12.

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Comemos tranquilos a pesar del ruido que hay alrededor, la gente que nos rodea nos envía la tensión que se juega en el partido. No soy fan de este deporte pero sabía defenderme. Además tengo un novio futbolero a rabiar.

—Dani. -susurro. —Tu equipo está perdiendo.

Si hay algo que adoro hacer es fastidiarlo, el primer tiempo es finalizado y su equipo va perdiendo, Dani se encuentra en el centro de indirectas mientras los demás hacen bulla. 20 minutos después vuelven los jugadores a la cancha, creo que mis tímpanos al final van reventar de tanto jaleo que hay aquí en este lugar.

—¡A que quedan empate! -grito después de varios minutos que lleva el partido y los chicos me miran extrañados.

—¿Estás apostando? -levanta una ceja.

—¿Apostamos Álvaro?

Creo que el alcohol se me estaba subiendo, odio las apuestas y lo estoy haciendo ahora sin miedo. ¿Que hay de malo en apostar?

—Va, si gana Madrid, que va a ganar. -afirma. —Te subes conmigo a un juego mecánico, el que yo quiera.

Joder, ¿en que me estaba metiéndose?

—Y si empatan, que es muy seguro. -lo miro desafiante, igual como el lo hizo. —Te quitas la barba. -me carcajeo encondiendo la cara entre mis manos.

—Eso no sonó muy bien, pero estoy seguro que ganaré esta apuesta. -el muy chulo me guiña un ojo seguro de si mismo.

—Muy bien chaval. -me tengo que parar para darle la mano a Álvaro. —Voy a ganar. -murmuro y me alejo. Me siento de nuevo por Dani que me jala del jersey.

"Es tiempo para que llegue con vosotros, la discografía me tenía ocupado"

Me interrumpe un mensaje de Carlos. Que mala persona soy y yo que sentía que faltaba alguien.

"¡Rubio! Con razón alguien faltaba en este grupo, ven y distraerme"

Le respondo enseguida. Sintiéndome la peor persona y amiga.

—¡Gol! -grita mi novio asustándome -¡Gooool! Toma cabrones. -se para eufórico y aplaude Dani en las caras de Blas y Álvaro.

Mientras más pasan los minutos y espero a mi amigo quedan sólo 10 minutos de juego. Ahora si que estoy más nerviosa yo que Dani, que no despega ni un ojo a la pantalla.

—¡Hola! -unas enormes manos cubren mis ojos quitándome la vista de la pantalla.

—¿Quién soy? -imita a una voz más grave.

Me río.

Me giro para abrazarlo fuertemente y besar su mejilla felizmente. Toma asiento a un lado de David después de saludar a toda la bola.

—Sofía, tenemos que hablar. -me mira serio. ¿Qué?

:¡Cinco minutos! -esquivo la mención de Carlos al ver que el tiempo se está acabando.

—Calla boca. -me tapa la boca con su mano derecha pero muerdo la mano de Dani, se le queja y lo suelto.

—¡Tres minutos amigos míos! -aviso.

La tensión, los nervios y los gritos terminan de una vez en el bar, Dani azota un ligero golpe a la mesa.

—Mañana iremos a por mi apuesta. -Dice feliz Álvaro zarandeándome de los hombros. —¿No estás feliz? Yo sí. -sonríe orgulloso tomándose lo último de su cerveza. Y comienza a bailar enfrente de mi cara, haciendo gestos muy graciosos. Los demás empiezan a aplaudirle para que siga bailando.

Quédate conmigo, siempre [Dani Auryn] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora