Capítulo 2.- Sorpresa

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Había pasado aproximadamente un mes en donde Jimin le daba atención al felino haciéndole feliz con comida, nunca cepilló su denso pelaje puesto que nunca se dejó, su carácter reservado y frío le hacían atacarle en cuanto lo tocaba.
Resultado de ello, el pelaje del minino era un total caos.

Jimin le tenía cariño a su gatito, nadie lo negaba, habían veces que por necesidad de hambre el felino se acariciaba en sus cortas piernas a lo que él gustoso aprovechaba, sin embargo, cuando este se descuidaba en algún vano momento Jimin trataba de acariciarlo o mimarlo pero todo resultaba al revés, terminaba con la mano rasguñada y con un poco de sangre saliendo de su sensible piel.

El pelinaranja ya llevaba días en sus clases pensando constantemente una decisión para la vida futura del gato, tal ves otra familia que no fuera él lo tratarían mejor, le darían más amor y atención que tanto necesitaba. Jimin pensaba regalarlo o llevarlo en adopción, no quería un gato que no tenía afecto por él en ningún sentido, porque claro, ¿Quien querría una mascota que te odia? O al menos, pareciese que te odia.

Hoy era viernes, su día transcurría normal, yendo a la escuela disfrutando de las excelentes clases que tanto le encantaban, cada día mejoraba en cada aspecto que él se proponía. Le agradaba la idea de resaltar en todo lo que fuese posible dejando a sus compañeros de lado buscando atención sólo para él, cuando eso no sucedía se sentía envidioso y se esforzaba mucho más que el resto de la clase dando justo en el blanco, atrayendo miradas positivas al igual que negativas.

Park al regresar de sus clases pasaba constantemente a la veterinaria para comprar otros sobres de comida al gato bipolar y oh, cierto. Jimin había descubierto una veterinaria cerca de su instituto en donde los hermanos Jin y Taehyung eran los dueños, unidos con motivo de amor hacia los animales, Jin odiaban ver a seres vivos sufrir por alguna enfermedad o accidente y su hermano menor, Taehyung le apoyaba como podía, esa era la razón del porque tantas confianzas en la primera visita a la veterinaria.

Jimin llegó a su departamento cansado sin querer interactuar con alguien. Todo dio un giro cuando su novia Lisa se encontraba dentro en el mueble descansando como si fuera propiedad suya. Ella al verle se inmuto a saludarle, Jimin recordó que ya era costumbre que llegue con otra llave y abra, luego prepare la comida finalizando por tener sexo porque sí, sin amor, como un polvo. Jimin tenía una vida rutinaria junto a su amada, cosa que ya le estaba cansando, Lisa últimamente se estaba volviendo muy empalagosa con él.

- Amor, ¿Preparo la comida? - Jimin para no ser grosero asintió y tiró su cuerpo al mueble, dejó su maletín a un lado y quitó sus zapatillas.

Lisa se fue arrastrando los pies a la cocina ignorando el carácter frívolo de su novio, pensando que sólo tuvo un mal día y que sus besos apasionados lo calmarían después.

El pelinaranja ya no sentía la misma atracción hacia la joven, ya no se ponía nervioso con su presencia y ya no le encantaban sus castos besos llenos de dulzura. Su voz ya le parecía molesta y Jimin no sabía que hacer. Tal ves el amor que sentía hacia a ella se estaba apagando de a poco.

Silenciosamente acabaron su poca comida y como si fuera un circulo vicioso, Lisa se trepó en los muslos de Jimin con las dos piernas a los costados y sus brazos en su cuello abrazándolo, su trasero se movía saltando encima de su entrepierna tratando de provocar una erección a su novio, acción que ésta vez no funcionó, puesto que Jimin fue quien la alejó seguido de levantarse bruscamente sin mirarla.

El ceño del pelinaranja se fruncía por la frustración del momento, estaba consciente de lo que acababa de ocurrir y se sentía culpable por rechazar al amor de su vida, o al menos pensaba que era su amor, a la persona que tanto le había rogado para que le haga caso, a la chica popular de su antigua escuela quien sólo salia con chicos de su mismo rango social.

Lisa estaba atontada por el cambio de actitud repentino de su novio.

- Jiminie, ¿Sabes que acabas de hacer?

- Si, lo se...-. Respondió inseguro.

- ¿Porqué no quieres estar conmigo? ¿Acaso ya no te parezco atractiva? - Su carácter sereno quedó a un lado sin pizca de dignidad. Con pasos lentos y moviendo sus caderas exageradamente se acercó a Jimin quedando sus pechos pegados a él. Su mano bajó a su entrepierna comenzando a masajear suavemente por sobre la tela, se acercó al lóbulo de la oreja de su novio y mordió levemente su piel blanquecina. Su aliento rozaba su cuello a lo que Jimin se estremeció como una vela que acababan de encender. Todos sus sentidos eran ignorados por culpa del placer que se comenzaba a formar. Se dejó llevar tocando el delgado y curvilíneo cuerpo de su novia, besando detrás de su oreja, el deseo lo cegaba.

- Miau...- El pequeño gatito maullaba repetidas veces sentado inocentemente frente a ellos, admirando la incomoda escena.

- Lisa...

- Vamos a tu habitación - Desesperada, comenzó a desabrochar el primer botón de la camisa de Jimin hasta llegar a la mitad, en el proceso la rubia podía sentir el bulto de su novio a punto de explotar.

- No, Lisa...

- Te he puesto duro, vamos, quiero terminar lo que empezamos- Se giró simulando avanzar a la habitación de Jimin pero antes de ir, una mano pálida y extraña se lo impidió a la rubia.

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Arisco | Jikook | [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora