Capítulo 39: Demuestralo

321 23 8
                                    


- Vente a dormir a mi cuarto.

- No debería...

- Vamos anda, podemos comer helado y ver una peli.

- ¿Me invitas a tu habitación para comer helado y ver pelis?, se me ocurren mejores cosas que hacer.

- Soy todo oídos señorita, luego soy yo el provocador.

- Idiota jugar a algún juego.

- ¿Entonces te quedas?

- Si, venga vamos abre la puerta que me estoy asando.

Entramos en la habitación, era completamente blanca con decoración en negro, las habitaciones de los hoteles parecían todas iguales. Me quite la chaqueta y dejé la maleta en un lateral de la habitación, ni si quiera había ido a mi habitación todavía, pero tampoco me apetecía encontrarme con alguien indeseado por los pasillos. Me senté en la cama y me quité los tacones casi llorando del gusto, eran dolorosos, pero preciosos. El viaje hasta Bahreín había sido largo y tedioso, me habían perdido las maletas en el aeropuerto y recuperarlas me había costado unas tres horas:

- Voy a llamar para que traigan la cena.

- A mi pídeme un té.

- Algo más tendrás que cenar.

- No tengo mucha hambre, estoy cansada y hace un calor de mil demonios.

- Vale pues pediré mucho helado, a eso no te puedes negar.

Sonreí mientras me quitaba la ropa para ponerme el pijama, aunque con el calor que hacía podría dormir perfectamente desnuda y lo haría de no ser porque estaba acompañada. Button me miraba con el teléfono en la mano y la boca media abierta:

- ¿Qué te pasa Jen?, me he cambiado mil doscientas veces delante de ti.

- Si, pero no había visto el piercing del ombligo.

- Me lo hice hace un par de días, no sé si me termina de convencer.

- A mí me gusta...esto sí señor helado, té y una ensalada cesar, que me estoy cuidando.

Me puse un short de star wars (lo sé, es muy friki), con camiseta a juego y escuche las risas de Jen de fondo:

- ¿Cómo estás?

- Acalorada y cansada.

- Me refiero a lo otro.

- ¿Qué otro?

- Deja de hacerte la tonta, sabes que me refiero a Carlos y el tema...delicado.

- Ah señor y señora gilipollas.

- Esa boca.

- Pues... no sé, no me apetece encontrármelos dándose besos o haciendo algo peor, pero estoy mejor. Me choco al principio porque él me había dicho que no habían tenido nada, pero obviamente me mintió.

- ¿Entonces por fin vas a acabar con esto del todo?

- Del todo está acabado desde diciembre del año pasado.

- Mentira, del todo no estaba acabado cuando te acostaste con él la noche antes del Carmegate, y cuando lloraste al enterarte de lo que había pasado entre ellos dos, eso no es superarlo.

- Yo supero las cosas a mi modo.

- Sí, tu modo es volver a cometer los mismos errores una y otra vez. Confiar en un tío que ha pasado de ti durante meses y te ha restregado a su nuevo ligue por la cara, confiar en que aun siente algo por ti.

Entre bastidoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora