Eres hermosa, Jess.

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Duncan

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Duncan.
Después de algunas semanas de esperar a que me depositarán suficiente dinero para pagarle a Jess, lo conseguí. Iba de camino a su casa, era un vecindario poco agradable y su casa despedía un aire depresivo. Me acerqué a su puerta y escuche a dos personas discutir, supuse que era su madre y su padrastro.
Toqué la puerta.
—Que se largue— decía él— no tiene un lugar en esta casa, no hace nada, no ayuda en nada y me es imposible soportarla. Es engreída y estupida.
—No hables así de ella— dijo su madre
—Es la verdad, nunca va a hacer nada de provecho en su vida, y si crees que voy a mantener a ese parásito estás muy equivocada.
Seguí tocando la puerta, era de muy mal gusto escuchar conversaciones pero era inevitable, los gritos se escuchaban hasta afuera. A pesar de que quería darle a Jess el dinero y deshacerme de ella para siempre, desee que no estuviera ahí en su casa, escuchando lo que decía su padrastro de ella.
—Jessica, abre la maldita puerta— ella estaba ahí.
Salió por la puerta una chica que no reconocí, tenía los ojos rojos y una expresión derrotada, usaba un vestido azul pastel. Parecía una chica indefensa y asustada.
—¿Que es lo que quieres?— dijo con voz temblorosa
—Te traje el dinero del auto de tu padrastro
—En serio eres patético— intento recobrar su aspecto— ¿porque siempre respondes por ella? Solo haces que siga siendo una niña cobarde que no es capaz de enfrentarse a lo que se le ponga enfrente. Deja de facilitarle la vida y tomar la bala por ella.
—Discúlpame, ella me importa, pero seguro tú no sabes lo que eso se siente ¿o sí? Nadie nunca se ha interesado por ti. Alisson podrá ser crédula, infantil y un poco boba pero tú eres cruel, eres hipócrita, eres una escoria, un parásito y nadie te quiere cerca.— olvidé por completo la conversación que acababa de escuchar y la rabia hablo por mí.
Ella me miró y sus ojos se cristalizaron, intentó mantener la mirada firme e hizo un intento por no llorar. Inmediatamente recordé todo y me maldije por dentro.
—Yo sé que a nadie le importo. Yo sé cómo soy, yo se lo que me pasa, yo sé que no tengo una maldita vida perfecta como la tiene ella. Yo sé que soy una escoria en el mundo pero ¿qué quieres que haga? Mi padrastro me odia y mi madre lo está comenzando a hacer solo porque no quiere perder el dinero de ese imbécil, sé que escuchaste la conversación entre ellos y ahora te puedes dar una idea de porque soy así. Si no le importo al mundo ¿porque tiene que importarme el a mí? Si el mundo me odia ¿porque tengo yo que quererlo? Si el mundo es tan hijo de puta ¿porque tengo que ser amable?. Ahora lárgate, lárgate y déjame con mi patética existencia...
La abracé, sin pensarlo y sin planearlo. Envolví mis brazos alrededor de ella y la acerqué a mi cuerpo, sentí que su cuerpo se tensó y que comenzaron a brotar lágrimas silenciosas de sus ojos. Ella era mucho más baja que yo, su cabeza quedaba a la altura de mi hombro. Ella olía a vainilla y frutas, abrazarla había resultado bastante agradable.
—Lo siento— dije cerca de su oído— nunca me imaginé lo que estabas pasando.
—No quiero tu lastima— se separó de mí con suavidad
—Claro que no.
—Se que me detestas y la única razón por la que estás siendo amable, es por lo que escuchaste.
—Tal vez si
—No necesito que te compadezcas de mí.
Ella bajo la mirada y pasó por mi lado, se estaba alejando.
Es comprensible, dudo mucho que quiera regresar a su casa.
—¿Quieres distraerte un rato?— le dije mientras caminaba detrás de ella— ¿vamos a mi casa?
—¿Porque haría eso?
—No lo sé.
—¿No me odias?
—Eso creo.
Ella volteó a ver a su casa y asintió. Me siguió hasta mi pequeño rincón de arte, no estaba muy lejos de su vecindario. Cuando llegamos a mi casa, se sorprendió de ver tantos espejos, comenzó a caminar y se dio cuenta de la magia, una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios, me acerqué a su lado y vio mi cuerpo deformado por el espejo, comenzó a reírse aún más fuerte.
—Jamás te habías visto tan guapo
—¿qué dices? Si yo siempre me veo guapo— me crucé de brazos—¿Quieres ver una película?
—Claro, aunque...— ella tomó un paquete de la pequeña mesita de la sala— podríamos jugar GTA
—Me gusta cómo piensas— fui a la cocina a traer botanas y refresco. Cuando volví ella ya había puesto el juego. Comenzamos a jugar y las risas eran tan fuertes que podía jurar que los espejos vibraban. Hacíamos todo tipo de comentarios y ella me decía a cada momento que yo me parecía a Trevor. Claro que llegó un momento en el que nos aburrimos de jugar y comenzamos a platicar. Le conté como había sido mi vida, mi infancia y todo.
—Nací siendo increíblemente obeso. Y mi infancia se vio llena de dulces que me picaron los dientes, comida que hacía que me doliera la barriga. Cuando cumplí el año y hasta los 3 viví en Minnesota, fueron 3 años increíbles, aunque solo recuerdo la nieve que caía en invierno. Luego mis padres decidieron darse un tiempo y mi madre se quedó en Minnesota y mi padre y yo nos vinimos a Nevada, creí que sería horrible sin mi madre, pero no fue así, mis padres siguen llevándose muy bien y mi madre nos invita de vez en cuando a Minnesota a pasar Navidad y Año Nuevo. Y bueno después se normalizo todo, conocí a Alisson, me enamoré de Alisson, hice muchos amigos, tuve un trabajo de medio tiempo en una tienda de videojuegos y me salí de casa a los 16.
—Ella es muy especial ¿Verdad?
—Lo es, mucho, estoy seguro de que cualquier persona que la conozca, se perdería en sus preciosos ojos.
—Wow, qué lindo debe ser que alguien esté enamorado de ti
—Supongo— me encogí de hombros— ¿que hay de ti?
—La mía no fue tan fácil y tan divertida.
—¿no?
—Ya sabes, cuando era niña mi madre era una alcoholica de mucho cuidado, además de que no era la madre más cuerda del mundo. Mi padre nos abandonó cuando tenía 3 años, y recuerdo que cuando se fue, me levantó y me dijo que yo iba a crecer siendo una mujer fuerte y hermosa, que cuidaría de mi madre y que tendría éxito en la vida, me dio un beso en la cabeza y se fue. Es mi recuerdo más preciado.— recargo su cabeza en el respaldo del sofá— él estaría tan decepcionado de lo que soy ahora.
La miré con tristeza, estuve a punto de preguntar por él, pero ella no paro de contar su historia.
—Desde entonces vivo esperando que él vuelva, que venga por mí y me de el cariño que siempre quise. Claro que, como puedes ver, eso no ha pasado. Mi adolescencia fue aún peor, mi madre conoció a un hombre que le prometió mantenerla a ella y a mí, se casó con él y fue ahí cuando comenzaron los problemas, se metía conmigo y me decía mil cosas acerca de mi cuerpo, intento acercarse a mi más de lo permitido y cuando lo rechacé, se encargó de hacer mi vida un infierno. Decía que yo era un asco y un fracaso. Me lo llegué a creer. No sabía que hacer con mi vida, mi carácter se hizo aún más cerrado y me dije a mí misma que debía ser dura. Creo que desde ahí comencé a ser todo lo que dijiste que era.— le di una mirada de disculpa— No ha sido fácil para mí, Duncan. Cuando entré a la preparatoria tenía menos esperanzas de ser alguien en la vida, así que nunca entraba a las clases y me iba con algún chico para pasar el rato, dejé la escuela en mi segundo año y hasta la fecha no he encontrado mi camino, ni mi propósito, ni un futuro.
—¿Porque no buscas a tu padre?
—No tengo idea de dónde está, no tengo ninguna forma de llamarlo o contactarlo, ni siquiera un apellido.
—¿Tú madre no lo sabrá?— sé que no quería hablar de ese tema, pero no puedo dejar de hacer preguntas.
—Aunque lo supiera, jamás me lo diría.
—Inténtalo.
—No lo sé. Me encantaría volver a verlo, hablar con él, tal vez si lo veo a los ojos, sabré exactamente cuál es mi objetivo.
—Vaya— dije suspirando. Tome su mano y la apreté con suavidad— debió ser muy duro
—Si, bueno, antes me afectaba mucho más pero ahora, no me importa en lo absoluto.
—¿Alguna vez tuviste un novio?
—Nunca, siempre estaba con chicos por puro aburrimiento. Les daba lo que querían y eso era todo. Siempre intenté llenar el vacío que dejó mi padre de esa manera, nunca funcionó
—Tal vez necesitas que alguien te ame con el corazón para dejar de sentir ese vacío — no sabía quién era el que estaba hablando. Solo sé que de un momento a otro, me encontraba acariciando el rostro de Jess. La mire a los ojos y vi lo bellos que eran, sus pestañas muy largas y sus labios rosas y bonitos. La acerqué más a mí y sin avisarle, besé sus labios e inmediatamente ella me devolvió el beso, era un beso pequeño al principio pero después se tornó mas urgente, más desesperado. Ella se subió en mis piernas y seguimos con el beso.
Tomé su cintura con mis manos y presione sus caderas contra mí.
—Duncan...— separó sus labios de mí— esto no... Alisson...
—Calla— le dije y volví a besarla como si mi vida dependiera de eso.

