Capítulo 12

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- Ah, se me olvidó preguntártelo .- comentó Hermione en la cena .- ¿ Que tal te fue la cita con Cho? ¿ Por que viniste tan pronto?

-Pues fue..., fue.. .- respondió Harry al mismo tiempo que se acercaba una bandeja de pastel de ruibarbo y se servía por segunda vez.- un fracaso total, ya que me lo preguntas-. y les relató toda la cita con Cho.

Mientras tanto Fred miraba de reojo a Hermione unos asientos más allá, no parecía enfadada, al contrario, mientras hablaba con Harry estaba bastante risueña. A lo mejor se le había pasado el enfado, si esa noche se quedaba en la sala común le pediría perdón y todo quedaría arreglado.

Ya en la sala común, Hermione y Harry estaban sentados haciendo los deberes de Astronomía mientras Ron y Ginny se duchaban después del entrenamiento.

Todos se quedaron hasta muy tarde, pero Fred esperaba en una esquina a ver si Hermione le miraba o le hacía algún gesto, cuando pensó que lo iba a mirar, sólo se levantó y recogió sus cosas para irse. Eso enfureció a Fred, Hermione seguía enfadada por su comentario, pero a él tampoco le gustó el suyo; así que no cedería su orgullo y no le hablaría hasta que ella fuese la que le pidiese perdón. Los dos se fueron a sus camas pero tardaron en conciliar el sueño pensando en lo idiotas que habían sido al decir cosas que no sentían. A Fred le encantaba que Hermione intentase hacer el mundo un poco mejor y a Hermione le encantaba el carácter risueño y agradable de todos los Weasley, en especial de Fred.

Pero pasó la semana y ninguno cedía en ir a hablarle al otro, llegó el sábado y con el el partido de Quiddich, que apenas duro veinte minutos y perdieron por diez puntos, aunque Ginny cogió la snitch, a Ron le colaron muchas quaffles en los aros, no había parado ninguna. Hermione se sentía mal porque era la primera vez que Fred veía el partido desde las gradas y lo importante que era el Quiddich para él. Los gemelos decían que lo único que valía la pena de Hogwarts era el Quiddich y que ya no les interesaba quedarse.

Llegó el lunes y todos se disponían a desayunar en el Gran Comedor en el preciso instante en el que llegaban las lechuzas con el correo. Todos esperaban El Profeta para saber más noticias sobre los mortífagos fugitivos, que todavía no habían sido detenidos.

De repente, delante de Harry se empezaron a amontonar lechuzas dirigidas a él.

-¿Qué está pasando aquí? .- preguntó Ron, asombrado, mientras los demás integrantes de la mesa de Gryffindor se inclinaban para mirar.

-Harry! .- exclamó Hermione, que a continuación hundió las manos en la masa de plumas y levantó una lechuza con un paquete largo y cilíndrico-. Creo que sé lo que esto significa, abre esta primero.

Dentro del envoltorio había un ejemplar de El Quisquilloso. En primera página una foto suya con letras rojas que ponía << Harry Potter habla por fin. "Toda la verdad sobre El-que-no-debe-ser-nombrado y la noche que lo vi regresar">>

- Te gusta? .- le preguntó Luna, que se había acercado a la mesa de Gryffindor-. Salió ayer y le pedí a mi padre que te enviara un ejemplar gratuito. Supongo que todo esto son cartas de los lectores.- añadió señalando a las lechuzas.

Empezaron a abrirlas y había un poco de todo, desde los que lo llamaban mentiroso, los que decían que había perdido la cabeza hasta los que lo llamaban héroe.

La profesora Umbridge se acercó al ver el revuelo que habían causado, al leer el articulo castigó a Harry una semana, le prohibió volver a Hogsmeade y prohibió a todo el colegio leer la revista. Pero al prohibirlo lo único que hizo fue que todo el colegio leyera el articulo a escondidas. Los profesores tenían prohibido mencionar la entrevista, pero aún así encontraron formas de expresar lo que opinaban de ella. La profesora Sprout concedió veinte puntos a Gryffindor cuando Harry le acercó una regadera; el profesor Flitwick le puso una caja de ratones de azúcar chillones en las manos al finalizar la clase de Encantamientos;y la profesora Trelawney lloró ante toda la clase y Umbridge diciendo que Harry no moriría prematuramente sino que llegaría a ser muy viejo.

Por fuera Hermione estaba contenta de como había terminado todo el asunto del artículo, pero cada vez que veía a Fred se acordaba de su pequeña pelea, que a ella ya ni le importaba, y de deprimía un poco, tenía ganas de abalanzarse sobre él y darle un beso que los dejase sin respiración. Por otra parte Fred se quedaba todos los días después de que todos se fueran a dormir con la esperanza de que Hermione volviera a bajar las escaleras, y eso se le notaba en las ojeras de su cara y en el mal humor que tenía últimamente.

Pero un día después de un partido de quidditch sin querer escuchó a los gemelos hablar en la mesa de Gryffindor.

- ... las para cuando cree que nadie lo mira -. explicaba Fred .- tenemos que hacer que cuando la quaffle llegue al extremo del campo donde está Ron los espectadores se den la vuelta y hablen unos con otros.

Hermione no llegó a oír lo que dijo Ginny porque estaba muy lejos, pero si oyó la contestación de George.

- El quidditch era lo único por lo que valía la pena quedarse en este colegio.

- Pero pronto tendréis los EXTASIS .- dijo Ginny casi gritando.

- Ya te lo he dicho, los EXTASIS no nos preocupan .- repuso Fred -. Los Surtidos Saltaclases ya están listos y no tenemos nada que hacer aquí.- Y con cara de pena miró hacia Hermione que hacía que leía una página de su libro de Runas Antiguas.

Hermione se pasó toda la tarde sin poder estudiar o hacer los deberes, la frase de Fred resonaba en su cabeza una y otra vez. Estaba sentada en una roca a las orillas del lago y supo que tenía que dar ella el primer paso en su reconciliación con Fred, y escribió en su brazo "Sala común 11 pm", rogaba que Fred siguiese llevando la pulsera de cuero que le había regalado.

EL CASTIGOWhere stories live. Discover now