Deseos del corazón

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L Y O V O C H K A

"Deseos del corazón"
EXTRA 1/1

Era el sueño de Lev, o eso creía. En realidad se trataba del subconsciente de Lev. Un lugar donde sus emociones y deseos cobraban vida. Lo curioso es que Yaku no se encontraba allí como una imagen mental de Lev, sino que en verdad se había transportado a ese lugar.

Por esa misma razón, Lev ya no era un gato, sino que estaba en su forma humana. Yaku se dio cuenta al voltear y ver a su compañero de primer año, el cual vestía el uniforme del Instituto.

El muchacho tenía una altura considerable, su cabello era plateado, poseía unos afilados ojos verdes, su piel era blanca y además mostraba una característica sonrisa juguetona.

― ¡Lev! ― gritó Yaku sonriendo. ―Espera, esto es solo un sueño ¿verdad?― añadió confundido.

―Se equivoca, Yaku-san.

Morisuke lo miró un poco molesto. No le agradaba ser corregido por alguien menor, sobretodo si se trataba de Lev. Sin embargo, en vez de entrar a discutir, se quedó en silencio para escuchar lo que tenía que decir el ruso japonés.

En tanto el menor se expresaba aprovechó de observar disimuladamente su alrededor. El gran prado verde se extendía hasta el horizonte. A lo lejos se podían ver montañas nevadas. Más allá, un gran campo de diversas flores adornaban el paisaje.

Era primavera.

Y Yaku y Lev se encontraban en medio de un campo de dientes de león, que por la mínima brisa, sacudía sus tallos y producían que cientos de cipselas se desprendieran y volaran alrededor de ellos.

Haiba le había explicado que aquel lugar donde actualmente se encontraban le permitía una comunicación fluida con su familia desde que se transformó en un gato. Pero que a pesar de que hablaba con ellos sin problemas, al día siguiente no lo recordaban. Y eso lo hacía sentirse muy solo.

― ¿Algún mensaje de tu parte?― preguntó mientras apoyaba su mano izquierda en su antebrazo derecho. No sabía si podría recordarlo, sin embargo, no perdía nada con intentarlo.

―Dígale que los extraño, por favor.

―Bien...― dijo inmediatamente con una discreta sonrisa.

Yaku había notado el semblante triste de su compañero y bajó la mirada sin saber que decir en esos momentos. Lev comenzó a caminar con la intención de que Yaku lo siguiera. Este no se hizo esperar y caminó detrás de él hasta que ambos se detuvieron cerca de un gran árbol. Haiba se echó en el pasto con sus brazos entrecruzados debajo de su cabeza. Y Morisuke pese a que dudó en recostarse, al rato imitó la acción hecha por el más joven. De esta forma los dos quedaron viendo el resplandeciente cielo azul.

El silencio ya no era incómodo. Y la paz que se vivía en ese lugar era reconfortante.

Ya con la mente más despejada, Yaku pronto logró recordar las palabras de su amigo Tetsurou.

―¡Lev!― exclamó antes de levantarse y quedar sentado con sus manos apoyadas en el pasto. ―Estoy seguro que pronto regresarás a la normalidad. Kuroo conoce una posible solución.

―Lo veo complicado.

El libero lo miró extrañado. No esperaba ese tipo de reacción por parte de él.

―No tengo que ser listo para saber que lo que me ocurre es extraño. He llegado a pensar que si no hay forma de volver a ser un humano, estaría feliz de que Yaku-san cuidara de mí. ― dijo el joven con total calma.

Levochka (LevYaku)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant