Día 11

652 130 5
                                    

Jin estaba contento, no sólo porque todo le estaba resultando de maravilla, sino porque su familia -que sólo la componían su madre, padre, hermana- tenían mucho mas contacto con él. Les mandó las boletas de calificaciones por correo y todo pareció resultar mucho mejor.

Ahora mismo se encontraba yendo hacia el paradero, comiendo una dona bañada en chocolate. Claro, él había comprando otra extra por si se pillaba al de cabellos naranjas por ahí.

Y pequeña fue su sorpresa al notarlo ahí, sentado, pasmado mirando el horizonte.

—¿Buscando los orígenes del universo?. —Le preguntó.

—Al parecer sí. —El chico pareció despabilar, parpadeó muchas veces y le dirigió una mirada a Jin.

—Ummm... Me preguntaba si tienes hambre...

—Oh, claro que sí, jamás he podido vivir sin ella. —Dijo con dramatismo.

Se quitó su bolso de el hombro y lo dejó en la grada. Sacó una pequeña cajita color celeste, con un moñito encima de la tapa. Se la entregó al chico quién pareció dudar pero luego la aceptó.

—¿Y esto porqué es? —Preguntó el pelimorado, abriéndola.

—Umm... ¿Porque es un día bello?.

—Buena excusa, muchísimas gracias.

Un encuentro -no tan- clichéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora