CAPÍTULO 7: EL GATO Y EL LEÓN

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★ L Y O V O C H K A ★

Capítulo final
"El gato y el león"

Alisa una vez había leído en un libro que el sonido más dulce que podía llegar a escuchar una persona era su propio nombre. Esa frase le recordaba mucho a su hermano menor, ya que desde muy pequeño, comenzaron a llamarlo "Lyovochka" de cariño.

La joven mitad rusa japonesa tenía seis años cuando inventó ese apodo para su pequeño hermano menor. Y Lev, de apenas dos años, sonrió y rió la primera vez que lo escuchó. Desde esa vez, su familia acostumbró a llamarlo de esa forma.

Pasado un par de años, el primer día de escuela de Lev había llegado. Sus padres le dijeron que al momento de presentarse lo hiciera con su verdadero nombre, ya que el nombre que Alisa había inventado para él, era una forma que solo sus parientes y la gente más cercana con él podía utilizar. Lev había comprendido la diferencia de inmediato, y haciendo caso al consejo de sus padres, se presentó como Haiba Lev. Sin embargo, a la semana de inicio de sus clases, sus compañeros ya tenían una lista grande de apodos relacionados a su altura y aspecto de extranjero.

Lev se había acostumbrado a reírse de las bromas de sus compañeros, pero después de tantas semanas seguidas con chistes sobre su apariencia, comenzaron a afectarlo. Para él ya era complicado vivir en un país donde ser muy alto era algo fuera de lo común y complicado. Y ser molestado y observado inescrupulosamente en la escuela empezaba a incomodarlo. Tampoco faltaban los prejuicios o los comentarios fuera de lugar respecto a su origen durante los partidos con otras escuelas. Él los trataba de ignorar, pero finalmente igual causaban una pequeña angustia en su corazón.

Alisa lo notaba. Ella muy bien sabía los problemas que sufría Lev, y siempre estaba cerca para protegerlo y animarlo. De esta forma, Lev había crecido en un buen ambiente familiar, donde el único apodo que tenía un significado importante y especial para él, a tal punto de considerarlo como su nombre oficial dentro de su familia, era "Lyovochka."

La madrugada del día en que Yaku se había quedado a dormir en casa de los Haiba, Alisa era la única persona que estaba despierta. Y ahora se encontraba al pie de la puerta de la habitación de su hermano ya que tenía curiosidad de ver si aún mantenían su forma de gato. Pero grande fue su sorpresa al verlos dormir en la misma cama en su estado de nekomimi. Alisa había comenzando a cerrar la puerta muy despacio cuando una fuerza la empujó en dirección contraria.

―Alisa, espere.― susurró en voz baja Yaku provocando que Alisa soltara la puerta de inmediato.

― ¡Yakkun, me asustaste! ― regañó la joven en voz baja.

―Lo siento, es que quería hablar algo importante.― le dijo desde el otro lado de la puerta.

Alisa se quedó quieta frente a la entrada de la habitación y esperó que el mismo Yaku saliera del lugar. El libero no se hizo esperar y rápidamente salió de la habitación haciendo el menor ruido posible. La joven sonrió al ver la ropa que traía Yaku, la cual le quedaba excesivamente grande, además la apariencia del pequeño libero se veía mucho más graciosa por el hecho de que aún conservaba sus orejas y cola gatuna. Yaku tan solo se acomodó el pantalón y se rascó la nuca avergonzado mientras miraba hacia otro lado.

―Mejor vamos al patio, en el pasillo alguien nos podría escuchar.― dijo Alisa en voz baja.

Morisuke asintió con la cabeza y siguió a la hermana de Lev por la casa hasta salir al patio trasero, el cual era mucho más grande que el patio delantero. Yaku sentía que se encontraba en una especie de bosque, ya que se veía rodeado de árboles y flores.

Levochka (LevYaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora