A Margarita

308 5 12
                                    

A tu amor buscaba sin saberlo,
las caricias, tus besos, el hálito;
un sentir, latir, rimas, los versos
El poema que me rema el pálpito.

La luna me alumbró tu camino.
Os pretendí la rosa bonita,
después, el lirio de mi destino.
Mas resultas linda margarita.

Este cielo no siempre es azul,
las penas me han nublado el alma,
pero con pétalos vienes tú
y a mi alba gris le das blanca calma.

Esta distancia que me distancia
de vuestro ambarino y hondo ser,
al recordar la sutil fragancia,
con los suspiros, logro romper.

Dije rosa blanca y eréis blanca,
blanca margarita, flor hermosa,
flor bonita, primavera santa,
santa mujer, con beldad de rosa.

Mi avatar en tierno colibrí,
al toque y roce y goce de flor
de tus pétalos tenues, por ti,
no deja de picar vuestro amor.

Y es que la antes dicha lontananza
ya se ha creído el viento fuerte,
que con tempestad tenaz me amansa
y con muro invisible da muerte.

Entonces, ¿Por qué con cada golpe
me acerco y cada muro traspaso?
¿Será que no siento fuerte sople
ni tropiezo al pensarme tu abrazo.

¡Yo te amo! Lo digo sin pensarlo,
pues solo necesito sentirlo.
Vuestro ser no pretendo cambiarlo
solo, en mi sed, a él convertirlo.

A Dios le daré mi alma abolida,
porque él ha sido dueño y amigo.
Pero, él me ha heredado vida
y esa amor, esa se va contigo.

He dicho, ¡Mi vida a esta flor!
Porque es por ella que él palpita.
Y además de vida, con amor,
¡Decasílabos a margarita!




ACLARACIÓN: Este poema no esta​ escrito en decasílabos.

Poemas RecopiladosWhere stories live. Discover now