Mis manos viajaron por su espalda buscando el cierre de su vestido azul.

No les diré los detalles de lo que pasó después porque sé que ya pueden adivinarlo. Dudo mucho que quieran saber los detalles y yo soy muy flojo para contarlos.
Y ni siquiera puedo ser capaz de explicar lo que acababa de hacer porque yo tampoco lo entiendo. No estaba en mis 5 sentidos, tal vez sentí tanta lástima por ella que quise hacerla sentir... Algo.
Solo les diré que a las 3 a.m de la mañana, una chica a la que odiaba con el alma por ser una completa perra con la chica de mis sueños, estaba ahora en mi cama, profundamente dormida sobre mi pecho. Pronto comencé a sentirme mal ¿porque había hecho esto? ¿Lástima? Pensé en Alisson y en lo mucho que le dolería si llegaba a enterarse de esto.
Si lo que pienso es correcto, tal vez Jessica quería que esto pasara para seguir arruinándole la vida a Alisson.
Deseche ese pensamiento de inmediato y regañé a mi mente por pensar eso, pues después de lo que ella me contó y lo que yo escuché en su casa, es inmaduro pensar que una chica como esta se empeña en arruinar la vida de otra.
No dejo de sentirme sucio, de sentir que hice algo terrible, y que le estoy siendo infiel a una hermosa chica. Puede que yo hubiera estado con muchas chicas en el pasado pero no de esta manera, estaba reservando el momento para compartirlo con una chica especial, una chica por la que llevo esperando años. Me castigue a mí mismo por qué no podía regresar el tiempo, me disculpe mentalmente con Ali.
Me sentí incómodo en mi propia cama, me giré y vi el rostro dormido de Jess, sus labios estaban cerrados pero se veían tan apetecibles, sus largas pestañas lucían más con sus ojos cerrados. Ella abrió un momento los ojos y bostezo, se veía increíblemente adorable, me miró y me sonrió dulcemente.
En ese momento todo pensamiento abandono mi mente, mi corazón se aceleró y mis ojos no dejaban de ver a aquella chica rubia.
—Eres hermosa, Jess.
La abracé y besé su cabeza

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Upsis.
No diré nada :x

En la mira. (EDMP#2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora