Uno.

516 97 18
                                    

    En todo el camino el menor no soltó palabra alguna, sólo miro por la ventana, ya habían salido del pequeño vecindario donde el vivía, y se dirigían hacia las casas grandes y lujosas, Frank tampoco dijo palabra alguna sólo conducido en silencio, aún no podía creer que aquel joven que tanto le gustaba estuviera en su auto camino a su casa, aunque Frank sabía que los primeros días para el sería difícil, pero el mayor estaba dispuesto a todo, a todo, con tal de tener al menor, en ese momento ya era suyo a el le había costado, y vaya que mucho dinero, pero aquel ojiverde valía cada centavo.
     Finalmente llegaron a la casa de Frank, el mayor como todo caballero le abrió la puerta al menor brindándole también su mano para que este saliera del vehículo, algo confundido tomo la grande mano tatuada de Frank y lo siguió hacia la grande casa, la cual no era nada comparada donde el vivía antes, aquel pequeño departamento con las paredes sucias y apestoso, miro con asombro la casa por dentro pensando en que esta valía millones de dólares, y que era realmente preciosa, pensando también...

                 – Gerard...– Hablo Frank, y cuando Gerard lo miro el menor dedujo que ya llevaba mucho tiempo hablándole, bajo la mirada sonrojado y hablo.

                 – ¿S... Si?– Pregunto tomando la orilla de su suéter rosado y jalandolo sutilmente.

                – Llevo hablándote tres minutos...

                – Uhn... Yo... Uh– Había tartamudeado Gerard.

                 – No te preocupes, ya pasó... Ahora ven te mostrare tu habitación...– Había explicado el mayor y había comenzado a caminar.

                 – ¿M... Mi habitación?– Pregunto con torpeza Gerard.

                 – Si, a tu habitación...– Lo miro Frank algo raro mientras subían las escaleras.– Vivirás aquí, ahora, y pensé que a un lindo chico como tu no le gustaría dormir en el patio...–  Había explicado el tatuado.

                   – Si, si señor...– Dijo Gerard mientras continuaba con su cabeza baja, sumiso.
       Las escaleras eran increíblemente grandes, cuando llegaron al segundo piso Frank le abrió la puerta al menor para que entrara y observara todo, más el ojiverde se quedo estático y  boquiabierto, toda esa habitación era del tamaño de todo el departamento en el que antes vivía.

                – Vamos... Entra.– Dijo Frank, autoritario.
    Gerard entró y admiró todo de cerca era grande aquella habitación tenía baño propio y era blanca con alguna decoraciones en un rosa muy, pero muy tenue.
                     – Espero te guste, y te sientas cómodo, si no te gusta algo puedes decirme y lo remodelaremos.

                     – No... No ... Todo esta perfecto, muchas gracias, señor....
     Agradeció con una sonrisa el menor.

                      – No, no tienes que agradecer... Bueno, yo tengo trabajo, en el closet hay algunos cambios de de ropa que posiblemente te gusten, toma una ducha para la cena, cuando llegue hablaremos de las reglas, sale?– Pregunto el tatuado guardando su celular en los bolsillos.

                      – Si... Si esta bien.–  Acepto  Gerard, sentándose en la cama sintiendo la suavidad y limpieza de esta, Dios...
     Cuando Frank se fue el menor se puso de pie dirigiéndose al armario mirando allí al ropa para elegir que ponerse, toda esa ropa... Era de chica.
      
        A Gerard siempre le había gustado usar los viejos vestidos  de su mama cuando su papá no estaba, también sus tacones, era algo que nadie sabía.
         Frank Iero parecía saber tanto, sin conocerlo.








      N.A: Hola mis preciosuras! ¿Cómo están mis amores? ¿Les gusto está novela? Si la subo rápido los capítulos serán cortos, constantes y muchos, pero subo los capítulos largos, no les aseguró ser constante, así que ¿Que dicen, mis amores?
      Ich liebe dich alle.
             —XOXOC.

"Kitten" |Frerard|Место, где живут истории. Откройте их для себя