Mi Mundo y Tú - Annabella Poe

267 11 7
                                    


La siguiente escena pertenece a "Mi mundo y tú" de AnnabellaPoe. Si te interesa saber más de esta maravillosa obra, pasá por su perfil.


Yo no quería obligar a Jose a nada. Pero si había algo en mi cabeza que sonaba una y otra vez con claridad, era que al menos debía intentarlo.

Si él me dejaba haría que olvidara a su ex, que me deseara y que se enamorara de mí.

La idea de que en breve iba a volver a su país y yo me quedaría en España, me daba un miedo atroz. Debía reconocerlo.

Pero sabía que si ambos llegábamos a algo, podríamos superarlo. El amor no entiende de distancias.

Inmersa en el papeleo no dejaba de pensar en el momento de tocarle, de sentir su piel, sus labios o su cuerpo cerca del mío. Y solo imaginarlo me abrumaba de tal manera, que me desconectaba de este mundo inmediatamente. Absorta en su ser.

Sara me propuso un acercamiento esa misma noche, algo que él no pudiera resistir.

-"Si te acercas a él y lo abordas, no podrá luchar contra lo que siente. Por mucho que quiera, Olivia."- me decía mi amiga mientras yo intentaba visualizar la manera de hacerlo. Una escena que nos acercara más el uno al otro.

Y la tenía más que pensada de hacía ya un buen rato.

Aquella noche intentaría dar un paso más, acercarme un poco e intentar observar su reacción. Necesitaba tanto conocerle, charlar o sentirle. Quería saberlo absolutamente todo de él, cada detalle.

Si se apartaba o me rechazaba, volvería a insistir. Después de las palabras de Luis, sabía cuál era el motivo que le llevaba a estar lejos de mí. Así que lo tenía demasiado claro.

Pero en cambio, si se rendía a mí, le sentiría y me embriagaría de él. Una y otra vez. Hasta robar su esencia.

Terminé mi trabajo y me dispuse a levantarme de mi silla para irme a comer, en compañía de Sara.

Allí no me encontré con él pero casi lo prefería. No quería asustarle antes de tiempo o ponerme tan nerviosa por su presencia que acabara haciendo alguna estupidez.

Así que feliz y canturreando una canción que había decidido instalarse en mi cabeza durante toda la tarde, estuve de arriba abajo en mi habitación.

Preparé unas cosillas que me quedaban por acabar, me duché y cuando me quise dar cuenta, era lo suficientemente tarde como para ir pensando en vestirme para seducirle.

Descolgué un vestido negro que tenía el suficiente escote para poner cardíaco a más de uno. Esa prenda me hacía sentir la suficiente seguridad como para abordarle.

"Pues está decidido.", pensé mientras miraba el móvil. En él, un par de mensajes de Edu.

Sentí algo parecido a una punzada de culpabilidad en el pecho pero intenté no darle importancia. Era mi vida. Y yo, lo suficientemente madura como para decidir con quién estar.

Además, después de conocer a Jose y que desatara ese remolino de sensaciones en mí, sabía que con Edu no había ningún futuro. Sería mejor así, o acabaría haciéndole daño sin querer.

Le llamé por teléfono e intenté justificar de algún modo, la necesidad de no poder seguir compartiendo con él aquellas noches en mi dormitorio.

Fui lo más sincera posible, pero esquivé la frase que me hubiera delatado. Esa que decía que estaba enamorada de otro hombre. Y ahora lo sabía con toda la certeza del mundo.

Especial San ValentínWhere stories live. Discover now