CAPÍTULO 4

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L Y O V O C H K A

Capítulo 4
"El corazón de un tsundere"

"Yaku-san, usted me gusta."

Eran las palabras que había dicho Haiba y que Yaku no dejaba de escuchar en su mente. Por culpa de ese reciente recuerdo no había logrado conciliar el sueño aquella calurosa noche de verano.

"¿Cómo puedes dormir tan despreocupado?" Se preguntó el libero observando el relajado semblante de su compañero. "Incluso estás ronroneando..."

Suspiró cansando. Había un pequeño rayo de luz que iluminaba la habitación y que le permitía ver el rostro de Lev.

Ambos estaban en la misma cama. Una distancia muy corta los separaba.

Morisuke estaba sentado sobre el colchón, apoyando su espalda en la cabecera. Seguía vistiendo una playera de mangas cortas y unos calzoncillos. Andaba descalzo y su corto cabello estaba un poco alborotado.

Haiba se había llevado la única almohada que hasta hace poco compartían y la abrazaba como si de un peluche se tratara. Solo vestía una sábana enrollada bajo su cintura y su collar de gato. Sin embargo, una delgada sábana cubría parte de su cuerpo, desde el cuello hasta sus rodillas.

―Tengo que avisar a tu familia que estás de regreso.― Murmuró Morisuke sonriendo.

Al darse cuenta que no podía dejar de sonreír, sus mejillas se enrojecieron.

"Es normal que esté contento, es normal. Lev podrá estar nuevamente con su familia. Su hermana también estará feliz." Pensaba apoyando sus palmas sobre sus mejillas para relajarse.

De pronto escuchó un leve maullido. Volteó a mirar. Lev tenía los ojos entrecerrados. Al ver a Yaku estiró sus extremidades aún estando recostado. Luego quedó en posición fetal. Había despertado al sentir sus pies helados. Si no flexionaba sus piernas, quedaba con los pies fuera del colchón.

―Yaku-san, buenos días.― Saludó Haiba en voz baja mientras movía sus orejas hacia los lados.

―Aún es temprano. Puedes seguir durmiendo.― dijo Morisuke volteando a mirar el reloj que marcaba las 5:45 am.

Lev tenía mucho sueño, y al escuchar a Yaku, volvió a cerrar sus ojos. Sin embargo, su oreja gatuna izquierda no paraba de moverse. Yaku notó que tenía una diminuta pelusa cerca del oído que parecía ser la causa de su movimiento involuntario. Acercó su mano para quitarla lo antes posible. Justo después de eso dejó de moverse.

Al ver con más atención la suave textura de las orejas de gato, tuvo un fuerte deseo de acariciarlas.

"No, no debo..." pensó alejando su mano. "Lev ya no es un gato para tratarlo como uno. Ahora es mitad humano y mitad gato."

Tragó saliva.

"Se ve tan tranquilo cuando duerme." Pensaba Morisuke sonriendo hasta que de pronto cerró sus ojos y agitó su cabeza hacia los lados.

Los minutos fueron pasando lentamente para Yaku. Siendo las seis en punto notó que las orejas de gato de su compañero habían desaparecido por  completo.

Lev había regresado a su forma cien por ciento humana.

Cuando el reloj marcó las nueve, y aprovechando que sus padres había salido de casa aquella mañana de domingo, llamó a la hermana mayor de Lev para contarle la noticia.

Ella llegó muy rápido a casa de Morisuke. Vestía un blusa sin mangas color rosa pastel, y una falda que le llegaban a la rodillas con estampados florales. También traía un sombrero, y calzaba unas sandalias café claro. En sus brazos llevaba un gran bolso deportivo con la palabra "Nekoma".

Levochka (LevYaku)Where stories live. Discover now