vuelva a poner la palma de su mano.

La voz de la máquina no era como la voz automatizada que se oye en las películas. Era cristalina y como decirlo..., kawai, era como escuchar la voz de una mujer de los animes pero hablando español.

Hailey se extrañó, pero volvió a repetir el procedimiento.

Error de reconocimiento, repita el procedimiento anterior y asegúrese que la palma de la mano este limpia y libre de cubiertas.

Hailey me miró la palma de la mano y volvió a repetir la acción.

Error de reconocimiento. ¿Desea comunicarse con el fabricante o ve en riesgo su integridad personal y no puede comunicarse por los medios corrientes? Toque otra vez el panel biométrico de ser este el caso.

Hailey me soltó la mano y me miró con asombro.

―No estas registrado biométricamente. No puede ser, todos están registrados, incluso los amigos.

―Te lo dije, vengo del pasado.

Hailey no podía creerlo así que se dirigió a un panel computarizado al lado de la pared y con el movimiento de sus ojos ordenó algo a la IA de la casa.

Escaneo de identificación completo. Sujeto desconocido. Sujeto no registrado en la base de datos de la Tierra Unida Espacial.

―¡No puede ser!

―Sabes, también puedo bailar ―dije y empecé una demostración de charlestón (mi mejor paso de baile. Bueno, el único, para estas cosas soy un negado).

La casa de Hailey poco a poco se veía más pequeña. La toma de cámara se alejaba hacia el firmamento mostrando una serie de hileras de casas iguales unas a las otras, mientras...

―¡¿Eh, qué pasa?!, ¡que esto no es el final de un guion de Hollywood! No se preocupen, amigos que en el próximo capítulo, prosigo con el relato de mis aventuras (desventuras, supongo) en el siglo 23.

»Me olvidaba, deséenme suerte con la chica que estoy en "periodo de sequía", ya saben a lo que me refiero, guiño, guiñito, guiño, ciau.

CONTINUARÁ...

Un zombi en el siglo 23 (de Bolivia para el mundo)जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें