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-Seguro tampoco tienes ni la idea en que día estamos. -murmura en un tono triste.

Mi cabeza da vueltas, intento imaginar el día pero todo es en vano miro con pena a Dani y me enseña un calendario con una de las fecha más bonitas que puede haber, nochebuena. Me tapo la cara con mis manos mientras dejo salir mis lágrimas.

Es que nunca llegamos a comprender cuan rápido vuelan los días. No nos damos cuenta si fuera por alguien o porque la gente se ve más feliz que otros días. Esto me recuerda cuándo vivía con mis papás, cuándo era pequeña y me entusiasmaba pasarla con mi abuelito. Era lo mejor. Una lágrima resbala sobre mi cara pero la limpia Dani y besa mi mejilla.

-Sé que aún recuerdas a tu abuelo y más a tu familia, pero ten en cuenta que siempre pensarán en ti y que conmigo vas a estar bien. Tu abuelo esta orgulloso de ti, de ser quien eres, se feliz como el lo fue. Déjate llevar y disfruta como el último día.

No puedo hablar ni siquiera sé que decir, Dani me entiende y es por eso y muchas cosas más que lo quiero. Solo hago lo que me pide a gritos mi corazón, abrazarlo.

A Dani le pilla por sorpresa pero después me rodea con cariño y besa mi cuello con mimo.

-Sabes que te amo y que nunca dejaré que lo pases mal.

Doy gracias a que mis raspones han ido desapareciendo, porque si no, no habría abrazo como el que me está dando ahora. No podía dejar de llorar mientras Dani me mantenía en su regazo.

-Lo siento, te lo había prometido y sólo hice lo contrario, no era mi intención. -dije con balbuceos en su pecho. -Estaba ilusionada por unos segundos.

-Yo también cariño pero todo pasa por algo.

Dani limpió mis lágrimas con ternura, me hacía sentir que después de todo lo que hemos pasado se puede curar con el tiempo, cuándo terminó me acostó sobre la cama.

-Dani... Quédate conmigo. -lo abrazo fuertemente, haciendo que caiga a mi lado.

-Todo lo que quieras aquí estaré contigo, siempre. -dice rozando mis labios.

Poco después sentía que mi cuerpo y mis ojos pesaban, Dani prefirió dejarme descansar que seguir despierta. Minutos después le hice caso y me quedé dormida.

Bajé sin prisa a la cocina y fijé mi vista hacia la encimera en dónde permanecía la cajita del pastel que Dani me había traído en la tarde. Me relami los labios cuándo me llevé mi dedo a la boca. El sabor era exquisito.
Agarré una cuchara y me lo llevé hacia el salón, prendí la televisión quedándome a ver vídeos de música.

-¿Estás bien?

Me asusto por la repentina presencia de Dani, el se ríe y llega a sentarse a mi lado comiéndose lo que me quedaba de pastel.

Sacudo la cabeza y simplemente sonrío.

-Estoy bien, es sólo que no puedo dejar de pensar. -me acerqué a su cuerpo acurrucandome.

-Cariño mereces ser feliz, piensa en el ahora y que mañana lo pasaremos juntos en un lugar donde no imaginas.

¿Mañana? Si mañana, ¿que no lo has oído hija?

-¿Qué haremos mañana según tú?

Dani me beso tiernamente y mordió ligeramente mi labio inferior. Sonrió.

-Es sorpresa, tienes que esperar un poco más.

-¿Lo sabré antes que el sol se meta? -hago un puchero.

Dani ladea la cabeza y se encoge de hombros.

-Ya veremos.

Al rato me fije que de nuevo me estaban llamando, si era Caleb y esta vez cojo la llamada.

Quédate conmigo, siempre [Dani Auryn] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora